El veterinario o doctor -que así sería mejor llamarlo porque estos perros ya no pertenecen al reino animal- ausculta con detenimiento con su estetoscopio a un Fox-terrier de nombre Cuqui. La siento muy malita, doctor, parece que le duele el estómago. -Vamos a tomarle la temperatura. ¡Pobre, tranquila que te vamos a curar! la acaricia […]
El veterinario o doctor -que así sería mejor llamarlo porque estos perros ya no pertenecen al reino animal- ausculta con detenimiento con su estetoscopio a un Fox-terrier de nombre Cuqui. La siento muy malita, doctor, parece que le duele el estómago. -Vamos a tomarle la temperatura. ¡Pobre, tranquila que te vamos a curar! la acaricia con dulzura. Menos mal que el cliente cuenta con un seguro porque si no la consulta le hubiera salido por un ojo de la cara. ¿Tiene al día las vacunas? La vacuna Heptavalente cuesta 50 euros, la vacuna Trivalente 40 euros, la de la rabia 30 euros. Mi perro se merece los mejores cuidados. Y de la alimentación ni se diga: pienso Royal Canin o Advance, Taste of The Wild, Nutro, Pro Plan y otras 50 marcas más que no vienen al caso nombrar. Por ejemplo, el pienso Royal Canin Adult de 18 kilos cuesta ¡70 euros! o el Hill’s Joint Care cuyo precio es nada menos y nada más que ¡80 euros! Mi perrito es como mi hijo aunque yo me tenga que ajustar el cinturón le complazco todos sus caprichos. Las croquetas Chop «riquísimas por su delicioso aroma y sabor» de 20 kilos por la módica suma de ¡99 euros! No importa el precio. Todo es poco. «Mi cachorro debe tener el pelo más terso y bonito» ¿Y el calcio para los huesos? El suplemento de calcio y fósforo para perros y gatos de Pax Pharma de 15 euros. «Y la crema para limpiarle los dientes Trixie de 3.50 euros para que conserve su sonrisa intacta». «Acuérdame que mañana hay que llevarlo a la peluquería; luego la manicure pues tiene las uñas muy largas y está dañando el sofá de casa» «Mi perro duerme en mi cama y no hay problema porque lo lavo con champú Yes! P de 28.95 euros (de rebaja) así que está más limpio que yo. «Lo principal es engreírlos y darles mucho mimo y amor»
Los productos para mascotas arrasan en el mercado y la demanda es creciente. Dicha industria facturó en EE.UU, América Latina y Europa 100.000 millones de euros el año 2015 (en comida 51.000 millones de euros). Entre las empresas multinacionales como Amazon Petshop, Ikea mascotas, Mars Incorporated, Nestlé, Petsmart, Ourpet’s Company, Bayer, Sanofi, etc., existe una competencia salvaje por captar el mayor número de consumidores. La publicidad en los mass media es la clave. Basta con analizar este dato: EE.UU tiene 324 millones de habitantes y 305 millones de mascotas. Con estas cifras deducimos que con todo el dinero gastado en animales de compañía se podría paliar las necesidades más prioritarias de los refugiados y desplazados en todo el planeta tierra durante varios años.
Entre tanto no cesan las guerras y conflictos bélicos con sus miles de muertos y heridos y millones de personas desplazadas. El hambre, las enfermedades o la miseria extrema asolan muchos lugares del planeta ya sea en África, América Latina o en Asia. Incluso Europa y los EE.UU las cifras de marginación social son abrumadoras. Sin dejar de mencionar el pavoroso holocausto de la guerra que asola Siria e Irak y que ha dejado más de 300.000 muertos. Los ataques por tierra mar y aire son implacables convirtiendo los pueblos y ciudades en verdaderos cementerios. Millones de refugiados intentan sobrevivir en un medio hostil sin apenas recursos y en condiciones extremas. Si no fuera por la ayuda humanitaria que les ofrece la ONU, la Cruz Roja o las ONGs ya habrían muerto de inanición.
Es indignante que en occidente los perros, los gatos y las mascotas lleven una vida de marajás. Esto es algo obsceno y demencial que confirma la depravación de la sociedad burguesa capitalista. Ya no se sabe muy bien qué tiene más valor si los seres humanos o los animales. Miles y miles de refugiados golpean las puertas de occidente escapado de la guerra, el hambre y las enfermedades. Se les rechazan porque son extraños, tienen otras creencias, otra lengua, ¿quizás son terroristas? Estos intrusos intentan invadir la próspera Europa y aprovecharse de la sociedad del bienestar. Esos seres humanos llevan grabado en su frente ese maldito estigma de parias apestados. Tal vez si fuesen perros y gatos dóciles y juguetones se les tendría mayor compasión. Que se construyan muros y levanten cercas de alambre de púas, que se movilicen los ejércitos para contener el tsunami de «nuevos bárbaros» «Aquí ya no hay sitio para más, que se conformen con la ayuda humanitaria».
En las fiestas de navidad se le ponen sus regalos junto al árbol con un membrete en letras de oro: «para mi querido Pluto» la Automatic Fetch Machinede de 150 euros, el GoGoDogPal de 280 euros, Dog Miracle Puzzle de 25 euros, el Hot Doll de 159 euros o una casita Silvan Confort de 139 (algo imprescindible puesto que allí montará la guardia para velar por la seguridad de la familia). «Mi perro es sagrado, lo amo más que a mi vida. ¡Cuidado! que nadie le toque un pelo» Cuando muere alguna mascota se desata una tragedia griega. El duelo es similar al de un ser humano -e incluso en ocasiones más-. Se llama a los servicios funerarios que lo conducen a la morgue (de perros) para un brindarle un entierro digno. Una preciosa tumba en el cementerio «el Último Parque» por un valor de 5.000 euros (de honor) y 800 euros (preferente). Un lugar rodeado de bosques y jardines donde la querida mascota podrá disfrutar del descanso eterno. Si hay un cielo para los humanos también debe haber uno para los animales -por supuesto-. Otros, por el contrario, optan por el taxidermista para embalsamarlo. Es decir, que prefieren que se conserve tal y como era en vida – lo han venerado con tanto amor que no pueden vivir sin su presencia. Tal vez lo colocarán en un sitio privilegiado en la sala de la casa para que su recuerdo sea imperecedero. La compañía de taxidermia Espetón te hace una verdadera obra de arte por 900 euros (más IVA). En Europa o EE.UU por las calles pululan los sin techo, los indigentes y vagabundos que piden limosnas acompañados de perros o de gatos (son sus compañeros de viaje que le entregan el cariño que le han negado los de su propia especie). Esos perros y esos gatos no son más que un reclamo para que los viandantes se compadezcan no de ellos, sino de sus mascotas. La atracción principal son los animales a los que les regalan algunas monedas o billetes para que sus amos los alimenten y los mantengan sanos y salvos. Se priman los derechos de los animales por encima de los derechos humanos.
Las ONGs ecologistas, la WWF, Greenpeace se desvelan por defender la fauna en peligro de extinción: los tigres, los elefantes, los delfines, las ballenas. Una loable labor que prefiere ignorar el drama que se desarrolla en el Mediterráneo con esos los barcos cargados de clandestinos que intentan desesperadamente alcanzar las costas de Italia, Grecia o España. ¿Estos seres humanos que pertenecen al reino animal y son homo sapiens no están también en peligro de extinción? En esta decadente civilización occidental el narcisismo y la vanidad han llegado a unos límites intolerables. Y es que muchas veces en las grandes urbes el ciudadano necesita una mascota que les brinden compañía, una mascota con la cual puedan «hablar» y mitigar su soledad. Se da el caso de perros y gatos que heredan de sus amos. La última voluntad del finado es que se atienda a cuerpo de rey a su mascota por el resto de su vida, que disfruten de los mejores restaurantes, esteticién, masajistas, peluquerías, viajes, casas de recreo, hoteles y suite de lujo con SPA. En el mundo de los perros existen: concurso de belleza, desfile de modas, adiestramiento en escuelas especiales, sesiones de yoga, el baby shower party, cumpleaños, noviazgos y enlaces matrimoniales para preservar la pureza de sangre. Sin que falten los psicólogos para tratar a la mascota cuando sufra angustia existencial o depresión. En Internet es muy fácil encontrar los portales que ofrecen la línea de ropa canina, joyas, complementos, regalos, flores, perfumes, comida, fármacos, etc.
En Siria o en Irak las víctimas del genocidio apenas si tienen un mendrugo de pan tieso para echarse a la boca, otros que se llenan el estómago con papel y cartón. Según los veterinarios muchas mascotas esta sobrealimentadas y sufren obesidad mórbida. O sea que van a morir de gula. «Quiero a mi perro porque es fiel y no me traiciona. Te da cariño sin exigir nada a cambio. Los humanos en cualquier momento te pueden clavar una puñalada trapera». Besos, caricias y abrazos para la mascotas pero ante la presencia de un pobre desgraciado sin tierra y sin patria un gesto de reprobación y un mirada de desconfianza. «Esos miserables pertenecen al guion de una película de terror y vienen a fomentar la delincuencia y la inseguridad».
Las cuotas de asilo en Europa son deficitarias. Muchos gobiernos se niegan a asumir dicha responsabilidad argumentando que tienen que dedicar sus presupuestos a combatir la crisis económica. Que primero los nuestros. Ni solidaridad, ni fraternidad ni nada que parezca. El maltrato animal en los países civilizados se penaliza. Quien toque un perro o un gato o cualquier animal le pueden caer multas o hasta incluso ir la cárcel. Los derechos de los animales se respetan pues están protegidos por un estatus privilegiado.
Nunca hemos sido tan sensibles al sufrimiento animal y tan indiferentes al sufrimiento humano. Las sociedades españolas protectoras de animales acogieron 140.000 perros y gatos abandonados en 2015.
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