«Yo me fui de Cuba, pero Cuba nunca se fue de mí». Así es como Candi Sosa expresa la nostalgia que ha sentido durante 40 años por el país donde ella nació y del cual ella fue arrancada cuando tenía 10 años -al igual que miles de niños cubanos. Su dramática historia se refleja en […]
«Yo me fui de Cuba, pero Cuba nunca se fue de mí».
Así es como Candi Sosa expresa la nostalgia que ha sentido durante 40 años por el país donde ella nació y del cual ella fue arrancada cuando tenía 10 años -al igual que miles de niños cubanos.
Su dramática historia se refleja en un apasionante documental, «Operación Peter Pan: Volando de Vuelta a Cuba», de la laureada directora Estela Bravo, una nativa de Nueva York que vive en Cuba.
«No hay narración en el filme», dijo Bravo. «Es solo la gente hablando, son solo sus palabras».
El resultado es un poderoso documental acerca de uno de los episodios más siniestros de la eterna guerra fría entre EE.UU. y Cuba.
El documental cuenta la historia del éxodo de niños, con el curioso título de Peter Pan, que fue parte de una operación del Departamento de Estado de EE.UU. la cual utilizó el temor de que el gobierno cubano eliminaría la patria potestad. El Departamento de Estado utilizó a la Iglesia Católica como conducto en Miami, por medio de la cual los niños no acompañados fueron situados en campamentos, hogares sustitutos, orfelinatos y reformatorios.
Esta operación clandestina estaba basada en una mentira que fue calzada por una «ley» falsificada que eliminaba la patria potestad. La ley fue impresa y distribuida ampliamente en Cuba como parte de una conspiración para atemorizar a los padres y que enviaran a sus hijos en un viaje sin regreso a otro país.
En uno de los mayores puentes aéreos de niños sin compañía, entre 1951 y 1964 se enviaron 14 000 a EE.UU..
Bravo sigue a un grupo de cinco niños de Peter Pan –Sosa, Silvia Wilhelm, Ed Canler, Alex López y Flora González- que regresan casi 50 años después de que fueran desarraigados de Cuba. El viaje fue idea de Elly Vilano Chovel, una delicada y decidida mujer que solo tenía 14 años cuando fue enviada fuera de Cuba por sus atemorizados padres.
Chovel creció y se convirtió en agente de bienes raíces. Pero más tarde, motivada por su amor a Cuba, fundó en Miami el Grupo Pedro Pan. Ella soñaba con regresar a Cuba con un grupo de miembros de la organización, lo que no sucedería. Murió en 2007, dos años antes de la visita del grupo.
«Elly no pudo llegar a Cuba, pero es el centro del filme», dijo Bravo. «Fue un ser humano extraordinario que encontró a 2 000 de los niños de Peter Pan y los reunió por primera vez en 50 años. El viaje no hubiera podido suceder sin ella».
Sosa, una cantante, fue una de los que lograron hacer el viaje de vuelta. Su historia y la de sus compañeros de viaje es una historia de separación de los padres, indefensión total y, en su caso y en el de Alex López, un agente de viajes de Washington, de terribles abusos emocionales y sexuales. Ellos son un testimonio vivo de la crueldad e inmoralidad de usar a niños como peones políticos o ideológicos.
Es cierto que hay historias de éxito entre los niños de Peter Pan, y todos ellos -por ejemplo, la del ex senador republicano por la Florida Mel Martínez-han sido muy publicitadas. Sin embargo, pocos conocen el nombre de miles de niños de Peter Pan que llevarán las cicatrices emocionales toda su vida. Por eso el documental de Bravo es tan importante.
«Mi madre tomó la decisión de enviarme de viaje», dijo Wilhem. «Pero la decisión de regresar fue mía. Regresamos a Cuba para cerrar el círculo y hacer las paces con nosotros mismos, con nuestra historia y con nuestro país».
(«Operación Peter Pan: Volando de Vuelta a Cuba» fue presentada recientemente en el 12mo. Festival de Cine de La Habana en Nueva York.)