El jueves 9 de febrero, Óscar López Rivera fue trasladado a suelo natal, donde completará sus últimas semanas de cárcel. El 17 de mayo quedará en libertad después de 35 años.
Apenas conocida la noticia, la alegría recorrió a los movimientos que reivindican la independencia de Puerto Rico.
López Rivera, luchador por la independencia de Puerto Rico, permanecía prisionero de Estados Unidos desde 1981. Tras años de una intensa campaña por su liberación, finalmente el 17 de enero de este año -en los últimos días de su mandato como presidente- Barack Obama concedió el esperado indulto y dispuso la fecha del 17 de mayo para la extinción de la sentencia.
A partir de ahora permanecerá bajo arresto domiciliario en una residencia temporaria que no se precisó -aunque trascendió que sería la casa de su hija-, sin poder realizar contactos con la prensa.
Acompañado por su hija Clarissa López, su abogada Jan Sussler, la alcaldesa de San Juan Carmen Yulín Cruz Soto, el congresista Luis Gutiérrez y la concejal de Nueva York Melissa Mark-Viverito, López Rivera llegó a la capital de Puerto Rico en un vuelo de American Airlines procedente de Charlotte, Carolina del Norte.
Se trata de la primera vez en al menos 40 años que Óscar López Rivera pisa suelo puertorriqueño desde que en 1976 pasó a la clandestinidad para luchar contra la continuidad del estatus colonial. En el aeropuerto de San Juan lo esperaban personas con banderas de Puerto Rico y mensajes como «Óscar, gracias».
Según declaró a Telesur Perla Franco, redactora del periódico independentista *Claridad*, «no dejaron que saliera como salen todos los pasajeros sino que lo llevaron oculto por otro lugar en un vehículo blindado, con vidrios oscuros».
En una rueda de prensa organizada pocas horas después del arribo, Carmen Yulín Cruz celebró la llegada de López Rivera a su país como un hecho histórico: «Queremos dejar tres cosas muy claras. Primero, que este es un triunfo de una vida dedicada a la Patria, una vida dedicada al amor y una vida dedicada a la justicia. Es el triunfo de Óscar López por haber resistido 35 años», expresó entre fuertes aplausos, en un clima de gran emoción.
«Segundo -continuó la alcaldesa-, es una victoria de la unión entre la diáspora puertorriqueña y el pueblo puertorriqueño. Sin lugar a dudas, la diáspora puertorriqueña llevó la voz cantante en este tema, no solamente con Óscar López sino con los otros compatriotas prisioneros políticos». Y concluyó: «Tercero, es el triunfo de la unión de voluntades. Personas de todos los partidos políticos en Puerto Rico reclamaron como una sola voz la excarcelación de quien hoy pisa su Patria después de 35 años. Y por último y no menos importante, es un triunfo del pueblo de Puerto Rico, de resistir, de luchar y de dar ejemplo de que cuando hay unión, se triunfa y se logran los objetivos».
Su presencia fortalecerá la lucha independentista
Apenas conocida la noticia, la alegría recorrió a los movimientos que reivindican la independencia de Puerto Rico. La lucha que simboliza Óscar López Rivera es una gesta que lleva más de un siglo. La aspiración de independencia enfrenta una larga historia colonial, primero bajo dominio del Reino de España y desde fines del siglo XIX, bajo control de Estados Unidos.
En diálogo con *Notas*, Paul Dill Barea, del Movimiento de Agroecología Popular, señaló: «Estamos muy felices por la llegada de Óscar López Rivera. Para nosotros, los movimientos populares, es una noticia excelente que esté de vuelta con nosotros, en su Patria. Es una gran derrota para el imperio. Entendemos que su presencia fortalecerá y llenará de vida los movimientos por la independencia». Dill Barea además consideró que «actualmente nuestras juventudes se encuentran muy preparadas y muy organizadas para llevar esta lucha».
El militante, que expresa a una de las organizaciones de base de la isla, agregó: «Nos produce una gran alegría porque fueron muchos años de sufrimiento para este héroe de nuestra Patria. Y seguimos organizándonos, seguimos luchando en las calles y en las comunidades contra la colonización mental, contra la opresión colonial y todas las artimañas que tiene el imperio».
Para concluir, Dill Barea explicó: «Estamos en una lucha muy fuerte, ahora mismo el Estado colonial pretende hacer un plebiscito de estatus, que entendemos que es una artimaña más de control por parte del ala ‘estadista’, de los sectores que quieren la anexión para Estados Unidos, de la derecha conservadora. Pero continuaremos la lucha. La libertad de Óscar es un ejemplo de esa lucha por la libertad de todos los pueblos latinoamericanos del dominio colonial de Estados Unidos».