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La artista representa sus gags en las Jornadas Feministas del sindicato Acontracorrent

Patricia Sornosa, monólogos contra el patriarcado

Fuentes: Rebelión

En su espectáculo la cómica valenciana Patricia Sornosa (Manises, 1977) cuenta por qué se hizo feminista. Una de las razones es la relación entre sus padres. La madre trabajaba limpiando la casa del futuro progenitor, a continuación se enamoraron y se casaron. «Ella dejó entonces de cobrar las horas». Monólogos de denuncia como éste conforman […]

En su espectáculo la cómica valenciana Patricia Sornosa (Manises, 1977) cuenta por qué se hizo feminista. Una de las razones es la relación entre sus padres. La madre trabajaba limpiando la casa del futuro progenitor, a continuación se enamoraron y se casaron. «Ella dejó entonces de cobrar las horas». Monólogos de denuncia como éste conforman el show de la artista y directora de teatro, quien ha actuado en las octavas Jornadas Feministas del sindicato Acontracorrent que se celebran en Valencia. «La educación machista nos influye a todas. Si vemos a un hombre en una rotonda, pensamos que se ha estropeado el coche o es Joseba, el de Carglass; pero si vemos a una mujer, pensamos que es puta, a menos que sea guardia civil: porque en ese caso son puta ella y su madre…» Risas y aplausos. Integrante de Comedy Central, Patricia Sornosa figura en el reparto de obras como «Ni noble, ni buena, ni sagrada: Bankia» e interpreta los soliloquios contra el machismo, la homofobia y la represión religiosa en salas y pequeños teatros.

¿Vierte en el escenario un humor estrictamente feminista? «El objetivo es hacer reír con los temas que a mí me preocupan, entre ellos mi visión feminista del mundo, pero toco otros muchos como el alcoholismo o las rupturas sentimentales», responde unos minutos después de la última representación, en el salón de actos de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universitat de Valencia. Su estilo es crudo, le gustan las cosas claras y sin ambages, algo que se aprecia desde el primer minuto en las actuaciones. Comedias interpretadas con un lenguaje áspero, muy directo y una estética en la que resalta la cabeza rapada con una cresta en el centro. Se diría que en el escenario improvisa, pero es una falsa impresión: «Me lleva mucho tiempo la preparación de los monólogos, aunque hay algunas bromas que prácticamente vienen solas». De escritura y elaboración lenta, Patricia Sornosa le da vueltas a los guiones hasta que acierta con el gag. Cuando aborda los monólogos más duros, es aún más complicado provocar las risas del espectador.

Pero lo consigue. «Yo soy feminista, nivel puta loca; o sea, soy más feminista que Cristina Almeida con camisa de cuadros abortando… en la cara de Gallardón». Entre carcajadas y aplausos, en el monólogo denuncia que la sociedad trata a las mujeres como si fueran perros. La sociedad, subraya, no los hombres, «porque ellos las tratan como a una más de la familia: vamos Mari Carmen limpia el baño, plancha, cuida el niño… buena chica». Y la artista achucha a Mari Carmen como si fuera el can del hogar. Además, en la cuenta de Twitter Patricia Sornosa comparte píldoras irónicas para la reflexión: «¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir encaprichamiento biológico?» o «Pregunta a alguien muy religioso qué piensa de una religión distinta a la suya… y verás lo religioso que es».

En la entrevista el tono resulta mucho más contenido. ¿Se ha enfrentado a las denuncias de obispos, políticos conservadores o individuos machistas? «De momento los únicos que me han creado problemas son los fumadores de cigarrillos electrónicos». Le sorprendió, no contaba con ello. Aunque tampoco le preocupan demasiado las quejas y protestas, pues «se puede ofender quien menos te lo esperas». La polémica con los fumadores ocurrió después de un par de bromas. En muy poco tiempo la artista empezó a recibir toda clase de insultos en las redes sociales, e incluso los «ofendidos» consiguieron su correo electrónico personal. Pero éste no es el público habitual de los espectáculos. Por la concurrencia al show de las Jornadas Feministas de Acontracorrent, se diría que predominan las mujeres jóvenes, muchas de ellas universitarias. Pero la artista explica que llega a un público de cualquier edad y condición. Ahora bien, «si una persona es machista, racista, homófobo y muy religioso, que se ahorre venir a mi show porque los dos vamos a pasarlo muy mal».

En las giras por salas y circuitos de café-teatro, los anuncios permiten entrever el estilo de la artista. «A veces creo que no me entienden y no será porque yo nohm mesxplique bikelnaisn; vamos a reírnos de un par de perros (pobrecitos), de mi trabajo, del rey, de los cuernos y de otras muchas cosas que molestan, pero que hacen que la vida sea maravillosa». En el monólogo titulado «Género fresco», extrajo el contenido de la comedia rebuscando entre la «basura humana». El reclamo para el público mencionaba a una «cabeza rapada del humor», «que viene a hacerte reír mucho y asustarte un poco». Un humor de batalla, con arranques de ira y sobre todo apto para el público adulto. En otro de los espectáculos -«Sin cera… (y sin cuchilla)»-, Patricia Sornosa parte de esta situación para contar la verdad: «Voy llena de pelos». Desbordada por los problemas, no encuentra tiempo para depilarse. Problemas con el novio, el dinero, el trabajo, el alcohol, «con mi padre, con tu padre…». «Si quieres problemas, ven a verme; y si vienes tráeme una cuchilla, please».

Fuera del escenario, reconoce que en el estado español existe la igualdad jurídica, pero ésta no es real en muchos asuntos. Se está muy lejos, por ejemplo, en la «esclavitud doméstica» o en el cuidado de las personas dependientes en los hogares, de las que se hacen cargo casi siempre las mujeres. Además, «detrás de la prostitución hay machismo». Considera que todavía queda mucho trabajo pendiente. ¿Tal vez por ello se decidió por un humor político y de denuncia? Duda antes de responder. «Puede que sí, aunque básicamente todo es político». En caso de que así sea, no es algo premeditado ni que responda a guiones previos. «Me sale así, de una forma orgánica», remata.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.