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¿Napalm sobre los indios?

Fuentes: Diagonal

Más de un positivista iluminado por la fe en el progreso continuo podría llegar a pensar que afirmaciones como las de Mariano Baptista, presidente boliviano de fines del siglo XIX, pertenecían al pasado. «La clase letrada y la cristiana siente por los aymaras un gran horror, los he contemplado desde mi niñez con espanto por […]

Más de un positivista iluminado por la fe en el progreso continuo podría llegar a pensar que afirmaciones como las de Mariano Baptista, presidente boliviano de fines del siglo XIX, pertenecían al pasado. «La clase letrada y la cristiana siente por los aymaras un gran horror, los he contemplado desde mi niñez con espanto por la humanidad», dijo entonces aquel estadista, a todas luces blanco.

Más de cien años después, el racismo de las élites no parece haber cambiado demasiado. El 26 de agosto, la ONG Survival, dedicada a la defensa de los pueblos originarios, ha otorgado el premio al artículo de prensa más racista del año a una pieza de opinión publicado en el diario Correo, el tercero de más tirada en Perú. El artículo aparecía poco después de los enfrentamientos entre indígenas y policías en la Amazonía provocados por los decretos que «privatizaban la selva» en palabras de los nativos amazónicos. Entre las lindezas del texto, el autor, Andrés Bedoya Ugarteche, se refiere a los indígenas como personas «salvajes», «paleolíticas» y «primitivas», cuyas «lenguas nativas no pasan de 80 vocablos». «Para aquellos que aún consideran a estas ‘etnias’ como grupos humanos de gentes ‘buenas’, ‘ingenuas’ y ‘candorosas’, les recuerdo que fueron estas mismas las que perfeccionaron el arte de reducir las cabezas de sus enemigos y llevarlas en los cinturones de piel que sujetaban sus taparrabos (…) En todo caso, si los ‘nativos’ no lo hicieron con los 25 policías que asesinaron y se comieron sus restos, fue solamente por falta de tiempo», remarca el columnista.

Para terminar el artículo, Bedoya concluye: «No sé qué espera Alan [García, presidente de Perú] que no prepara a su FAP [Fuerza Aérea Peruana] con todo el napalm necesario». Cualquier europeo biempensante podría razonar que este tipo de extremismos son propios de Estados atrasados donde las desigualdades son mayores y los estándares culturales menores que la media europea. Sin embargo, en marzo de 2008, a la pregunta del portal peruano Adonde.com de «¿cuál es el país más racista y xenófobo del mundo? ¿En qué país te daría miedo vivir?», el Estado español resultó ser el ganador con el 31% de los votos. Algo que no parecía echar por tierra el último informe Raxen del Movimiento contra la Intolerancia con datos como que el 14% de los jóvenes españoles estaría dispuesto a votar a un partido racista, o que el 54% de la población prefiere vivir con personas de la misma cultura y la misma religión. Sin duda los medios de comunicación españoles parecen aportar lo suyo, como demostró la ya clásica ‘broma’ de la radio de la Conferencia Episcopal a Evo Morales en la que un cómico se hizo pasar por Rodríguez Zapatero. El Ministerio de Justicia español confirmaba entonces lo que todo el mundo pensaba: «La COPE seguramente no se habría comportado así con un gobernante europeo».

Pero el racismo no es algo exclusivo de la derecha conservadora y paleolítica. «¿Es que no tienen ustedes ya límites en la manipulación?», escribía un lector al diario El País. No se trataba de un lector cualquiera sino de Bartolomé Clavero, miembro del Foro Permanente de la ONU para las Cuestiones Indígenas. «Los comités cívicos [de las provincias ricas de Bolivia] encabezan un movimiento de restauración colonialista que El País está abiertamente alentando. (…) Tienen intereses económicos por supuesto y no sólo en el sector mediático. Permítanme que les haga una recomendación. Abandonen el doble baremo, lo más vergonzoso de todo por ser lo más caracterizadamente colonialista».

Enlace original: http://www.diagonalperiodico.net/Napalm-sobre-los-indios.html