Oliver Stone se mete en el asunto más querido a sus obsesiones en W, una película que, como su propio título sugiere, es la historia del cpntrovertido presidente número 43 de Estados Unidos, George W. Bush. Se estrenará antes de que el mandatario abandone la Casa Blanca, alrededor de octubre. Pero Stone me cuenta que […]
Oliver Stone se mete en el asunto más querido a sus obsesiones en W, una película que, como su propio título sugiere, es la historia del cpntrovertido presidente número 43 de Estados Unidos, George W. Bush. Se estrenará antes de que el mandatario abandone la Casa Blanca, alrededor de octubre. Pero Stone me cuenta que la presidencia del político ya está demasiado imbuida de tristeza como para abordarla directamente al estilo de lo que hizo en Nixon o JFK. En vez de eso, adoptará un tono «serio-cómic» para contar la saga. Y todo ello, promete el hombre de los metrajes interminables, en dos horas. «Idealmente está en la línea de Network o Teléfono rojo, volamos hacia Moscú«, explica. «Era joven cuando vi Teléfono rojo y aún forma parte de mí. Trataba un asunto muy espinoso, lo convertía en una historia serio-comic y funcionaba».
La película cuenta las andanzas de Bush desde los 20 a los 58 años, justo después de la invasión en Iraq. En vez de explicar su fulgurante ascenso al poder cronológicamente, Stone se centra en tres etapas. La primera cuenta sus años como joven profesional a la sombra de su padre y con problemas de alcoholismo. La segunda narra su conversión al Cristianismo y su acceso a la primera línea de la política. Finalmente, abordará la invasión de Iraq. El episodio del 11-S no aparecerá. «Eso ya lo he hecho», bromea Stone refiriéndose a World Trade Center. Como suele suceder con el cineasta, el reparto está lleno de estrellas. Josh Brolin interpreta a Bush; Elizabeth Banks, a su esposa; James Cromwell a su padre; Thandie Newton es Condoleezza Rice y Richard Dreyfuss, Dick Cheney. También aparecerá Saddam Hussein, aunque el director se niega a explicar cómo lo representará, y habrá un pastor evangelista con poderosa influencia sobre Bush Jr. al que dará vida Stacey Keach.
Stone matiza que ese tono «serio-comic» no significará que vaya a burlarse o a hacer chistes sobre el presidente: «A pesar de lo que cualquiera pueda decir sobre él, es una persona que ha luchado de forma admirable contra sus problemas. En el sur le adoran por su fe y su sentido familiar. Eso hace que mucha gente lo vea como alguien decente. El propio Tony Blair, un hombre más sofisticado que Bush, cayó rendido a sus pies». El cineasta insiste en algunas de las cualidades de Bush: «Alguien me dijo el otro día que le gustaba como ser humano porque nunca pretendía parecer quien no es. Él se expresa tal y como lo siente. Puedes discutirlo, pero para un estadounidense medio eso es sinónimo de honestidad».
Como viene sucediendo últimamente en el cine estadounidense con las producciones de alto riesgo, todas las multinacionales rechazaron la película. Finalmente, el director ha llegado a un acuerdo con la compañía independiente más importante, Lionsgate. «Hollywood es hoy un lugar en el que no cabe la transgresión. Hubo una época en la que los jefes tenían opinión propia, pero eso ya ha pasado», concluye lacónico.
Otra biografía, ésta de un personaje muy distinto, está en camino. Walter Salles, cuya película Linha de passe impresionó en Cannes hace pocas semanas, acaba de anunciar que antes de final de año comenzará a rodar la adaptación cinematográfica de la mítica novela de Jack Kerouac En el camino. Como aperitivo, al tiempo que comienza el rodaje, se estrenará un documental que rastrea los pasos del álter ego del escritor, Sal Paradise, a través de Estados Unidos. Salles dice que para el documental se ha entrevistado con personajes reales que aparecen en la novela además de algunos beatniks que siguen vivos como Gary Snider, Lawrence Gerlinghetti o Diane DiPrima y otros referentes culturales como Wim Wenders o David Eyrne. El documental, llamado de momento Searching for On the Road («Buscando en el camino») también le ha servido a Salles para sumergirse en el espíritu de la novela: «He aprendido mucho más sobre Kerouack haciendo este documental que de cualquier otra manera», explica el cineasta.
Joan Rivera, la guionista de Puerto Rico que ya trabajó con Salles en Diarios de motocicleta, ha escrito el guión de una producción de Francis Ford Coppola. Coppola compró los derechos en los años 60 y desde entonces ha intentado de varias maneras ponerlo en pie. Primero iba a dirigirla él mismo con Leonardo DiCaprio, pero le acabó pasando el proyecto a su hijo Roman. Cuando esto no funcionó, Joel Schumacher se postuló como nuevo director con un guión del novelista Russell Banks y Colin Farrell como protagonista. Será Salles quien tras años de obstáculos se acabe llevando el gato al agua. El reparto, eso sí, es secreto de Estado.