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Nuestras tareas en torno a estas elecciones

Fuentes: http://portalrodriguista.org/

– La crisis mundial del modelo neoliberal y del sistema capitalista sigue extendiéndose y profundizándose sin encontrar alternativas de solución dentro o fuera del sistema. El Imperialismo Yanqui y sus aliados hacen todos los esfuerzos por mantener la hegemonía y salir al paso al avance de la crisis, lo que inevitablemente los llevará a confrontarse […]

– La crisis mundial del modelo neoliberal y del sistema capitalista sigue extendiéndose y profundizándose sin encontrar alternativas de solución dentro o fuera del sistema. El Imperialismo Yanqui y sus aliados hacen todos los esfuerzos por mantener la hegemonía y salir al paso al avance de la crisis, lo que inevitablemente los llevará a confrontarse con los países del BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) en la lucha por los mercados de capitales, de mano de obra y mercancías. A esta crisis los economistas y cientistas políticos no vislumbran su término o le dan aun diez o más años de duración.

– Los profundos conflictos de intereses entre la mayoría de los habitantes del mundo frente a un grupo muy minoritario dominante está generando masivos movimientos sociales y fuerte represión por parte de los sectores gobernantes. Chile no es la excepción.

– La «clase media» es hoy la principal afectada. Esta enorme capa social cuyo crecimiento se debe al explosivo desarrollo del modelo neoliberal en la década de los años 80 y 90 del siglo pasado, la constituyen pequeños y medianos empresarios, profesionales, trabajadores de todo tipo de servicios, empleados públicos, artesanos, comerciantes, campesinos, etc. Más del 80 por ciento de la población se reconoce en ella. Es el primer escalón dentro de los procesos de crisis usado por las clases dominantes para mantener su cuota de ganancias. Estos integrantes son los principales afectados en la primera fase de esta crisis. No sólo son perjudicados en su entorno y condiciones de vida, sino también son llevados a la ruina y a la quiebra empujándolos al de cesantes y asalariados con sueldo mínimo. Absolutamente todos los movimientos sociales surgidos desde que Piñera asumió la presidencia hace, casi cuatro años, tienen estas características. Pero las causas fueron engendradas durante la dictadura y consolidadas en los gobiernos de la Concertación. (Hoy, según las definiciones de las teorías dominantes, se considera perteneciente a la clase media el sector que gana entre 200 mil y seis millones de pesos mensuales).

– Está incapacidad de los sectores dominantes para resolver o controlar la crisis pone sobre el escenario la necesidad de profundas transformaciones políticas cuyo principal impulsor está siendo la «clase media», justamente la más afectada hoy. No obstante aportar no más del 10 % al PIB, conforma alrededor del 80 % de la fuerza laboral.

– El fruto del desarrollo desenfrenado del capitalismo que ha generado una contradicción insoluble entre todo el andamiaje jurídico institucional y el desarrollo productivo, inevitablemente impulsará la crisis política llevando a situaciones de ingobernabilidad si no se producen las transformaciones necesarias. Esta crisis ya se refleja en los partidos políticos de los sectores gobernantes así como también en los partidos y representantes tradicionales de los sectores populares que no encuentran formas claras de alternativas dentro de la institucionalidad.

– La contradicción entre los sectores ligados a la gran empresa que conforman no más del uno por ciento (y bastante menos) y el resto de la población -evidente en el deterioro de las condiciones de vida y en la apropiación de las riquezas producidas- es el verdadero meollo del malestar de nuestro pueblo.

– Las elecciones presidenciales se han transformado en tierra fértil para buscar salidas e integrar fuerzas políticas que luchan por los cambios. Hoy las masas elevan las demandas económicas, medioambientales sociales a la altura de demandas políticas por transformaciones estructurales.

– La lucha política ha puesto en el primer plano el conflicto no entre los que quieren cambios y los que quieren continuar con el estado vigente, sino entre quienes pretenden hacer cambios dentro del sistema y quienes aspiran a cambiar el sistema: entre quienes desean reformar el sistema manteniendo su esencia y quienes exigen cambios estructurales de todo el sistema, cuyo primer paso es el traspaso del poder político al noventa y nueve por ciento de la población, es decir, instaurar un poder ciudadano y popular.

– Por tanto no es de extrañar no solo la baja «popularidad» de los partidos más reaccionarios sino también la posibilidad real de que no pasen a la segunda vuelta electoral. La debilidad de cada sector político impide un resultado abrumador que permita la victoria de cualquier fuerza en la primera vuelta.

– Esta situación abre una real posibilidad a las fuerzas por cambios profundos, sobre todo la que encabeza Marcel Claude, para que se transformen en alternativa electoral concreta en la disputa por el gobierno. En la medida que más avance el tiempo y más cercanas estén las elecciones con mayor nitidez estarán definidas las fuerzas. Por un lado, el deterioro de las fuerzas de la Concertación, falazmente autodenominada «Nueva Mayoría», defensora de los intereses de los sectores del gran capital y del imperialismo, y la debacle de las fuerzas más reaccionarias de la UDI y RN que por su ideologismo ultrarreaccionario han sido incapaces de adecuarse a la nueva situación mundial generándole confusión y conflictos internos.

– Ante este panorama, los sectores del gran capital aportaran todos sus recursos financiaros, mediáticos y propagandísticos para apoyar el triunfo de la Bachelet, única alternativa para la mantención del modelo imperante. El desafío de las fuerzas populares es romper con esta maquinaria.

– Del otro lado, de forma audaz, se levanta un proyecto cuyos planteamientos son acordes a los intereses de nuestro pueblo, de las necesidades del país y nuestra América Latina. Con Marcel Claude se va conformando un bloque de izquierda que va más allá del mismo candidato o su posible victoria electoral. Es un sueño realizable y una esperanza para nuestro pueblo.

– Los impedimentos, amarres jurídicos y políticos para realizar cambios estructurales al sistema político, económico y social del país requieren mucho más que una victoria electoral. No obstante, lograr una contundencia que permita pasar a la segunda vuelta o la victoria en las elecciones, aceleraría la creación de las condiciones subjetivas para plantearse la disputa del poder a las fuerzas dominantes.

– La debilidad política de nuestro pueblo reflejada en la falta de organización, baja conciencia y claridad política, conduce al espontaneísmo en vez de impulsarlo a una lucha planificada y metódica que lo transforme en poder real frente a unas fuerzas organizadas científicamente para dominar al pueblo. Esta campaña y la candidatura de Marcel Claude permite superar estas deficiencias. Cualquier titubeo o vacilación, la que nos tiene acostumbrado la izquierda tradicional, de que la candidatura de Marcel solo sea un saludo a la bandera, solo sirve a las fuerzas dominantes.

– En estas circunstancias lo primordial es acabar con la dispersión y fragmentación de las fuerzas populares para conformar un gran bloque o frente de izquierda. El trabajo de todos los colectivos y organizaciones debe ser capaz de superar los elementos subjetivos que han conllevado o mantienen la dispersión.

– Este trabajo será el factor fundamental para asumir los ejes centrales del planteamiento de la campaña de «Todos a la Moneda». Tendrá como característica el esfuerzo mancomunado y dejar de lado los elementos ideologistas, personales, las desconfianzas históricas y los caudillismos.

– El abandono de la lucha por los intereses populares y de clase por parte de los partidos tradicionales de izquierda (PS, PC, y otros) dejó un enorme vacío que es preciso llenar para fortalecer y consolidar la organización política de la clase obrera, que hoy se encuentra relativamente estable y políticamente confusa, pero mañana, indudablemente asumirá un rol protagónico en la lucha por una sociedad mas justa.

– La campaña electoral permite realizar esta aspiración de unir los intereses de todos los sectores del pueblo en un solo bloque por un proyecto nacional soberano e independiente. Siendo las elecciones un instrumento para lograr objetivos políticos propios de los sectores dominantes no impide a los sectores populares usarlo también con ciertos objetivos, diferentes a los de la burguesía, que beneficien en su lucha por el poder político.

– Considerar a los medios, a los instrumentos, a la técnica como principios, como contenido de fondo en la lucha política es únicamente utilizar formas ideológicas burguesas en la lucha por transformaciones revolucionarias, un sinsentido o simplemente un oportunismo. En consecuencia, es el tipo de conciencia lo que puede transformar la designación u objetivo de tal o cual instrumento. No porque las elecciones en un sistema representativo sean exclusivas de la clase burguesa ello signifique que no se puedan utilizar para objetivos e intereses del propio pueblo. Así como el azadón, instrumento de trabajo para el campesino, le sirvió también como arma en sus luchas políticas: es cuestión de conciencia política.

– El objetivo principal en esta etapa de tres meses es aprovechar al máximo la preparación de condiciones para las luchas venideras a las que inevitablemente se incorporará el sector asalariado para lograr los cambios necesarios en el modelo imperante. Será otra fase en la prolongación de la crisis donde la Clase Obrera luchará sin cortapisas por el poder político junto al resto de los sectores sociales de nuestro pueblo.

– Nuestra tarea es llegar lo más fortalecidos posible a cada etapa en la lucha por las transformaciones revolucionarias. Solo así podremos enfrentar a un Estado donde sus Fuerzas Armadas y represivas no dudarían en ponerse por sobre las clases sociales, por ende de la democracia, aprovechando la ingobernabilidad (resultante del equilibrio entre las fuerzas civiles en pugna en este conflicto). Así ha ocurrido históricamente y es lo que se ve en Egipto, obviamente con anuencia de los EEUU. Hoy las FFAA de Chile son las mismas, doctrinariamente, que realizaron el golpe de 1973, son preparadas y entrenadas en función de un enemigo interno más que a uno externo. La base militar yanqui del Fuerte Aguayo en Con Con cumple la misión específica de entrenar a las fuerzas especiales de Carabineros y FFAA en la lucha «subversiva» urbana y rural. Es lo que se ha visto en todas las movilizaciones en estos últimos años en la represión de los mapuches, estudiantes y trabajadores.

– Concluimos que por sus planteamientos, la candidatura de Marcel Claude, es patriótica y nacional porque no se subordina a intereses del gran empresariado y del imperialismo, como sí lo son las candidaturas vinculadas a la Alianza y la Concertación. Todas las tareas que podemos plantearnos en este contexto deben desembocar en apoyar esta candidatura. La generación de comandos electorales territoriales pueden significar la creación de elementos de organización política básicos para enfrentar al sector dominante. Las asambleas ciudadanas y populares constituirán la organización embrionaria de la futura democracia participativa y de su asamblea constituyente.

– A 40 años del golpe militar al gobierno de la Unidad Popular y Salvador Allende el mejor homenaje que podemos hacer, es consolidar el proyecto y la candidatura de Marcel Claude. Los partidos que apoyaron el criminal golpe, los grandes empresarios que lo financiaron hoy apoyan a la Bachelet y a la Mathei.

¡El Pueblo chileno ha dicho basta! ¡Avancemos «Todos a La Moneda» por un gobierno patriótico y nacional!

Portal Rodriguista

Brigada Salvador Allende , BRISA