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En Congreso de EE.UU.

Neutralidad de la Red en debate

Fuentes: Alai-amlatina

Un movimiento creciente en pro de la «neutralidad de la Red» -factor clave para preservar un Internet libre y abierto- dio un significativo paso, el pasado miércoles 13, cuando el representante demócrata de Massachussets, Edward Markey, introdujo un proyecto de ley en la Cámara de Representantes, destinado a impedir que los proveedores de servicios Internet […]

Un movimiento creciente en pro de la «neutralidad de la Red» -factor clave para preservar un Internet libre y abierto- dio un significativo paso, el pasado miércoles 13, cuando el representante demócrata de Massachussets, Edward Markey, introdujo un proyecto de ley en la Cámara de Representantes, destinado a impedir que los proveedores de servicios Internet de banda ancha puedan retardar el tráfico de Internet, o cobrar tarifas adicionales a los proveedores de contenido, para diferenciar la velocidad de acceso a los sitios Web. El representante republicano Chip Pickering, de Missouri, co-patrocina el proyecto de ley.

El «Internet Freedom Preservation Act» (proyecto de ley de preservación de la libertad de Internet) enmendaría la Ley de Comunicaciones de 1934, que define el marco jurídico de las telecomunicaciones estadounidenses. Según el resumen del proyecto de ley: «El Internet Freedom Preservation Act tiene como propósito evaluar y promover la libertad en Internet para los consumidores y los proveedores de contenidos. La libertad de Internet abarca generalmente la noción de que los consumidores y los proveedores de contenido deberían tener la libertad de enviar, recibir, tener acceso y usar las aplicaciones legales, contenidos, y servicios que ellos escojan en las redes de banda ancha… y que los productores de contenido no tengan que pagar tarifas adicionales ni discriminatorias a los proveedores de red de banda ancha. Estos principios generales también son conocidos a menudo como ‘ neutralidad de la red ‘».

El proyecto de ley también dispone que la Comisión Federal de Comunicaciones -FCC por su sigla en inglés- convoque por lo menos ocho «cumbres de banda ancha» en todo el país. Timothy Karr de Free Press comenta: «Este proyecto de ley traslada el tema fuera de Washington -y lejos de las influencias corruptoras del lobby de las telecomunicaciones- y permite que se involucren comunidades del país que desean compartir las enormes ventajas económicas y sociales de un Internet abierto».

La neutralidad de la Red remite al principio de que todo el tráfico de Internet se debe tratar con igualdad, descartando que los proveedores de Internet puedan interferir o discriminar en el tráfico en la Web, sobre la base de su origen, destinatario, contenido o propiedad. El movimiento por la neutralidad de la Red es liderado por la coalición Save the Internet (salvar Internet), coordinada por el grupo de derechos mediáticos Free Press. Save the Internet argumenta que «con la neutralidad de la red, la única función de la red es mover datos; mas no elegir cuales datos se privilegian con un servicio de más alta calidad».

Las grandes empresas de cable y telecomunicaciones quieren convertirse en guardianes que ponen un «impuesto» a los proveedores de contenidos (por ejemplo, a sitios Web, o a tu blog) para asegurar una conexión rápida a sus datos. También quieren acelerar el acceso a sus propios sitios y retrasar el acceso a los competidores. De acuerdo a Save the Internet, ellas tienen un nuevo enfoque de la autopista de la información: «desean reservar las vías rápidas para sus propios contenidos y servicios -o para las grandes corporaciones que pueden permitirse el lujo de pagar los costosos peajes- dejando al resto de nosotros en un sinuoso camino empedrado».

Save the Internet se compone de una sorprendente gama de organizaciones y sectores, que van desde el ACLU (Unión Americana de Libertades Civiles) hasta la Coalición Cristiana -profundamente conservadora-; desde sindicatos como SEIU y el Teamsters hasta asociaciones de jugadores en Internet. La coalición también incorpora a grupos progresistas -feministas, ambientales y grupos de derechos civiles o de educación-.

El trabajo organizativo de Save the Internet y de otros grupos de consumidores ha logrado incluso introducir el tema de la neutralidad de la Red en la campaña presidencial. La mayoría de los demócratas apoyan la propuesta y la mayoría de los republicanos se oponen a cualquier nueva «regulación gubernamental», como la llaman. Barack Obama es el que más claramente apoya la neutralidad de la Red, y ha ofrecido darle una alta prioridad en su administración.

Los grandes grupos empresariales que se oponen a la neutralidad de la Red argumentan que Save the Internet y otros intentan «regular» a Internet. Los defensores contestan que las empresas como Comcast y otras gigantes de la banda ancha son quienes están tratando de regular a Internet, y que intentan operar una reingeniería de la actual «arquitectura abierta» de Internet, para convertirlo en un feudo privado de acceso rápido. Según Save the Internet, «a pesar de todo su discurso sobre la «desregulación», los gigantes del cable y de las telecomunicaciones no desean una real competencia. Desean reglas especiales escritas a su favor».

Un sistema escalonado no es ninguna eventualidad lejana. El Washington Post señala: «William L. Smith, jefe de tecnología de BellSouth Corp., con sede en Atlanta, dijo a reporteros y analistas que un proveedor de servicios de Internet, tal como su empresa, debería poder, por ejemplo, cobrar más a Yahoo Inc. por darle la oportunidad de que su sitio de búsquedas se cargue más rápidamente que el de Google Inc.» Es más, dado que gran parte del tráfico mundial de Internet pasa a través de los EE.UU., los consumidores de todo el mundo también sufrirían las consecuencias de un sistema escalonado.

Para luchar contra la neutralidad de la Red, las empresas de cable y telecomunicaciones han invertido millones de dólares en esfuerzos de lobby en el Congreso e incluso han creado y financiado organizaciones «Astroturf» (o sea, grupos de «base» postizos, financiados por grupos industriales) como Hands Off the Internet (manos fuera de Internet) y NetCompetition.org. Scott Cleland, representante de este último, y consultor en telecomunicaciones, expuso recientemente el extraño argumento de que los defensores de la neutralidad de la Red son «antipropiedad»: «Todo el mundo se ufana de la palabra ‘abierto’; se dice que lo abierto es maravilloso. Pero ‘abierto’ significa comunitario. Significa sin propietarios». Cleland no explicó por qué las grandes empresas de cable y telecomunicaciones deberían tener un control exclusivo sobre una propiedad que durante mucho tiempo ha estado en manos de la gente, en todo el mundo.

Un Internet de «velocidad pagada» tendría un impacto particularmente negativo en las organizaciones políticas de base, muchas de las cuales han aprovechado Internet para difundir sus mensajes. Según Save the Internet, «se elevarán de golpe los costos para colocar y compartir videos y clips de audio; se silenciarían los bloggers y se amplificarían las grandes empresas mediáticas. Las actividades de organización política podrían verse dilatadas, debido al puñado de proveedores de Internet dominantes que pide a los grupos promotores de los candidatos pagar una tarifa para utilizar la ‘vía rápida'».

Otra noticia relacionada, es que los defensores de consumidores han archivado quejas contra Comcast, ante la FCC, alegando que este gigante de la banda ancha retrasa o bloquea ciertos tipos de contenido, tales como el intercambio «peer-to-peer» (entre pares) de archivos. En sus comentarios ante la FCC, el pasado martes 12, Comcast argumenta que el manejo del tráfico de la red exige ciertas acciones razonables, para asegurar que los usuarios de programas de intercambio de archivos, como BitTorrent, no retarden el acceso de otros usuarios. Las políticas de la FCC apoyan la neutralidad de la Red, pero éste será el primer caso que ponga a prueba su actuación en la materia. Siendo que la mayoría de votos en la FCC está en manos de republicanos designados por Bush, este caso estará en la mira, tanto de los partidarios, como de los opositores de la neutralidad de la Red.

En conjunto, la ley propuesta y la queja ante la FCC son un indicativo de que el movimiento por la neutralidad de la Red ha tomado la ofensiva. Pero para que tenga éxito, todos quienes nos beneficiamos de un Internet libre tendríamos que unirnos y hacer oír nuestras voces.

Para más información: http://savetheinternet.com/=act (Traducción: ALAI)

– Daniel Denvir, periodista estadounidense, es colaborador de ALAI.