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Parlamento chileno rindió homenaje a Gladys Marín

Fuentes: Rebelión

El Parlamento chileno rindió un homenaje en memoria de la ex diputada y Presidenta honoraria del Partido Comunista de Chile, Gladys Marín. El acto contó con la participación de todas las bancadas políticas que tienen representación parlamentaria, gracias a la nueva Ley Maldita(sistema electoral binominal) que se heredo de la dictadura y que los gobiernos […]

El Parlamento chileno rindió un homenaje en memoria de la ex diputada y Presidenta honoraria del Partido Comunista de Chile, Gladys Marín. El acto contó con la participación de todas las bancadas políticas que tienen representación parlamentaria, gracias a la nueva Ley Maldita(sistema electoral binominal) que se heredo de la dictadura y que los gobiernos de la Concertación no han tenido voluntad política para cambiarlo. Al acto de homenaje a la líder de la izquierda chilena, se resto la ultra derecha Unión Democráta Independiente (UDI) que colaboró con la dictadura militar y que de una u otra manera es complice de las violaciones de los derechos humanos, bajo el régimen militar encabezada por Augusto Pinochet.

Por la importancia que reviste el acto de homenaje a Gladys Marín, por unas de las Instituciones más importante del Estado y del pueblo chileno, vale decir el Congreso de los Diputados damos a conocer la carta del Comité Central del Partido Comunista chileno, al parlamento de este país que aún vive bajo un «sistema democrático» restringido y protegido, cuyos preceptos legales emanan de la Doctrina de la Seguridad Nacional.

«Señor Presidente Cámara de Diputados Presente:

De nuestra consideración: En primer lugar, nos dirigimos a usted y por su intermedio a las diputadas y diputados, para agradecerles profundamente el merecido homenaje que la Cámara de Diputados ofrece a nuestra querida Presidenta Gladys Marín Millie, ex diputada, con motivo de su sensible fallecimiento.

Pensamos que esta oportunidad solemne es altamente propicia para levantar nuestra voz de protesta, de manera civilizada pero firme, ante el hecho de que nuestro partido y otros sectores de izquierda y por tanto, vastos sectores populares, se encuentran excluidos injustamente de ejercer el legítimo derecho de ser representados en el Poder Legislativo, en forma proporcional a su fuerza electoral. La Ley Electoral Binominal es el instrumento que el Estado usa para ejercer este trato injusto y degradante hacia nuestro Partido, que tan bien representó nuestra Presidenta Gladys Marín, a quien hoy se le rinde homenaje.

Pero lo que es más injusto es que esta Ley permanece por la voluntad de la mayoría de este Parlamento, que se ha atrincherado durante quince años en una concepción antidemocrática de convivencia nacional. Por contraste, el país ha conocido como, en pocas horas, el Congreso se ha puesto de acuerdo para legislar a favor de determinado partido que veía lesionada su posibilidad de participar en un proceso electoral, por no haber cumplido a tiempo con los requisitos exigidos para ello.

¿Por qué se nos excluye? Acaso tenemos que dar pruebas de nuestra vocación democrática que a otros no se les exige. En toda nuestra historia jamás hemos propiciado un golpe de estado, ni hemos sido partícipes de una política de terror de estado cuando ocupamos cargos de gobierno. Al contrario, bajo el gobierno de Eduardo Frei Montalva, del que fuimos opositores, salimos a las calles para oponernos a un conato de golpe militar en su contra y luchamos, como el que más, para derrotar a la dictadura de Pinochet, defender la vigencia de los derechos humanos y construir un nuevo orden democrático, objetivos, estos últimos, inconclusos.

Nuestra principal preocupación ha sido siempre la de defender los intereses de los trabajadores y los desposeídos por la injusticia social y las profundas desigualdades que caracterizan al sistema económico que nos rige. Estas son, precisamente, las cualidades de la consecuencia que el pueblo admira de Gladys Marín, admiración y respeto que hizo patente de manera multitudinaria en las exequias de nuestra presidenta y que hoy transforma en exigencia. Exigencia para terminar ahora con el sistema electoral binominal y cambiarlo por uno que de garantías a todos los partidos políticos para estar representados en el Parlamento y a todos los ciudadanos para elegir y ser elegidos en igualdad de condiciones.

Al conocerse los resultados cercanos al 10% obtenidos por el Poder Democrático Social (PODEMOS), conglomerado del que formamos parte y durante las exequias de nuestra Presidenta, recibimos la opinión de parlamentarios y dirigentes políticos de distinto signo, que consideran justa nuestra posición ante esta exclusión y que manifestaron su predisposición a cambiar la ley electoral. Si los parlamentarios de la concertación y la derecha se pusieran de acuerdo, en pocos días podríamos contar con una ley electoral proporcional que rigiera las próximas elecciones parlamentarias.

Nuestra Presidenta, Gladys Marín, presentó ante esta Honorable Cámara, una propuesta de sistema electoral proporcional, que nunca tuvo respuesta. Hoy es el momento, que por la vía de las indicaciones, se incluya la reforma de la ley electoral, en el proyecto de reformas constitucionales que se discute en el Congreso. Consideramos que es el momento también, para que cada parlamentaria y parlamentario, para que cada partido político, se pronuncie con claridad y transparencia sobre este tema ante el país entero.

El respaldo que le otorgan a esta justa petición de reforma electoral, las principales organizaciones sindicales del país, encabezadas por la CUT y las organizaciones de derechos humanos, así como federaciones estudiantiles, instituciones culturales, innumerables organizaciones sociales de base de mujeres, de la diversidad étnica y sexual, organizaciones de jubilados, pensionados y de la tercera edad, entidades académicas y religiosas, personalidades del mundo de la cultura y la intelectualidad, la transforman en un clamor nacional imposible de no escuchar.

De no ser escuchados y alcanzar una respuesta positiva, nos reservamos el derecho a protestar, de manera no violenta, pero activa, en las calles y en el momento y lugar que consideremos oportuno, porque esta situación no debe prevalecer más.

Junto a la reforma de esta ley, es preciso que esta Cámara considere prontamente la aprobación de la inscripción electoral automática, el derecho a voto de los chilenos que se encuentran en el exterior, que se levante la prohibición para que puedan postular al Congreso los dirigentes sindicales sin necesidad de renunciar a sus cargos y que se les devuelva sus derechos ciudadanos a todos aquellos que se les ha quitado por efecto de condenas de tribunales militares o por condenas de carácter político.

Leyes de esta naturaleza significarían un inmenso avance democrático y se constituirían en el mejor homenaje a Gladys Marín.

Saluda atentamente a usted, a nombre del Comité Central del Partido Comunista de Chile. Guillermo Teillier, Secretario General».

En el homenaje hablaron los representantes de todos los partidos políticos presentes en el parlamento. Por Renovación Nacional, lo hizo Máximiano Errázuris, por la Democracia Cristiana habló Rodolfo Seguel, por el Partido por la Democracia lo hizo, Patricio Hales, por el Partido Radical Social Democráta entregó su homenaje el diputado Fernando Meza, Juan Pablo Letelier, hablo por el Partido Socialista.

La actual Ley Maldita chilena, permite que una parte significativa del electorado chileno, quede sin representación parlamentaria, pero su objetivo último y final es dejar fuera del parlamento al Partido Comunista y otras entidades políticas, afines a éste. El Partido Comunista chileno, siendo una de las agrupaciones políticas mas antiguas del país, prácticamente desde su fundación, siempre contó con representación parlamentaria. Uno de sus primeros parlamentario, fue el padre del Movimiento Obrero en Chile, el destacado luchador Luis Emilio Recabarren. En las elecciones parlamentarias de 1921 son elegidos los candidatos comunistas Luis Víctor Cruz y Recabarren. Los cuales representaban al Partido Obrero Socialista, que formaba parte de una alianza, en donde se encontraban radicales y democrátas.En esa oportunidad el Partido Democráta obtiene 15 parlamentarios, muchos de los cuales eran de origen obrero y además mienbros de la Federación Obrera de Chile (FOCH).

Hasta febrero de 1973, el Partido Comunista de Chile, contaba con 22 diputados y seis senadores, además de una cantidad importante de Alcaldes y consejales. Su fuerza electoral era de un poco más del 18 %. En las elecciones parlamentarias de marzo de ese mismo año el PC logra un 16,22 % de los votos, sufriendo una leve baja, en donde el MAPU obtiene dos parlamentarios, los que precisamente pierde el PC.

Así era el juego democrático chileno hasta septiembre de 1973, donde las fuerzas que formaban parte de la Unidad Popular, son ilegalizadas, sus militantes y dirigentes perseguidos,relegados, concentrados en campos de concentración, exiliados, hechos desaparecer y asesinados, por la jauría militar que usurpó el poder ilegalmente; culminando así con la dictadura militar encabezada por el ex dictador corrupto y ladrón Augusto Pinochet.

La nueva Ley Maldita, sólo beneficia a la extrema derecha encabezada por la Alianza por Chile y que históricamente no fueron agrupaciones políticas de peso, electoralmente hablando. Sólo en 1958 logran ganar las elecciones con el representante de los Gremios Patronales, Jorge Alessandri. Esto ocurre además por la dispersión que se produce en las fuerzas progresista que en ese momento existían en el país. De allí, que la extrema derecha, independientemente que hoy día este viviendo un crisis cada vez más profunda, por ningún motivo aceptará el cambio del actual sistema electoral antidemocrático existente en la cautiva democracia chilena, que muy bien administran los nuevos «democrátas de cloacas», existente en el país.La Alianza por Chile, sin el actual sistema electoral de la dictadura, no tiene futuro poítico de poder en el país. De allí, que sólo rompiendo con la actual legislación vigente, el pueblo chileno podrá reencontrarse con su verdadera soberanía, lo demás es seguir «friendo huevos».