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No hay vacunas contra la rebelión de los pueblos

Fuentes: Rebelión

No existe una vacuna contra la rebelión y luchas de los pueblos, en contra de sus opresores, solamente la fuerza y la ignorancia ha logrado postergar, los intereses históricos de los trabajadores y los pueblos. Siempre existió y existirán esas luchas mientras existan las contradicciones de clase, pues esa es la verdadera historia de la […]

No existe una vacuna contra la rebelión y luchas de los pueblos, en contra de sus opresores, solamente la fuerza y la ignorancia ha logrado postergar, los intereses históricos de los trabajadores y los pueblos. Siempre existió y existirán esas luchas mientras existan las contradicciones de clase, pues esa es la verdadera historia de la humanidad desde tiempos inmemoriales hasta nuestros días, y contra esto, no existe ninguna vacuna.

Lo cierto es que en este nuevo siglo, estamos viviendo la síntesis de toda la rica experiencia acumulada de las luchas del pasado, que estuvieron signadas por triunfos, masacres, derrotas, retrocesos, pero siempre los pueblos resistiendo.

El siglo pasado nos deja grandes revoluciones democráticas, en este continente, y más allá la revolución de octubre en la URSS, la revolución China, revoluciones liberadoras en Cuba y Nicaragua, que significaron un antes y un después, en la historia de la humanidad. Todas ellas sirvieron como experiencia para el presente y el futuro del mundo.

Nada de lo que ocurre actualmente en las rebeliones que se están dando en todas partes del planeta, no se pueden explicar correctamente sin recurrir a las experiencias pasadas de lucha, de perseverancia ideológica y de futuro de vida, pues esas ricas experiencias, nos señalan el camino a transitar, en la búsqueda y construcción de una nueva sociedad de iguales. Y sobre todo nos enseñan que errores no volver a cometer, para evitar los retrocesos o las reversiones de las mismas.

En esta primera década de este siglo XX1, el capitalismo global y su brazo ejecutor el imperio norteamericano con sus satélites, han vuelto a reeditar invasiones, a países que según su criterio bastardo, no obedecen su mandato imperial, así, sin ningún justificativo de ninguna índole ante el mundo ni siquiera moral, desataron guerras, en contra de Irak y Afganistán, utilizando el más sofisticado equipo para matar seres humanos y destruir ciudades, como sigue ocurriendo actualmente, pero pese a los cientos de miles y miles de muertos, esos pueblos siguen resistiendo semejante acto criminal, hasta conseguir echar de sus territorios a los invasores norteamericanos y sus cómplices que ya esas guerras las tienen perdidas.

Los mismos responsables de siempre, así mismo continúan apoyando y fomentando al sionismo israelita, las invasiones y masacres contra el pueblo palestino, que sigue en franca rebelión hasta lograr sus objetivos de recuperación territorial y su derecho de un Estado Palestino soberano e independiente.

Los pueblos de Europa, ya no soportan más las políticas neoliberales que al momento ya no funcionan, para seguir fomentando el consumismo adormecedor de esos pueblos, que se encuentran en franca rebelión en contra del sistema y por su sobrevivencia, hay un nuevo despertar incluyendo a sectores del pueblo norteamericano, que si bien como en mayo del 68 en Francia, «no sabían lo que querían, pero si sabían lo que no querían«. Eso está ocurriendo actualmente en todo el mundo, y además los pueblos árabes y africanos, comienzan a despertar del largo letargo al que estaban sometidos, por dictaduras pseudo democráticas, y reinados obsoletos que no se condicen con el mundo en rebelión.

En nuestra América, además el imperio siguió apoyando golpes como el ocurrido en el 2002 en contra de Chávez en Venezuela, donde el pueblo en rebelión, logró aplastar a los golpistas. Hechos similares ocurridos en Bolivia y Ecuador, donde los pueblos luchando hicieron retroceder a los agentes del capital y el imperio norteamericano.

Un golpe de estado «moderno» en Honduras aun no se está pudiendo revertir, ahí sigue el pueblo Hondureño ofrendando vidas hasta lograr encaminar de nuevo el proceso constituyente en ese hermano país, para adecuar la política de esos pueblos del Caribe al siglo XX1, y terminar con las Repúblicas bananeras del siglo pasado.

Así como en algunos países los pueblos con sus luchas, han logrado gobiernos «progresistas», la faena aún no está completa, los pueblos continúan en rebelión por gobiernos verdaderamente populares que vayan hacia la liberación y la unidad de América latina.

Mención especial al hermano pueblo colombiano, donde la lucha y las rebeliones se hacen más duras, donde los gringos tienen bases militares, donde hay un gobierno que continua la política de su antecesor, basada en el terrorismo de estado y dan todo su apoyo logístico militar para pretender aplastar todo movimiento, en contra de sus gobiernos títeres. Ahí la victoria tendrá que llegar, la ansiada paz, tendrá que pasar por el triunfo del pueblo en su afán de una Colombia libre e independiente y para los colombianos en consonancia con los demás pueblos de América.

El capitalismo está en decadencia, su maquinita para fabricar billetes (dólares), que pierden su valor por no estar respaldados en la producción de bienes, papeles que son usados para fomentar guerras y comprar conciencias y bienes en el mundo y para ser insertados en las burbujas especulativas, que tanto daño están causando a la economía mundial. Está fábrica de poder falso, tendrá que acabar cuando uno de sus principales acreedores, China, decida por conveniencias de una potencia emergentes, ocupar el lugar de los EE.UU. como nuevo rector de un mundo unipolar.

Esa es una cierta posibilidad, unos quieren acabar con el imperio norteamericano para ocupar su lugar. Y nosotros los pueblos en rebelión, queremos acabar con todo tipo de imperio que sigan usurpando por la fuerza, un derecho que nadie le encomendó de regir el mundo como gendarme, al servio de un sistema que está haciendo colapsar al mundo y todas sus especies.

Los pueblos en rebelión tenemos que estar de acuerdo en una cosa fundamental, contra cualquier tipo de imperialismo capitalista, por un mundo multipolar, por el derecho de los pueblos de darse el gobierno que decidan para sus países, en son de liberación nacional y en contra de cualquier hegemonía política y económica y por la construcción de una nueva sociedad de iguales.

Para eso es imprescindible, sobre esa premisa la unidad de América Latina, como un polo de poder económico, político, cultural y militar, para negociar entre iguales con los otros polos, de poder que los pueblos decidan conformar. No luchar por esta alternativa cierta, es de «idiotas y anti patriotas», como expresó el Presidente Mujica del Uruguay en su visita a Venezuela el presente mes, en alusión a este tema de la unidad de América Latina.

Toda la tecnología del capitalismo, no logrará nunca una vacuna, en contra de la rebelión de los pueblos. Sigamos avanzando con la rebelión de los pueblos, el camino se vuelve cada día más expedito hacia la liberación en contra del sistema, en todo el mundo. Las pruebas ahí están.

* El autor es ex Dirigente de la Central Obrera Boliviana (COB)

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.