Referirse a piratas, corsarios, bucaneros, filibusteros o cualquier otra denominación, es hablar de ladrones o asaltantes que asolaron estas tierras de esta parte del mundo entre el siglo XVI y mitad del siglo XVIII, es recordar casi doscientos años de pillaje entre asaltantes, unos por cuenta propia y los otros enviados y pagados por sus […]
Referirse a piratas, corsarios, bucaneros, filibusteros o cualquier otra denominación, es hablar de ladrones o asaltantes que asolaron estas tierras de esta parte del mundo entre el siglo XVI y mitad del siglo XVIII, es recordar casi doscientos años de pillaje entre asaltantes, unos por cuenta propia y los otros enviados y pagados por sus estados para infringir daños económicos en el comercio a sus enemigos circunstanciales que se encontraban en guerra, pero todos unidos en sus codicias de aprovecharse del saqueo de las colonias de España. Los colonizadores españoles haciendo el trabajo sucio de abrirse camino asesinando pueblos enteros cometiendo toda clase de abusos y genocidios, y los otros, financiando piratas, corsarios, filibusteros es decir ladrones y asaltantes, para sacar sus parte del saqueo colonial .
Esta parte despreciable de la historia comienza con el pirata francés Jean Florín, que en el año 1521 asaltó en las Azores el valioso tesoro Moctezuma II que desde México era enviado por Hernán Cortés a España. Así se inició el robo entre ladrones, de riquezas que no les pertenecían a ninguno de los asaltantes y para seguir con este desgraciado recuerdo algunos personajillos, algunos venerados hasta hoy día por sus valiosos aportes a los erarios de sus respectivos estados que les sirvió como base para su desarrollo, sustentado en el pillaje y saqueo de otras naciones. François Clerc (Primer Pata de Palo), Jacque Sore, Martín Cote, John Hawkins, Francis Draque, Thomas Cavendish y el conde Cumberland, nombres que a nombre de sus estados, asolaron a los habitantes de esta América.
Solamente la tecnología y el método diferencia a esos piratas, bucaneros, filibusteros o corsarios, cualquiera sea el significado que los historiadores les pretendan dar a cada una de estas «actividades», de que la tal, era de gente de acciones personales o la otra actuaban en nombre de los Estados , etc. Todos en común: ladrones, asaltantes y asesinos, igual a los asaltantes, saqueadores, y asesinos de este siglo XXI.
Quién se atreve a negar, que lo que los gobiernos de EUA y sus cómplices europeos hacen en Irak no es un acto de Piratería y terrorismo, al asaltar, destruir, asesinar, quedarse con el petrolero y las reservas monetarias de ese País. Y lo que está ocurriendo en Afganistán también es más de lo mismo.
Libia es otro acto de piratería y terrorismo de estado, además con la venia del Consejo de Defensa de la ONU, con el «pretexto de exclusión aérea», EUA y sus cómplices europeos, no se cansan de seguir asesinado a ese pueblo, ya comenzaron a dilapidar sus inmensas reservas monetarias que se encontraban en sus bancos, pero van por más, quieren el petróleo para paliar o tratar de acomodar la debacle que están viviendo en sus países, por el derrumbe del capitalismo.
Todo eso no les es suficiente, ahora van por Siria y no le pierden el ojo a Venezuela y otras naciones que tienen grandes reservas petrolíferas, en si están incendiando el mundo, y se seguirán encontrando con pueblos y naciones, que haciendo uso de su legítima defensa, se defenderán cuyas consecuencias son imprevisibles. Quizás nadie quede para acusarlos de ser los responsables del cataclismo mundial, es aquí y ahora en que los pueblos tenemos que seguir acusándolos y luchando permanentemente, en contra de toda esta situación y por todos los medios a nuestro alcance para evitar el desastre universal. Todos en contra de los Piratas y terroristas del Siglo XXI.
* El autor es ex Dirigente de la Central Obrera Boliviana (COB)