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Hacia el centenario de Salvador Allende, el compañero Presidente

Perdura lo que un pueblo construye y ama

Fuentes: Rebelión

Finalmente fue rescatada la Web de la Fundación Salvador Allende, luego de provocar natural y justa indignación ante la pretensión de socavar el prestigio, el honor y la dignidad de una bandera del pueblo chileno. Fallido intento intencionado o no, causó el efecto contrario: levantó la solidaridad airada de hombres y mujeres dignos de Chile […]

Finalmente fue rescatada la Web de la Fundación Salvador Allende, luego de provocar natural y justa indignación ante la pretensión de socavar el prestigio, el honor y la dignidad de una bandera del pueblo chileno.

Fallido intento intencionado o no, causó el efecto contrario: levantó la solidaridad airada de hombres y mujeres dignos de Chile y de otras partes de este mundo que hoy convoca al reconocimiento y homenaje de Salvador Allende.

Perdura lo que un pueblo construye y ama; y hoy en Chile y por todo el mundo se siente un retumbar de ideas trascendentes, de sueños inconclusos, de esperanzas.

Hoy se levanta un monumental homenaje a un patriota de su tiempo y para todos los tiempos: Salvador Allende.

Hoy Chile y buena parte de un mundo aún lleno de insuficiencias e injusticias, levanta su voz, un pensamiento, mientras se escribe un poema, se nombra una escuela, o multitudes se aprestan a recorrer escenarios históricos, para rendirle un tributo de recordación con entrañable cariño y admiración.

Cuando mujeres y hombres juntos piensan y actúan así, es que perdura en la memoria, sin que nadie toque a la puerta del recuerdo, los valores éticos, el ejemplo personal, el altruismo, la entrega y la lealtad de un presidente comprometido en pensamiento y obra, por darle a su pueblo el bienestar y la paz, por devolverle la libertad en términos de derechos, la dignidad plena del hombre.

Cuando se leen sus discursos, cuando se estudia su pensamiento evolucionado y humanista, es Allende un constructor de esperanzas.

Apostó a lo mejor del ser humano, se entregó quizás como ningún otro al mejoramiento de su patria y confió en Chile y en los chilenos.

Desde lejos, desde confines y apartados lugares, impresiona ver y sentir tanta admiración por un patriota, un hombre de ideas de alcance universal como Salvador Allende.

Con más de 40 años de abnegada entrega al trabajo político por la justicia social en Chile y de ellos 27 años consagrados a batallar en el parlamento de su Patria, fue Allende un hombre de pensamientos, que enarboló siempre desde posiciones de principios éticos, con declarada adhesión al Socialismo y supo como nadie en su época defender la democracia, la libertad y el derecho al pluralismo político, con demostrada honestidad y valentía.

En todas las latitudes es conocido. En todos los continentes. Su nombre se recoge en las más diversas lenguas e idiomas. No existe texto de análisis político contemporáneo que no lo cite. Mas lo importante y trascendente es que generaciones que no le conocieron hablan de el en presente y lo admiran y lo toman para si como un símbolo de dignidad y decoro.

Se dimensiona su figura, y si queda mucho aun por hacer en nuestros pueblos de América, está Allende en el crisol de las revoluciones, de los movimientos progresistas, en las multitudes que sueñan y luchan por un mundo mejor, en el ejemplo inmortal de su ideas y de sus actos.

Salvador Allende es parte indisoluble de lo mejor de la historia de Chile pues ha entrado por derecho propio en la gloria de su patria.

Próximos a cien años de su nacimiento biológico, nace otra vez para siempre en la historia y en el sentimiento agradecido de los pueblos.