La ley castiga como delito intervenir subrepticiamente en la memoria de un computador ajeno. El sistema en cambio se da como objetivo permanente manipular y ocultar la memoria histórica personal. Los sujetos en el poder eligen la contradicción porque saben que sin conocer lo sucedido a los antepasados no se puede castigar las injusticias masivas […]
La ley castiga como delito intervenir subrepticiamente en la memoria de un computador ajeno. El sistema en cambio se da como objetivo permanente manipular y ocultar la memoria histórica personal. Los sujetos en el poder eligen la contradicción porque saben que sin conocer lo sucedido a los antepasados no se puede castigar las injusticias masivas que les cometieron ni se tiene la comprensión social necesaria para levantar un proyecto democrático de cambio.
Un ministro de educación latinoamericano ha propuesto reducir en las escuelas las horas de Historia conservando las de Inglés. Lo hace con la conciencia que el idioma extranjero sirve a un porcentaje bajo de la población y que amputa a todos la parte del yo que corresponde a los mecanismos de génesis de la cultura.
No es igual el elogio del sistema de seguridad socialdemócrata después de aprender que la base de la economía europea fue la explotación colonial de América, África y Asia.
Cambia la confianza en la amistad de Estados Unidos y Japón si se conoce los bombardeos nucleares a Hiroshima y Nagasaki.
La lectura de los brasileros sobre el interés de los norteamericanos en la Amazonía se transforma si estudian que Washington le ofreció varias veces a México comprarle la mitad de su territorio y ante la negativa veinte años después se la apropió mediante la guerra.
Una vez que se ha tenido clases sobre la conducta de las fuerzas armadas hacia los pueblos se escucha de otra manera que pertenecen a todos.
Cuando los indígenas saben en detalle cómo le fue robada la tierra a sus antepasados es diferente su trabajo para los hacendados patriarcales.
Para el futuro solo si se comprenden los intereses y las acciones de los empresarios, de los estados desarrollados, de los militares, de los jefes religiosos y las experiencias de rebeldía de los pueblos, es posible levantar un proyecto realista alternativo al capitalismo.
El saber común impuesto por los empresarios en la actualidad considera enfermo a un amnésico pero normal al que ignora su pasado colectivo.
De manera concertada los medios de información y la Escuela truncan la memoria y el valor del pasado produciendo individuos que derivan de objeto en objeto, confundidos entre un auto, ropa de marca, el último celular, el paseo por el mall, el viaje a una playa exótica. Condicionando personas que no ven la amplitud que tiene el presente ni reflexionan sobre el mañana.
Un orangután no sabe del pasado ni del futuro de su especie; pero nadie lo ha llevado a eso.
No es posible vivir sin agua pero se puede pasar sin comprender las contradicciones de la humanidad. Una tarea por cumplir es abrir la visión de cada hombre y mujer de las cianobacterias al estallido final del Sol, para que puedan decidir ahora libremente entre las posibilidades de la siguiente civilización.
Sin continuidad en el tiempo no hay película sino fotos. Hoy el movimiento de la Historia es un monopolio de los empresarios. Los socialistas deben romperlo.
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