El paro nacional es un drama que se resume en tres actos:
- El asesinato del comunero Efraín Fueres. Lo vimos en teléfonos celulares, con horror observamos como este joven de una comunidad indígena fue asesinado por una bala que apuntó a su espalda. Vimos también que mientras él agonizaba era pateado y golpeado por un miembro de las Fuerzas Armadas.
- Un detallado estudio del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Central advierte que la eliminación del subsidio al diésel acarreará “presiones inflacionarias derivadas del incremento de los costos de producción y transporte, encarecimiento de bienes y servicios y un aumento del costo de la canasta familiar básica.” Esta medida que amenaza sobre todo a los sectores más pobres es el motivo del levantamiento indígena, que sin tregua ni descanso -y sin armas- continúa en el paro sin tener respuesta pública del gobierno. Éste, en retaliación ha bloqueado las cuentas bancarias de los dirigentes indígenas y de algunas organizaciones sociales.
- El enfrentamiento del régimen a la Corte Constitucional. Noboa atenta contra la Corte y su independencia. Prevalido de su poder, exhibió en vallas los rostros de los jueces con una leyenda que decía “Estos son los que roban la verdad”. Los transeúntes que pasan, miran a vuelo de pájaro los rostros, leen sus nombres y la leyenda “estos son los que roban… Una forma poco ética para vengarse de los jueces de la CC que rechazan las leyes que manda Noboa por ser mal estructuradas y reaccionarias ideológicamente.
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