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Podemos cambiar y vamos a cambiar

Fuentes: Rebelión

Las próximas elecciones nos dan la posibilidad de revertir la catastrófica situación en que nos encontramos como país. Vamos a elegir las autoridades más cercanas a nosotras y nosotros: alcaldes, prefectos, consejeros y miembros del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social.

¿Quién de nosotras y nosotros no quiere un Ecuador mejor?… Porque se ha llegado a un nivel nunca conocido de desgobierno, desprestigio del presidente, corrupción generalizada en las entidades estatales, denuncias de narcotráfico en el ejército y la policía, inseguridad nacional por los asesinatos, el sicariato y la extorsión, pobreza creciente, migración significativa, burla internacional… y nuestras autoridades apoyadas por los grandes medios de comunicación fomentan el odio culpando al expresidente Rafael Correa 7 años después de su gobierno. ¡Cuántas bajezas! Sí, antes del presidente Moreno éramos mejor, mucho mejor.
Para lograr un cambio en nosotros y en nuestro país, tenemos que dar dos pasos más que correspondan a la certeza de que ‘podemos cambiar’ y que efectivamente ‘vamos a cambiar’ porque tomamos los pasos necesarios para lograrlo. Primer paso: “Podemos cambiar”. Decir estas palabras significa que hemos tomado conciencia que sí, las situaciones personales, colectivas y nacionales pueden cambiar, porque “si las dificultades y los problemas son nuestros, también son nuestras las soluciones”. Los cambios se dan cuando, por una parte, estamos seguros que nosotros y nosotras somo capaces de cambiar y, por otra, cuando empezamos a unirnos con otros para lograrlo. Queremos dejar de ser cómplices de los problemas que nos aquejan porque estos problemas tienen su origen en nosotros, en los demás, en las estructuras que nos organizan como familias, ciudades, provincias y país. Las causas de los problemas son las unas individuales, las otras colectivas y otras estructurales. “Podemos cambiar” cuando sentimos la necesidad de dar un paso más, o sea, cuando decidimos que “vamos a cambiar”.
El segundo paso es: “Voy a cambiar”. Este nuevo paso no es sólo individual: Tiene que ser colectivo: “Vamos a cambiar”, porque nos hemos dado cuenta que sólo no lo vamos a lograr ni lo podemos lograr: la mayoría de nuestros problemas son colectivos; por lo mismo la solución también tiene que ser colectiva. Además, pertenecemos a una organización nacional estructurada. Si nos limitarnos a cambiar sólo en la familia o sólo entre vecinos o sólo al nivel colectivo, no tocamos las estructuras que nos organizan muchas veces sin darnos cuenta. Los cambios tienen que incidir en las estructuras. Y eso es ‘política’: Todos estamos involucrados en la política por el hecho de existir, porque al nacer entramos en una organización social nacional. Decir “No me meto en política” es aceptar que otros decidan por nosotros y muchas veces contra nosotros. Estamos demasiado empecinados en no meternos consciente y organizadamente en política, por eso estamos cómo estamos: nos hemos dejado manipular, controlar, encaminar en la situación en la que nos encontramos. Todavía pensamos que otros van a resolver nuestros problemas… cuando la realidad es que ‘estos otros’ resuelven los problemas para su beneficio y a costa nuestra.
Las próximas elecciones nos dan la posibilidad de revertir la catastrófica situación en que nos encontramos como país. Vamos a elegir las autoridades más cercanas a nosotras y nosotros: alcaldes, prefectos, consejeros y miembros del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS). Tendremos las autoridades que nos merecemos porque sí, podemos conocerlas, hacerles preguntas, orientarlas y exigirles lo que necesitamos y como se puede satisfacer nuestras necesidades. Si pensamos que ‘eso no es posible’, somos unos individualistas, indiferentes, cómplices, desorganizados, vagos, etc. porque dejamos que otros decidan por nosotros.
¿Y la Consulta? Es de lo más sencillo. ¿Nos hemos preguntado qué quiere el presidente con la Consulta? El presidente quien es el responsable de la debacle en que nos encontramos busca dos objetivos: por una parte, quiere realzar su malísima imagen y, por otra, eliminar el CPCCS para aumentar su poder y profundizar en las privatizaciones y el neoliberalismo que nos hunde en la misera y destruye el país. Entonces, lo más lógico es votar ‘NO’ a todas las 8 preguntas, afín de no lamentar luego las consecuencias negativas que habremos permitido.
En cuanto a la elección de las autoridades locales, he aquí un solo criterio que nos permite conocer si los candidatos que se presentan nos van a representar o si se van a burlar de nosotros. Tenemos que votar por candidatos que vienen de los sectores populares, han participado en organizaciones populares y se deja guiar por ellas. Así de sencillo… A lo mejor no son muy numerosas. Todavía tenemos unos días para dedicarnos, individual y colectivamente a conocer y reconocer estos candidatos.
En cuanto a los miembros del CPCCS, tenemos que mirar los partidos que trabajan con organizaciones populares: Tenemos que votar por los candidatos que presentan estos partidos. Personalmente encuentro sólo 4 partidos que entran esta categoría: Pachakutik (lista 18), Revolución Ciudadana (lista 5), Partido Democrático (lista 1) y Partido Socialista Ecuatoriano (lista 17).
Si se mira las cosas de estas 3 maneras, se nos simplifica bastante la votación de este próximo domingo. Entonces, es posible comenzar a cambiar muchas cosas, porque sí, ‘vamos a cambiar’, lograr un nuevo Ecuador y tener mejor vida. Así manifestaremos que somos un poder popular capaz de orientar el rumbo de nuestro país por el bien de todas y todos nosotros.