En las próximas elecciones nuestra votación traerá más o menos desgracias a nuestro país. ¡Nada menos! Porque vamos a elegir una presidente o un presidente con objetivos totalmente opuestos. Conocemos a dos de los candidatos: Luisa González y Andrés Arauz, que llevan adelante el proyecto de la Revolución Ciudadana que gobernó 10 años con Rafael Correa y que realizaron grandes cambios positivos nunca vistos en 200 años de vida republicana.
Daniel Noboa y Verónica Abad quieren hacer del Ecuador una empresa privada que favorezca a los grandes empresarios ecuatorianos. Tienen como modelo a la familia Noboa que se enriquece gracias a la explotación de las personas y la destrucción de la naturaleza, con sus 200 empresas nacionales. Gracias a ellas aumentan sus riquezas mediante un mayor empobrecimiento de los pobres y la clase media.
Lo estamos sufriendo desde seis años y eso va a empeorar si votamos por el binomio Noboa-Abad. Es el infierno que se nos viene encima y nos lo dicen de frente. Pero pareciera que la gran mayoría de los ecuatorianos está completamente ciega, o es analfabeta en política. La ignorancia es atrevida y nos llevarán a esta terrible tragedia: más inseguridad con sus consecuentes muertos, más desempleo con su consecuente migración, más pobreza con su consecuente hambre y desesperación, más privatizaciones con sus consecuentes salud y educación pagadas y fuera de alcance, y un largo etcétera.
Elijamos el binomio González-Arauz para participar de un proyecto nacional que prefiere las personas a la acumulación de dinero, el desarrollo nacional al enriquecimiento individual, la gratuidad de los servicios sociales en vez de la ausencia del Estado, la reconstrucción del país en vez de su entrega a las multinacionales del saqueo, la opción por los jóvenes en vez de su desempleo y su descarte, la protección de los más débiles en lugar de los gastos innecesarios…
Por otra parte, si votamos nulo o blanco o si nos abstenemos dejamos abierta la posibilidad de favorecer la elección del proyecto de muerte encabezado por Daniel Noboa.
Lo dice el libro bíblico del Deuteronomio: “Mira que te he ofrecido en este día el bien y la vida, por una parte, y por la otra, el mal y la muerte… Pero, si tu corazón se desvía y no escuchas, sino que te dejas arrastrar y te postras ante otros dioses para servirlos, yo declaro hoy que perecerás sin remedio. No durarás largo tiempo en el país que ocupes… Escoge, pues, la vida para que vivas tú y tu descendencia.”
Por estos motivos las Comunidades Eclesiales de Base “Abel Tacuri” de Guayaquil han hecho público el ‘Comunicado’ siguiente:
“No sigan la corriente del mundo en que vivimos… Así sabrán distinguir la voluntad de Dios” (Romanos 12,2).
A nuestros hermanos de la Comunidades Eclesiales de Base de Guayaquil y del Ecuador, A nuestros compañeros de las Organizaciones Populares, A nuestros vecinos y amigos en general: Paz y bien.
Nos parece que el actual gobierno ha destruido aceleradamente la vida de los ecuatorianos.
Nos parece que el plan de gobierno del Sr. Daniel Noboa es el continuismo del Sr. Lasso, privatizador y fondomonetarista.
Nos parece que el último debate televisado entre los 2 candidatos ha permitido apreciar la candidata Sra. Luisa González como más humana, muy capaz de gobernar y gozando del apoyo de una mayoría de Asambleístas, de un buen equipo de trabajo y de un programa realizable de reconstrucción del Estado.
Por esos motivos, nosotros como Comunidad Eclesial de Base “Abel Tacuri”, hemos decidido dar nuestro voto a favor de la Sra. Luisa González, su programa y equipo de trabajo.
Por último, nos parece que la responsabilidad de un gobierno fallido, esta vez, recaerá sobre los que voten nulo, en blanco y se abstengan, porque, de esta manera, definirán al ganador. ¡Tengamos cuidado!”
Que los pensemos este próximo domingo 15 de octubre, delante los muertos que se acumulan escandalosamente cada día, el futuro de nuestros hijos, la migración acelerada, la inseguridad generalizada, la desesperanza creciente… y delante de Dios.
Pedro Pierre: Sacerdote diocesano francés, acompaña las Comunidades Eclesiales de Base (CEB ) urbanas y campesinas de Ecuador, país adonde llegó en 1976.
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