La premio Nobel de Literatura 1996, Wislawa Szymborska, fallecida ayer a los 88 años a causa de un cáncer de pulmón, era la voz que partía de las cosas más simples para reflexionar sobre la universalidad y la condición humana, la voz de la memoria de su Polonia invadida por los nazis y la voz […]
La premio Nobel de Literatura 1996, Wislawa Szymborska, fallecida ayer a los 88 años a causa de un cáncer de pulmón, era la voz que partía de las cosas más simples para reflexionar sobre la universalidad y la condición humana, la voz de la memoria de su Polonia invadida por los nazis y la voz que le cantaba a la belleza cotidiana.
Antes de recibir el galardón, Szymborska era la poeta más conocida en su país, pero recibir el Nobel llevó su obra al resto del mundo, que conoció la finura, el humor y el hábil juego de palabras en sus versos. La academia sueca dijo en su carta que el premio se le otorgaba por «la precisión irónica con la que ha iluminado fragmentos de la realidad humana en su contexto histórico e ideológico».
En su decisión, el comité había calificado a Szymborska como la «Mozart de las letras», al ponderar el humor y sencillez con la que abordaba las cuestiones más profundas, como la muerte o el amor.
La entrega del Nobel fue una revolución en su vida y en la celosa privacidad que siempre intentó mantener, porque, como dijo, fue «una gran confusión, pero también una gran alegría, honor, nuevas amistades y cambios».
ADIÓS
Wislawa Szymborska murió en su casa, tranquila, mientras dormía, explicó su asistente, Michal Rusinek, quien recordó que la escritora fue siempre una fumadora incorregible a pesar de las constantes advertencias de los médicos.
La poetisa, traductora y ensayista estuvo rodeada de algunos de sus familiares y amigos más cercanos, como la periodista Katarzyna Kolenda, quien posteriormente recordaba en una entrevista en la cadena TVN24 la personalidad de Szymborska.
«Siempre que se le preguntaba por qué escribía poesía ella respondía con un simple ‘eso yo no lo sé’. Trataba su trabajo como algo muy personal y con mucha modestia», explicaba Kolenda.
Nacida el 2 de julio de 1923 en Bnin, cerca de Poznan, vivió en Cracovia desde que su familia se trasladó allí en 1931. En su juventud sufrió la invasión nazi en 1939 y obligada a trabajos forzados en las líneas férreas, lo que no impidió que continuase sus estudios en centros ilegales durante el periodo de guerra. Posteriormente cursaría Literatura y Sociología en la universidad de Cracovia.
Su obra consta de más de 20 volúmenes de poesía, entre ellos Vista desde un grano de arena, La gente en un puente y Sonidos, sensaciones y pensamientos. Desde la publicación de su primer poema en un diario local en 1945, Szymborska destacó por una obra plena y que con su libro Llamando al yeti atrajo la atención de la crítica y lectores de su país.
Uno de sus poemas, «Amor a primera vista», sirvió al director de cine polaco Krzysztof Kieslowski como arranque para su película Rojo, parte de la trilogía Tres colores: azul, blanco y rojo.