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Muchos definen, pocos conceptualizan

Fuentes: Rebelión

Un amigo me preguntó por la diferencia entre definición y concepto. Este es un tema sensible para un hegeliano-marxista, y para darle una respuesta propongo abordarlo desde una lectura a “La ciencia de la lógica”, de Hegel.
Para iniciar, aclaro que a la palabra definición no me gustaría verla como puede expresar un diccionario o “definirla” un experto; sino que ofrezco pensarla desde lo que transmite y sus implicaciones.
Ella va asociada a acotar, delimitar y enmarcar un ente. De ahí que la definición se trata de un “aislamiento sígnico” que se realiza a través del lenguaje, y su resultado será siempre el establecimiento una identidad (formal).
Con la definición se tiene una generalidad abstracta que establece una equivalencia mecánica a partir de una determinación “repetida”. Así, si A igual a un B, se ignora que lo es solo en un determinado número de cualidades enmarcadas en un sistema de referencias (siempre atravesado transversalmente por la lógica del lenguaje y de la apropiación de este que se emplee). De ahí que la riqueza de ese A como sistema de múltiples determinaciones sea reducida a una forma que lo delimita, encasilla, aislada.
Basta mirar cómo son las definiciones para ver que en ellas siempre hay un “esto es” que las convierte en un portador de una(s) cualidad(es) estática(s). Siempre van a acotar al objeto del pensamiento en una idea que viene de afuera de este. De ese modo, la definición termina por ponerle a este objeto, por medio de la comparación, una determinación exterior, no justificada en su propia dinámica interna, y arbitraria. Apreciable lo anterior en el empleo de los rasgos más simples y hasta de los más complejos: caracterizar en bueno o malo, grande o chiquito, científico o no, democrático o no, por ejemplo. Luego se abre paso a la interrogante de si le es “superior” el concepto, y cuál es la diferencia.
El concepto, por su parte, no es una definición. No consiste en un listado de condiciones o normas que “cumple” algo. Se trata más bien de la construcción que refleje el auto-movimiento. Es esa relación esencial desplegada en su devenir, para vencer la comparación.
Pero hay algo que va implícito en ese despliegue, y es el sistema en el cual se enmarca. Los conceptos forman parte de una teoría y solo se realizan como tal cuando la relación esencial que contienen se mueve coherentemente dentro de la estructura (la teoría). Por lo que, el concepto, su elaboración, va acompañado de la creación y desarrollo de la teoría en la que dicho concepto cobre vida, coherencia y movimiento. Proceso este que, como es de esperarse, arrojará también otros conceptos que interactuarán entre ellos. Y es que no se trata de otra cosa, que de ser consecuentes con aquello de la creación de una totalidad orgánica, sobre la que se levante un sistema dialéctico.
De lo contrario, solo estaremos haciendo una comparación en la que se aplica una cualidad ya establecida, y no se tendrá el fruto de la reflexión de lo que se quería estudiar.
Lo aquí mencionado no es una diferencia menor. Muchos definen, pero conceptualizar es ejercicio de unos pocos, y que requiere de un mayor esfuerzo.