Tal vez porque los bancos son, en su publicidad, quienes más recurren a la magia de la «poesía» para mejor vender sus servicios, en ocasiones, entre tanta blanca paloma, flores silvestres y orquestas de cuerdas, se les escapan versos tan ásperos y crudos como el que un banco muestra, actualmente, en los medios de […]
Tal vez porque los bancos son, en su publicidad, quienes más recurren a la magia de la «poesía» para mejor vender sus servicios, en ocasiones, entre tanta blanca paloma, flores silvestres y orquestas de cuerdas, se les escapan versos tan ásperos y crudos como el que un banco muestra, actualmente, en los medios de comunicación.
Un hombre maduro, atractivo y, sobre todo, convincente, toma la palabra y dice: «Puedes llamarlo esperanza…puedes llamarlo oportunidad…puedes llamarlo urgencia… vacaciones…salud… Nosotros lo llamamos dinero».
Nunca he dudado de que para los bancos esa sea la ecuación correcta pero, que yo recuerde, es la primera vez que una entidad bancaria lo resume de tan certera manera y lo hace, además, públicamente.
Por supuesto, ellos también tienen las «soluciones».
Y es que para la lógica del mercado, no hay principio más sagrado ni compromiso más divino que multiplicar el capital. Cualquier otro aspecto que escape a esa lógica, los bancos, como quiera, seguirán llamándolo dinero. La razón y el derecho acumulado en más de veinte siglos, el arte construido, aquellos conceptos que mejor nos definen a los seres humanos… «nosotros lo llamamos dinero», dice el Banco.
Puedes llamarlo democracia…puedes llamarlo derechos humanos… puedes llamarlo paz… justicia… tolerancia… solidaridad… ética… moral… puedes llamarlo como tú quieras… «nosotros lo llamamos dinero».
Cada vez que usted entra en un banco y, delante de un empleado, comienza dando el nombre y recitando el motivo, ese empleado sabe que usted y su motivo se llaman dinero.
Tan mercantil filosofía no deja, sin embargo, de tener sentido y beneficios para esos pocos miserables responsables de la común miseria. Y podemos llamarlo escrúpulos… podemos llamarlo conciencia… honestidad… vergüenza… Ellos lo llaman dinero.
Y dinero es lo único que tienen los bancos.