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No olvidar la Comuna de París

Fuentes: Rebelión

En este mes de abril, pero de 1871, se llevó a cabo un importante suceso que los trabajadores no debemos olvidar. Es necesario tener presente el acontecimiento conocido como La Comuna de París, que nos permita comprender las lecciones para quienes buscamos hoy una verdadera transformación social.

Si lo medimos por su duración histórica, del 18 de marzo al 28 de mayo de 1871, fueron 72 días, prácticamente un tiempo insignificante, entonces ¿por qué se le ha prestado tanta atención? Porque se trata de un acontecimiento denso, infinitamente más complejo de lo que uno puede pensar que ocurra en un proceso que solo duraría 72 días. 

Este acontecimiento histórico se enmarca a mediados de 1870. Tanto el Imperio francés, entonces liderado por Napoleón III (el mismo que invadió a México en 1861), como el Imperio prusiano, liderado por el káiser Guillermo I, se encontraban en una etapa de expansión por razones económicas y políticas. Su enfrentamiento se le conoce como la guerra franco-prusiana. En julio de 1870 se declaró la guerra y en septiembre de 1870 los ejércitos napoleónicos fueron derrotados en la Batalla de Sedán; el resultado fue la captura del emperador Napoleón III y más de 100 mil tropas francesas. 

En medio de la ofensiva de las tropas prusianas que estaban apoderándose de territorio francés y que se acercaban a París, se convocó a la formación de un proceso electoral para elegir la Asamblea Nacional y un gobierno provisional de salvación o defensa. En estas elecciones fue electo Adolph Thiers el 17 de febrero de 1871, pero ello no generó ningún remedio, en marzo del mismo año los dirigentes de las tropas francesas ofrecieron una rendición en condiciones humillantes que implicaba la entrega de París. 

En este contexto entró en escena el pueblo parisino. La población francesa estaba dispuesta a defender París. Infinitamente superior a lo que habían hecho los juristas y militares de la burguesía, en marzo de 1871 se generó un salto de conciencia, un salto en la disposición a reconocerse con otros para formar un solo cuerpo, una unidad superior a la plasmada en el papel. El pueblo francés, y en particular el pueblo parisino, ya venía con una gran tradición de lucha y de reconocimiento de sus verdaderos enemigos. Dado que existía una gran reserva de conocimiento de lo que significa luchar, de lo que significa enfrentarse al enemigo, el pueblo francés se enfrentó a su propio gobierno, a la cúpula del gobierno comandada por Thiers. 

La Guardia Nacional, organismo auxiliar del ejército francés en ese momento inexistente, se unió al levantamiento popular para formar junto con los trabajadores, artesanos e inmigrantes desempleados, una organización miliciana popular. El gobierno mendaz de Thiers por su parte incitó a los militares a disparar contra la población, sin embargo, las fuerzas militares no dispararon. 

El pueblo parisino, encabezado por los trabajadores, dentro de sus primeras acciones llamó a participar a los diferentes distritos de París y a las distintas comunas para elegir al máximo órgano político, el Consejo Comunal. Mediante sufragio universal directo, fueron elegidas las autoridades del Consejo Comunal, compuesto por concejales de los diferentes distritos y municipios de París. 

Los miembros electos de este nuevo gobierno podían ser revocados si se comprobaba que no estaban cumpliendo con los mandatos que la población les había otorgado al elegirlos, y que funcionarían exclusivamente con ingresos equivalentes al salario de un trabajador promedio en París de aquellos años. Ser miembro del gobierno no significaba entonces obtener prebendas y privilegios, sino una tarea que exigía cumplir cabalmente con su responsabilidad y mantenerse siempre, hombro con hombro, al servicio de su pueblo. 

Muchos de los dueños de las empresas huyeron de París, de modo que una gran cantidad de empresas fueron abandonadas y cerradas, por lo que la Comuna de París declaró que estas empresas debían ser confiscadas y, por tanto, pasarían a la administración y autogestión de los propios trabajadores, comenzó así su reactivación y funcionamiento regular para beneficio de la población parisina. 

Se suspendió el pago de alquileres. Se devolvieron las prendas de las casas de empeño. Se eliminaron los turnos de noche en las panaderías. Se asumió el compromiso de que la educación debía ser fundamental y un derecho que debía cumplirse. Por limitaciones de espacio no es posible describir en toda su amplitud la gran obra del pueblo parisino como gobierno. El Consejo Comunal se convirtió pues en un gobierno del pueblo y para el pueblo. 

En paralelo a este proceso, Thiers, apostado en Versalles, cerca de París, negoció un rearme con el gobierno del emperador Guillermo I y junto a las fuerzas del ejército prusiano se dispusieron erradicar a la Comuna; el peligro ya no era la invasión de Francia por tropas prusianas, ahora la amenaza fundamental residía en la fuerza del pueblo parisino que, dirigido por los trabajadores, comenzaba a gobernar con éxito. Del 21 al 28 de mayo de 1871 se realizó el implacable castigo contra el París obrero de la Comuna: fueron asesinados más 35 mil hombres, mujeres, niños y ancianos, una salvaje y sangrienta carnicería para retomar el control de la ciudad de París. Había que impedir a toda costa que los trabajadores de Francia, Alemania y el mundo, aspiraran a construir una sociedad nueva dirigida por ellos mismos. 

Karl Marx, de este acontecimiento diría más tarde: la clase obrera no puede simplemente tomar el viejo aparato estatal y usarlo para avanzar en su tarea de emancipación económica y política. Como corolario de esto, deben crear su propio Estado, sus propios gobiernos, sus propias formas de hacer política. 

La Comuna de París fue la forma política descubierta, en un momento histórico determinado, para la emancipación política y económica de la clase obrera. La Comuna fue la forma de Estado o el Estado que surge como consecuencia de la revolución proletaria. ¿Qué será capaz de edificar ahora el pueblo mexicano si se organiza y lucha? 

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.