Israel y sus cómplices se muestran más que indignados ante las declaraciones de António Guterres, secretario general de la ONU, en las que les reprocha que en vez de buscar un alto el fuego, intensifiquen cada día más sus bombardeos en Gaza. Estas declaraciones, que son la primera denuncia formal que la ONU hace contra los desproporcionados ataques israelíes, han llegado demasiado tarde.
Desde su autoridad internacional, Guterres debería haber actuado antes, enviando cascos azules para proteger a las víctimas que ahora están sufriendo los bombardeos israelíes. Las declaraciones de Guterres, que tanto han indignado a los israelitas y a sus cómplices en el genocidio palestino, han sido tan sólo una burda puesta en escena para salvar la imagen de una ONU prostituida, un tribunal internacional que ha perdido su dignidad y su vergüenza.
¿Dónde están las fuerzas de la ONU que deberían parar esta masacre? ¿Dónde esa fuerza internacional que fue establecida para evitar genocidios como el que se está cometiendo en estos momentos en Palestina? ¿Dónde la autoridad reconocida universalmente para imponer el alto el fuego?… ¿Dónde las acciones contundentes que la ONU debería tomar ante situaciones de exterminio masivo? El envío de cascos azules debía haberse hecho antes de que Israel hubiera comenzado la anunciada invasión de Gaza. La inutilidad de la ONU en cumplir sus cometidos resulta más que indecente.
El ataque palestino a territorio israelí, las atrocidades que la prensa occidental atribuye a Hamas, son considerados por todos los miembros de la ONU como actos de terrorismo; pero cuando se trata de asesinatos de población civil palestina, de ocupación de tierras, de arrestos indiscriminados y de torturas a niños, no hay terrorismo, son actos patrióticos cometidos por la Gestapo de Netanyahu que deben ser alentados y consentidos. Vivimos manipulados por mentiras, sometidos a una dictadura global que los medios de comunicación sionistas dictan siguiendo las directrices del diabólico ministro de propaganda nazi que fue Joseph Goebbles.
La “solución final” que Israel está aplicando en Gaza tiene el mismo objetivo de exterminio total que la que plantearon los nazis contra la población judía a finales de la segunda Guerra Mundial, atenta contra todo principio de justicia, dignidad y humanidad en el planeta.
Las palabras del presidente de la ONU, António Guterres, son papel mojado: la ONU -que él mismo representa- no hace nada por impedir el nuevo holocausto que se está produciendo en el planeta. No hay nombre para definir la complicidad y la aquiescencia que la ONU demuestra ante la barbarie israelí; no hay palabras para expresar esa despreciable pasividad ante el crimen de que hace gala un organismo internacional creado para mantener la paz e impedir la injusticia.
El mundo civilizado sucumbe a manos del expansionismo sionista, mientras la ONU se arrastra por el suelo convertida en una servil ramera. La Organización de Naciones Unidas debe desaparecer y ser sustituida por un organismo eficaz y digno que no se arrodille ante los poderosos ni traicione cobardemente la dignidad de la raza humana… “ONU delenda est”
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