La Secretaría de Relaciones Exteriores de México comunicó: “El 17 de diciembre de 2023, Jorge Glas Espinel se presentó en la sede de la embajada de México en Quito para solicitar su ingreso y salvaguarda, expresando temor por su seguridad y libertad personal. Se permitió el acceso de Glas Espinel en calidad de huésped. En caso de que formalice una solicitud de asilo político, el Gobierno de México la analizará detenidamente y recabará la información necesaria para proceder como corresponda”.
México cumple la protección tradicional que ofrece a ciudadanos bajo peligro en numerosos países; lo hizo cuando ofreció sacar de Bolivia a Evo Morales, amenazado por los militares golpistas, a los familiares de Pedro Castillo, depuesto presidente del Perú, a Fidel Castro, Raúl Castro, Ernesto Guevara… Los miembros de la Revolución Ciudadana, RC: El excanciller Ricardo Patiño, los diputados Soledad Buendía, Carlos Viteri y Gabriela Rivadeneira, también se refugiaron en México. En la década de los 30, dio refugio a miles de españoles perseguidos por Francisco Franco, asimismo, entre otras personalidades, a Lev Trotsky.
Jorge Glas, vicepresidente de Ecuador entre 2013 y 2018, en los gobiernos de Rafael Correa (2007-2017) y Lenín Moreno (2017-2021), fue sentenciado a ocho años de prisión por cohecho y a seis, por asociación ilícita en los sobornos de Odebrecht, de los que pasó 5 años y 4 meses en la cárcel, acudió a la Embajada de México luego de que Diana Salazar, Fiscal General de Ecuador, emitiera una orden al comandante general de la Policía, en la que solicitaba localizar al exvicepresidente, para cumplir varias diligencias investigativas, sin que indicara sobre qué caso. Un día después, en Teleamazonas aseguró que no había una orden de detención contra Glas, sino que se solicitó su comparecencia para algunas diligencias. Asimismo, detalló que esta solicitud se hizo en el marco del caso ‘Reconstrucción’, relacionado con el presunto delito de peculado en la construcción de una vía tras el devastador terremoto ocurrido en la provincia de Manabí en 2016. El bufete de abogados Juscogens, con sede en Bruselas, ha asumido la defensa internacional de Jorge Glas.
La Asamblea Nacional de Ecuador negó una moción que pretendía autorizar el juicio penal a Glas en el caso ‘Reconstrucción’. La Fiscalía del país aseveró que la decisión de la Asamblea Nacional sentó “el terrible precedente de impunidad, con el cual el pueblo de Manabí queda en indefensión”; además, señaló que insistirá en la solicitud de fecha y hora para realización de la audiencia de formulación de cargos en el caso Reconstrucción de Manabí, por una investigación que, de acuerdo con la fiscal general, tendría carácter reservado.
Posiblemente, Glas no quiso comparecer porque sospechaba que el habeas corpus, gracias al cual salió de prisión, fuera cambiado y tendría que regresar a la cárcel si la fiscalía dictaba una orden de prisión preventiva. Luisa González, excandidata presidencial, expresó su solidaridad con Glas y acusó de una arremetida persecutoria y medidas represivas por parte de Diana Salazar contra los miembros de la RC.
Fausto Jarrín, abogado de Rafael Correa y Jorge Glas, no cree en la Justicia de Ecuador y afirma que es un ejemplo de cómo el Poder Judicial se usa para la persecución política y para exterminar a los seres humanos. El Estado ecuatoriano, de este modo, no ha hecho caso a los pronunciamientos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y al Grupo de Trabajo de Detenciones Arbitrarias de la ONU. “En estos momentos, un poco de decencia en la justicia podría implicar la nulidad de los procesos en contra de Rafael Correa, Jorge Glas y muchos otros compañeros que siguen perseguidos”. Esa nulidad les permitiría, tanto a Glas como a Correa, ser ciudadanos con plenos derechos y, sin ninguna duda, implica la posibilidad de que la RC vuelva a gobernar. “El poder económico y mediático no desean ese escenario y harán lo que crean necesario para impedirlo. Mi opinión es que, más temprano que tarde, la justicia internacional revertirá todos estos abusos, atropellos y descaradas violaciones a los derechos de los procesados, en realidad, perseguidos políticos”.
El caso de Glas es emblemático, porque era un vicepresidente en funciones que fue destituido, procesado y sentenciado en un tiempo récord, porque el proceso en su contra arrancó con una serie de pasos que los procesos siguientes mantuvieron o perfeccionaron, como el uso de testigos protegidos, de supuestos informes de inteligencia filtrados a los medios de comunicación, de dispositivos de memoria cuyo origen nadie conocía o de computadoras que desaparecían, etcétera.
Jorge Glas solicitó asilo al Gobierno de México, porque se considera perseguido político y cree que su vida correría peligro ante una detención en las cárceles ecuatorianas, luego de lo cual el Ministerio de Relaciones Exteriores de Ecuador informó que había entregado al gobierno mexicano la documentación pertinente sobre la situación judicial del exvicepresidente, proporcionada por la Corte Nacional de Justicia y la Fiscalía General, y advirtió que actuará con absoluta firmeza ante un eventual otorgamiento por parte de México de asilo político. “México deberá analizarla detenidamente, ante el pedido de asilo diplomático, con base en lo que establece la Convención sobre Asilo Diplomático de 1954, de la que son parte ambos países”, y cuyo artículo III de esa Convención dispone: “No es lícito conceder asilo a personas que al tiempo de solicitarlo se encuentren inculpadas o procesadas ante tribunales ordinarios competentes y por delitos comunes, o estén condenadas por tales delitos y por dichos tribunales, sin haber cumplido las penas respectivas”. En otras palabras, si México se negara a facilitar la comparecencia de Glas ante la justicia de Ecuador, se iniciaría el rompimiento de las relaciones diplomáticas entre ambos países.
Y eso es algo que el gobierno de Noboa debería evitar a toda costa, le basta recordar el caso Assange, cuando Ecuador sufrió el bochorno universal por no respetar el derecho de asilo. ¡Que vergüenza! Esa canallada jamás la cometerá México, por eso Ecuador debe respetar su decisión de dar asilo a Glas si así lo decidiera. Debe recordar que en plena Inquisición, bastaba con que un perseguido entre a un templo exclamando: “¡A iglesia me llamo!”, para que se volviera intocable. Según don Ricardo Palma, “como era práctica en los dominios del rey de España, cuando se iba a ajusticiar a un delincuente, todos los templos permanecían abiertos y las campanas tañían rogativas”, para que cualquier condenado tuviera chance de encontrar refugio y salvara su vida. “La extradición, que no era lícita para los tribunales civiles, era una prerrogativa del Tribunal de la Fe y solamente la Inquisición podía reclamar al criminal”. Pero hoy, basta con que cualquier perico de los palotes pida una captura, para que el acusado sea arrestado de inmediato. ¡Qué bajo ha caído la legalidad! Inferior a la Inquisición. El Presidente Noboa, so pena de que se baje del tren de la historia, debe seguir las huellas de nuestros próceres, como las de don José Joaquín de Olmedo. A ningún compatriota le debe tanto Ecuador como a este poeta; toda nuestra independencia está imbuida de sus ideas. Para Olmedo, las leyes son sabias si hacen felices a los pueblos. He ahí lo moderno de su pensamiento: la felicidad del ser humano está por sobre todo. Luego, en la Proclama a la Nación, suscrita por el Triunvirato que sustituyó a Flores después de la Revolución Marcista de Guayaquil, defendió los derechos del hombre que conducen a la auténtica libertad. Este manifiesto debería ser la luz que ilumine el sendero, que el país debe transitar en este escabroso momento.
Por cuál razón, Ecuador depositó sus esperanzas en el Presidente Noboa, porque sostuvo: “Creo en la fuerza de la juventud y a muchos les gustaría encasillarme en viejos paradigmas políticos o ideológicos. Creo en un Estado que tiene como primer objetivo reducir la violencia y volver del progreso una costumbre (… ) No podemos seguir repitiendo las mismas políticas del pasado, esperando tener un resultado distinto; por eso, los ciudadanos votaron por un nuevo Ecuador. La tarea es dura y difícil, y los días son pocos, manos a la obra y a trabajar”.
También, porque denunció que él y su familia habían experimentado persecuciones políticas en diferentes gobiernos. Por eso, siente la obligación de poner al país primero y romper ese ciclo de revanchas. “Que el resultado de esta elección nos lleve a algunas reflexiones importantes: que aquellos que ven la política como una realidad de extremos y revanchas no tendrán el respaldo popular”. Basta de persecuciones políticas, basta de buscar culpables en el pasado, llegó la hora de ser “hombres libres y pragmáticos que busquen con empatía mejorar la vida de los ecuatorianos”. Presidente Noboa, tomamos sus palabras en serio. No pise la cascarita que sus enemigos íntimos le pusieron para que resbale y rompa relaciones con un país amigo, como México.
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