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Negar la negación del negado

Fuentes: Rebelión

La cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) sienta las bases para la emergencia de una diferente relación entre los países, anunciando una nueva era donde se pasa desde la unipolaridad – surgida tras la caída de la Unión de Repúblicas Soviéticas (URSS)-, a la multipolaridad, donde son varios los países llamados a liderar la escena geopolítica mundial.

La cumbre de la OCS en Tianjin, China, marca un hito en la historia humana como lo fue en su momento los Acuerdos de Breton Woods de 1944, que establecieron las bases del sistema financiero que regiría después de la Segunda Guerra Mundial, dando origen a las instituciones rectoras de la economía como El Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial.

Al igual que los Acuerdos de Breton Woods, la cumbre de la OCS se da en un momento de convulsión mundial, para los primeros, la IIGM había creado las condiciones para la existencia de un cambio que morigerara las contradicciones entre los Estados capitalistas en su fase imperialista y el campo socialista liderado por la URSS. En los segundos, la guerra de Rusia contra Ucrania – armada y apoyada por la OTAN-, tanto como el genocidio en Gaza, son los acontecimientos parteros de la historia.

Cambios tan radicales vienen siempre precedidos por convulsiones como guerras o revoluciones. En el caso de Gaza, queda en evidencia que el liderazgo occidental entra de lleno en una etapa de descomposición moral, al dejar al arbitrio de uno de sus aliados el destino de millones de personas para la limpieza étnica.

En el discurso pronunciado por el secretario general del Partido Comunista Chino, Xi Jinping, se lanzaron las bases de esta propuesta para el mundo basado en la nueva “gobernabilidad global” para superar “la mentalidad de la Guerra Fría, la hegemonía y el proteccionismo». Xi enumeró cinco principios rectores para la convivencia de los Estados: la igualdad soberana; el respeto del derecho internacional; el multilateralismo; el enfoque centrado en las personas y la necesidad de tomar medidas concretas. 

Esta propuesta del líder chino ha sido catalogada por el analista ruso, Alexander Dugin, con el concepto de “Soberanía Civilizatoria”, para dar a entender un salto cualitativo entre las relaciones entre países.

Si bien en la cumbre OCS, no se hizo mención explícita a los Estados Unidos, todas las ideas surgidas en la cita hacen comprender que ya no es aceptable la vieja forma de gobierno mundial unilateral, basado en reglas que se aplican en vertical desde la metrópolis hacía el llamado Sur Global, que sirven para la explotación imperialista impidiendo el desarrollo de los países colonizados.

El discurso de Xi Jinping nos recuerda que negar la negación del negado es el acto supremo contra el colonialismo y una forma de reparación (tal como lo describe Frantz Fanon en su libro Los Condenados de la Tierra), para superar el trauma de la explotación colonial, recuperando el pleno goce de la condición humana y la dignidad.

Lo acordado en la cumbre OCS hace pleno sentido a los pueblos del Sur Global, marcando un intenso golpe en contra de las formas imperialistas del mundo unipolar. Lleva la política interna de China, basada en las enseñanzas de Marx y Mao Tse-tung, a la esfera internacional y las relaciones entre naciones.

El cuestionamiento al gobierno mundial de los Estados Unidos implícito en la cumbre hizo reaccionar de inmediato al presidente Trump quien publicó en su red Truth Social acusaciones de “conspiración” contra Rusia, China y Corea del Norte. Lo de Trump pareciera una reacción lógica del capitalismo de los Estados Unidos, donde las relaciones de fuerza, el enfrentamiento y la guerra de clases son los postulados hegemónicos, donde el Leviatán (Thomas Hobbes) impone y no negocia.

Lo cierto es que en la cumbre quedó en evidencia el trato amistoso y de colaboración entre los liderazgos versus las amenazas, las sanciones y las guerras promovidas por occidente.

Las muestras de amistad entre los líderes de Rusia, India y China, nos habla de una complicidad en transformar la relación de enfrentamiento en una mirada de futuro. Las palabras de Xi son el “regalo de una cebolla” para el Sur Global, lo que significa, para algunas culturas, un simbolismo de esperanza.

Hay una ruptura del eje político derecha e izquierda, tanto como del capitalismo como Leviatán. El concepto de “soberanía civilizatoria” va en contra del capitalismo salvaje neoliberal y globalista; se realiza en un momento de encuentro de la comunista China con gobiernos conservadores como Rusia e India. Vladimir Putin mencionó el volver a los valores tradicionales, mientras, el comunismo chino muestra que ser conservador en un mundo derrochador es una opción, al menos, sensata.

Por otra parte, otro hito trascendente de la cumbre fue la participación protagónica del primer ministro de la India, Narendra Modi, quien se decantó por el mundo multipolar sin dejarse intimidar por las amenazas de Donald Trump.

Tres naciones principales, que están entre las 5 primeras economías del mundo, son los llamados a consolidar el mundo multipolar: Rusia, conservador cristiano/ortodoxo; India, con un líder nacionalista/conservador; y, China, con un gobierno de partido único con valores culturales derivados del confucionismo. Estos han sabido de colonialismo y pueden entender verdaderamente el concepto de negar la negación del negado como forma de superación del daño causado.

No es casual que a los tres días después de la cita, China hiciera un desfile militar contundente para conmemorar los 80 años de la victoria en la SGM, mostrando su poder bélico con nuevas tecnologías: el nacimiento del nuevo mundo debe tener la fuerza necesaria para mantenerse ante las amenazas crecientes de occidente.

Las palabras y los simbolismos de la cumbre pueden encantar a los países de la periferia, pero deben tener consistencia en los hechos. En momentos que el Leviatán herido amenaza militarmente a Venezuela, los países líderes del mundo multipolar deben mostrarse como fieros defensores de su soberanía, de lo contrario, las palabras y los gestos no bastarán para generar la confianza necesaria en los países del Sur Global para dar el gran salto.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.