A pesar del auge que tuvo la historización de las organizaciones de la izquierda argentina en los últimos años, y a pesar de que ya cuenta con más de 50 años de vida, la historia del grupo Política Obrera así como de su sucesor el actual Partido Obrero, constituye hasta hoy un espacio prácticamente inexplorado. […]
A pesar del auge que tuvo la historización de las organizaciones de la izquierda argentina en los últimos años, y a pesar de que ya cuenta con más de 50 años de vida, la historia del grupo Política Obrera así como de su sucesor el actual Partido Obrero, constituye hasta hoy un espacio prácticamente inexplorado. Un capítulo aún más oscuro, incluso para muchos de sus adherentes, lo constituye la historia de sus relaciones con el trotskismo internacional.
No podría decirse lo mismo de la otra corriente del trotskismo de estas tierras, el morenismo, cuyo periplo, si bien está lejos de haber sido exhaustivamente discutido, fue abordado en varios segmentos temporales cruzando debates significativos por diversos estudiosos (académicos y/o militantes, entre las cuales la más abarcativa es la versión oficiosa de la historia de esa corriente, aparecida en varios tomos y dirigida por Ernesto González, uno de sus principales dirigentes). Incluso, la historia del morenismo ha sido interpretada con mayor énfasis, aunque de manera lateral, en aquella etapa en que toma vinculación con Mario Santucho, es decir, durante la formación y la crisis del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT).
Quizás, sólo el posadismo ha sufrido una indiferencia similar, justificada parcialmente por el hecho de que prácticamente ha desaparecido (a pesar de que el hijo de Posadas inauguró el acusado «trosko-kirchnerismo» como temprano aliado de Luis D’Elia y sistemático defensor de los gobiernos kirchneristas). Además, la rica trayectoria del posadismo y su persistente trabajo sobre los activistas obreros avanzados en los 40s, 50s y 60s (un asequible material de referencia sobre este tema lo constituyen las entrevistas a Héctor Menéndez y a Guillermo Almeyra realizadas por Eduardo Lucita) aparece envilecida por sus delirantes y ya míticas aseveraciones en relación a los extraterrestres.
Más allá de algunas iniciativas modestas, por alguna razón, la historia del PO todavía no ha sido puesta en discusión por ellos mismos de manera más o menos sistemática. En esas circunstancias sería entendible que las otras corrientes ideológicas decidan ignorar olímpicamente los pliegues de su devenir. Por el contrario, el autor de esta entrevista, considera que la historia del PO puede y debe enriquecer el balance de las formaciones políticas adyacentes en su conjunto, incluso aquellas que se pretenden antagónicas o superadoras de «la izquierda tradicional».
Con ese objetivo fue que entrevistamos a François Chesnais. Chesnais es conocido por ser un investigador-militante marxista, economista, profesor emérito en la Universidad de París 13-Villetaneuse. Autor de gran cantidad de obras, entre ellas «La mundialización del capital» y «Las deudas ilegítimas», Chesnais es referente de la corriente «regulacionista». Además hace parte del Consejo científico de ATTAC-Francia, fue director de Carré Rouge (una revista muy activa en los 90’s que hoy se ha fusionado con Contretemps , ver su archivo completo aquí) y es miembro del Consejo asesor del colectivo Herramienta, con la que colabora asiduamente.
Aunque hasta hace poco tiempo estuvo políticamente activo en el NPA (Nuevo Partido Anticapitalista) de Francia, sus inicios en la militancia se remontan a la corriente «Socialismo o Barbarie» de Cornelius Castoriadis y Claude Lefort (donde tuvo un breve paso). Integró la corriente trotskista denominada lambertista (así denominada por su antiguo líder, Pierre Lambert) desde 1963 hasta 1984, cuando fue expulsado junto a otro ex líder del lambertismo, Stéphane Just. Tras la expulsión, Chesnais estuvo con Just en una pequeña agrupación llamada «Comité pour la construction du parti ouvrier révolutionnaire» hasta principios de los 90, para luego replantearse su trayectoria previa como parte del colectivo «Pensar el socialismo, el comunismo».
Bajo el seudónimo de Étienne Laurent, Chesnais construyó los lazos entre la lambertista OCI (Organisation Communiste Internationaliste, nombre que adoptó esa corriente entre 1965 y 1981) y las organizaciones latinoamericanas que hicieron parte de la agrupación internacionalista de la OCI, el CORCI (Comité de Organización por la Reconstrucción de la Cuarta Internacional), que contuvo al Partido Obrero Revolucionario (POR) boliviano de Guillermo Lora, al Partido Obrero Revolucionario Marxista (POMR) peruano de Ricardo Napurí, y al grupo Política Obrera (PO) argentino de Jorge Altamira, entre otros núcleos menores.
Lejos de ser una sigla sin importancia, a nuestro entender el CORCI fue un espacio de intercambio breve pero interesante, donde con sus propias reglas y lenguajes, es decir, las de quienes se reclaman de una línea «dura» del trotskismo, con diversos niveles de protagonismo pero con indudables contribuciones militantes, se debatieron experiencias centrales para entender el desarrollo de la lucha de clases en los 70s: las postrimerías del Mayo francés, la Asamblea Popular boliviana de 1971 y la lucha contra el golpe de Banzer, la resistencia argentina contra el peronismo de la Triple A y luego contra la dictadura cívico-militar, los movimientos sociales en la transición a la democracia en el Perú (la «Moción roja») y la conformación de una alternativa desde abajo (el FOCEP, Frente Obrero Campesino Estudiantil y Popular que -efímeramente- llegó a constituirse en tercera fuerza nacional en la Constituyente de 1977).
El tema de nuestra entrevista con Chesnais es, a priori, un tema de nicho que sólo podría atraer a troskólogos nacionales y extranjeros. Es que la idea ha sido poner el foco en ese entrecruzamiento de tradiciones y de momentos políticos, algunos despreciados por casi toda la bibliografía existente (el caso peruano, por empezar, merece al menos una investigación aparte).
Y al mismo tiempo, ¿los militantes del trotskismo «duro» no se privan a sí mismos de una enorme cantidad de herramientas para entender sus propias posiciones teóricas y sus prácticas políticas al desconocer o desestimar la importancia de los combates que han dado sus dirigentes y compañeros en el pasado?
Esas han sido las preguntas que este autor se hizo, y agradece a Sebastian Budgen, miembro del Consejo Editorial de la prestigiosa Historical Materialism, que se acercó a Chesnais para transmitirle las inquietudes sobre los detalles de la trama que arriba mencionamos (también a Osvaldo Coggiola, cuya profusa documentación de los debates del trotskismo argentino han sido un estímulo inevitable, y quien consideró esta conversación de interés y corrigió algunos datos inexactos).
François: Mi actividad en el marco de la OCI comienza en 1963. Yo había adherido justo antes de irme a Argelia, pero mi trabajo militante comenzó en 1963. Y en 1966, esencialmente porque hablaba inglés, me llevaron con la delegación de la OCI a Londres para la [tercera] conferencia [del Comité Internacional] de 1966.
Es la famosa conferencia con [James] Robertson y [Tim] Wohlforth.[1]
François: Sí, en el local de Clapham [186a Clapham High Street fue la dirección del «cuartel general» de la Socialist Labour League (SLL) de Healy en Londres]. Entonces asistí a esta conferencia, de la que no entendí mucho, así que guardo sobre todo un recuerdo de la gente a la que volví a ver más tarde. No me acuerdo ni de Wohlforth ni de Robertson.
Después de 1966, las relaciones entre el SLL y la OCI se fueron degradando hasta que la SLL provocó la ruptura al convocar sola una conferencia del Comité Internacional en 1971. No recuerdo cuál fue la principal razón política que motivó la ruptura, pero recuerdo una gran discrepancia en una reunión pública que se había llevado a cabo al margen de la conferencia en donde Mike Banda hizo apología de «la revolución cultural china» y de los «guardias rojos».
Diría que en el caso de las organizaciones trotskistas que conocí, la SLL de Healy, la OCI de Lambert, el POR de Lora y PO de Altamira, las relaciones internacionales estaban motivadas principalmente por necesidades políticas internas, y que era necesario que mantuvieran el control a nivel local. En el caso de la SLL y la OCI, había un pequeño aparato, una dirección todopoderosa con la que no se podía discutir de verdad, y el trabajo internacional era una especie de proyección de la propia organización, no había más que satélites y cuando los satélites se rebelaban un poco, los expulsaban.
En el caso de la OCI, como organización que se reconocía trotskista, era necesario que hubiera un trabajo internacional, que el «internacionalismo» entre comillas se respetara. Era un complemento indispensable, pero se trataba de una dimensión subordinada. En el caso de Lora, la principal razón de los contactos que tuvo con la OCI fue la ayuda que ésta le brindó en los momentos de represión en Bolivia, llevando adelante campañas internacionales, más quizás algo de apoyo financiero. Eso con respecto al marco general.
¿A partir de cuándo fuiste responsable de la OCI para España y América Latina?
François: En realidad el término «responsable» hay que ponerlo entre comillas, porque el grado de autonomía era relativamente limitado. En el caso de España, mi primer trabajo para la OCDE fue para España en 1966, 1967, y tenía simplemente la libreta de direcciones del POUM.
¿Para la OCDE? ¿Tenías las dos funciones? ¿Fue porque trabajabas para la OCDE que empezaste a trabajar para la OCI en España?
François: Entré a la OCDE porque me aburría en la facultad. Vi un anuncio de una búsqueda de becarios de la OCDE para ir a España, me instalé en Madrid y hacía un doble trabajo para el director de mi departamento (ciencia, tecnología e industria), Alexander King.[2] Yo observaba, identificaba quién era quién en el complicado escenario político español, de qué corriente eran, quiénes eran franquistas, desarrollistas, quiénes demócratas-cristianos. Wilebaldo Solano y los viejos del POUM eran muy amigos con Lambert y fue a partir de esa relación que comencé a «explorar» entre comillas España.
¿Por qué esa amistad?
François: Bueno, porque creo que la OCI, la corriente de Lambert hizo mucho para ayudarlos materialmente. Pero no había discusión política, nunca fue cuestión de que participaran, ni siquiera como observadores en las conferencias internacionales, era verdaderamente una relación bilateral. En todo caso, empecé a recorrer España con esa libreta de direcciones para ver quiénes seguían vivos y no habían retomado el contacto.
Con ese trabajo de tomar contacto seguí en esas condiciones, si se escuchaba hablar en París de tal o cual grupo en tal o cual ciudad, en fin, generalmente en Madrid o en Barcelona, un poquito en Bilbao, yo me iba a verlos y a mantener discusiones exploratorias con ellos. Y así fue como el primer grupo, el primer pequeño núcleo con el que tuvimos una relación organizada fue un pequeño grupo en Barcelona y Sabadell, en Cataluña, el nombre de guerra del dirigente era Aníbal Ramos (dirigente del POR español, su verdadero nombre era Arturo van den Eynde), quien tuvo un pequeño grupo que fue miembro del CORCI y que se fue durante el asunto Varga.[3] Aníbal murió bastante joven. Después reclutamos españoles en Francia y enviamos a uno de ellos a hacer un trabajo verdaderamente a la Lambert, es decir, reconstruir el POUM en Barcelona y como había todavía algunos poumistas, fue mal recibido. Y después, enseguida, desde Francia, hubo un contacto en Madrid de alguien que estaba en la sección juventud del PSOE, Raúl Gómez. Hizo un trabajo de reclutamiento en el PSOE antes de distanciarse en el momento en que el PSOE participó en la «transición democrática» posfranquista. Así que yo era el emisario de la OCI, iba a darle consejos, cada uno de mis desplazamientos se preparaba en una reunión en la que nos poníamos de acuerdo sobre lo que tenía que decirle.
¿Quién participaba de las reuniones?
François: François Forgue (pseudónimo de François de Massot, actual presidente del CERMTRI, centro francés de documentación sobre el movimiento trotskista), Just y alguien cuyo nombre de organización era Clément, Xavier Mourre. Eran dos, tres personas además de mí.
Ahora, para América Latina, fue de la siguiente manera. El centro de desarrollo de la OCDE me envió a Buenos Aires por un tiempo bastante largo, una estadía de dos meses. En mi recuerdo, fue entre octubre y diciembre de 1969. Y muy pronto me tomé el avión de Buenos Aires a La Paz para visitar a Lora.
¿Él ya estaba en contacto con Lambert?
François: Sí. Pero nunca había venido a Europa. Recién vino en 1971. En todo caso, fui a ver a Lora, me quedé unos días en La Paz y durante ese tiempo él me explicó el trabajo del POR, me llevó a reuniones. En esa ocasión me dio el nombre y el contacto de Altamira. Así que me encontré con los dirigentes de PO al volver de La Paz, siguiendo el consejo de Lora, quien todavía no los había visto. Altamira lo había contactado pero para Lora era complicado viajar, tanto financiera como políticamente, no estaba seguro de poder volver a Bolivia, se moderaba con los viajes. Desde que tuve contacto con Altamira, tuve discusiones intensas con él, yo salía del Ministerio de Industria, en donde hacía aquel trabajo para la OCDE, me lo encontraba en la dirección de PO y discutíamos por dos, tres horas. Un fin de semana me llevaron a Córdoba, a una reunión del sindicato Sitram,[4] en donde tenían gente que ya habían incorporado a la organización. Y me acuerdo de que había escuchado una intervención corta de Altamira. Volví a Francia diciendo «ese grupo tiene un lazo efectivo con la clase obrera, se involucra». Eso hizo imposible que yo estuviera de acuerdo con el motivo de la exclusión de PO en 1979.
Entonces, nada más para aclarar, ¿el contacto con Altamira era el primer contacto entre los lambertistas y los trotskistas argentinos?
François: Sí. Y PO permitió el contacto con los peruanos. En febrero de 1971, la OCI organizó en París una reunión, en nombre del CORCI, pero sin la presencia de la SLL, entre París y los grupos latinoamericanos a la que vino Lora (fue su primer viaje a Francia) y también Altamira. También había en Francia un núcleo brasileño, Outubro, cuyo pivote era Victor Leonardi,[5] y tres estudiantes mexicanos que al volver fundaron un pequeño grupo, la LOM. Yo había arreglado las fechas con el Centro de Desarrollo como para irme poco tiempo después de esa conferencia. Altamira había vuelto a Argentina pero nos volvimos a encontrar en Perú, y en ese momento tuvieron lugar las conversaciones con Ricardo Napurí[6] y Jorge Villarán, que dieron como resultado la formación del POMR y su adhesión al CORCI. Perú en esa época era realmente un país muy, muy politizado, y además las personas se hablaban, digamos que entre Napurí y Hugo Blanco la relación era mejor que entre Just y Mandel… Se ayudaban mutuamente, tenían campañas comunes. Así fue como se estableció el contacto con los peruanos. Y en esa época todo está relacionado con PO, porque hicimos juntos esa misión. Y después fui a Chile pero no me encontré con nadie.
Bien. ¿Quién llevaba adelante la discusión con PO para la OCI? ¿Cómo se percibió a ese grupo, teniendo en cuenta no sólo la situación del trotskismo sino del país en sí mismo? ¿Cuáles son, en tu opinión, las informaciones más pertinentes acerca de esa primera aproximación?
El interés de Argentina era que se trataba a la vez de un país en donde habían existido corrientes trotskistas desde los años 1930 y 1940, y había un movimiento obrero importante que parecía contrastar en parte con el peronismo pero, en todo caso, incluso peronistas se levantaban contra la dictadura militar, así que era, por lo que recuerdo, y creo que también en la apreciación de la OCI, el país más importante en América Latina. Esto porque el trabajo brasileño se inició enteramente en París y fue durante algunos años el trabajo en el que tuve más autonomía antes de que me la fueran restringiendo de a poco…
¿Eras principalmente vos quien tenía el vínculo con PO en la OCI?
François: Fui yo, hasta que me apartaron y me reemplazaron por Felipe Favre, personaje siniestro, el menor de los hermanos de Altamira. Tenía otro hermano, que se llamaba Cacho [7], que estaba en la dirección. Al más joven, Favre, lo enviaron a Francia, lo sacaron de Argentina porque ponía en peligro la organización, y una vez allí Favre había ganado la confianza de Lambert. Hasta 1976, exceptuando la conferencia de 1972 en Santiago, fui el único miembro de la OCI que viajó a América Latina y el único que tuvo contactos.
En 1972, en Santiago, hubo una conferencia, una pequeña conferencia a la que asistió Stéphane Just. Yo lo acompañé, fue un viaje enteramente financiado por la OCI. No había financiamiento del Centro de Desarrollo. Fue después del golpe de Estado de Banzer, tras el episodio que nos había parecido importante de la Asamblea Popular de 1971. Encontramos a [Filemón] Escobar, que estaba exiliado, y a Lora, que había venido, había salido clandestinamente de Bolivia para volver, y PO, y fue en ese momento cuando las cosas comenzaron a deteriorarse un poco, por distintas razones, entre ellas por el hecho de que ni Lora, ni la dirección de PO estaban muy interesados en recibir consejos de Stéphane Just sobre lo que debían hacer y también porque lo que pasaba fuera de América Latina no les interesaba.
Just percibió algo que no era falso, que es una constante del trotskismo tal como yo lo conocí, que tanto Lora como la dirección de PO querían mantener el control a nivel local. Y entonces Just volvió a París diciendo «es nacional-trotskismo». Hizo un informe muy desfavorable. También en 1972 tuvo lugar en París la conferencia de fundación del CORCI. En efecto, en 1971 la SLL había convocado una reunión del Comité Internacional en la cual se había excluido a la OCI, debido a que apoyaba la Asamblea Popular y a Lora. Durante esta reunión, que fue muy acalorada, hubo un enfrentamiento entre PO, por un lado (Lora no estuvo presente), y la OCI, por el otro, acerca de la cuestión del «Frente Único Antiimperialista». De hecho, lentamente se fueron encaminando hacia la ruptura, aunque ésta recién tuvo lugar en abril de 1978 (ya en 1979 tuvo lugar la reunión última del CORCI en la que participan el PO y el POR). Nagy-Varga tenía su propia postura. Había mantenido la relación con el ala Slaughter de la SLL y no estaba realmente de acuerdo con la formación del CORCI. Entonces comenzó a acumular puntos negativos. Los camaradas israelíes,[8] los únicos con una posición favorable a dos Estados, judío y palestino, en contra de la consigna mayoritariamente adoptada de Constituyente palestina, árabe y judía, se abstuvieron acerca de la cuestión del FRA y fueron excluidos poco tiempo después [9]
Pero volviendo a tu pregunta, yo fui el único que estuvo en Argentina y el único que hizo, junto a Catherine Tavernier, un trabajo teórico acerca del peronismo en un artículo de «La Vérité» de 1976. Ese artículo provocó una discusión entre PO y Stéphane Just que contribuyó, junto con ciertas divergencias acerca de la orientación en Perú durante la crisis prerrevolucionaria de 1977, a preparar la ruptura-exclusión de PO en 1979, ya que PO fue excluida acusado de ser «agente de Videla y de Pinochet».
Precisamente en 1979 se establecen las relaciones con Moreno. Él estaba en proceso de ruptura con el SU, rompiendo con Mandel y Krivine por Nicaragua. Estaba en dificultades y tomó contacto con la OCI-PCI. Cuando se dio la ruptura con PO y Lora, sin duda las discusiones con Moreno ya habían comenzado. Para la dirección, estas discusiones tenían una importancia diferente. Era una venganza contra el SU, debilitaba a la LCR. Yo había empezado a ser excluido, reemplazado por Favre, pero en 1979 esto fue radical. Me excluyeron no solamente del trabajo latinoamericano sino también del español, porque basándome en todo lo que había oído decir sobre Moreno, defendí la postura de que la formación del Comité paritario era un proceso oportunista, que no iba a durar, y que tendría un resultado negativo.
También estuvo la cuestión de la orientación en Brasil. Cuando se inició el proceso político que condujo a la formación del PT, yo enseguida dije: «nuestros camaradas tienen que formar parte de este proceso». Lambert y Favre respondieron «núcleo independiente», etcétera, y cuando el PT efectivamente fue creado, la respuesta tomó la forma clásica del lambertismo, es decir, conservar un pequeño grupo formalmente independiente, hacer una selección entre unos pocos y enviar a aquellos en quienes confiaban a la tendencia Lula y Articulación.[10]
Hubo una conferencia de reunificación en París y algunos camaradas argentinos tomaron contacto conmigo fuera de esa conferencia. Así fue como me encontré con el núcleo que dirige la revista «Herramienta»,[11] a quienes vi al margen de esa conferencia, teníamos intereses intelectuales comunes, etcétera.
¿Era la conferencia de 1980?
Sí, exacto.
Una vez que PO entra en la órbita de la OCI, ¿cómo evolucionó la relación hasta la expulsión del grupo argentino? ¿En qué medida los camaradas franceses contribuyeron a la adopción de un sistema de referencias, la formación teórica y política de las competencias organizacionales, teniendo en cuenta que PO era un grupo de jóvenes que emergió como una evolución de un grupo de «nueva izquierda», Praxis, dirigido por Silvio Frondizi?[12]
François: Nosotros, o más bien yo, nunca conocí a Frondizi, nunca conocimos su apreciación sobre ellos. Recapitulo. Las relaciones con PO fueron muy breves. Se extienden desde fines de 1969 hasta 1976. Es un lapso muy corto. Y PO, tal como yo la comprendo, es una organización que sufrió muy pocas influencias del exterior, y que tenía interés en elaborar una línea política propia. La única cosa en la que la OCI-PCI y Lora pudieron haber tenido alguna influencia, dentro de los temas importantes en los que coincidían, es en la cuestión del guerrillerismo, de la lucha armada fuera de un proceso revolucionario. Yo había escrito ese artículo (al releerlo te dije que era justo pero de todos modos horriblemente sectario) sobre el libro de Régis Debray[13] y sobre el guevarismo.[14] Lora era absolutamente hostil a la guerrilla, así que PO sin duda vio reafirmada su decisión de mantenerse apartada del ERP. Pero eso no impidió que los militantes de PO pagaran muy cara la represión. No hacía falta ser del ERP o de Montoneros para desaparecer. Tuvieron desaparecidos y muertos a causa de la tortura, la represión fue generalizada. Así que pienso que tuvimos poca influencia en la dirección de PO. Fuimos de ayuda, durante un tiempo tuvieron gente con la cual discutir y polemizar, pero su longevidad se funda en una base política propia.
El año 1973 estuvo marcado por el regreso de Perón y dos elecciones (la primera la ganó Cámpora y la segunda, Perón). ¿Cuáles fueron los intercambios dentro del CORCI sobre lo que debía ser la intervención de PO (votar o no votar al morenismo)? Esta pregunta teniendo en cuenta dos cosas:
a) Que finalmente la OCI se alía con Moreno en 1979-1981. Incluso existen documentos internos del morenismo que sugieren una correspondencia entre el PST y la OCI en el momento en que PO era la sección hermana de la OCI.
b) Que en 1974, PO y el PST discutieron la posibilidad de una unificación. Mi intuición es que Lambert influyó en ese sentido.
François: Fui a Chile en agosto de 1973, pasé por Buenos Aires y vi a alguna gente de PO, según recuerdo, no llevaba ninguna instrucción en particular, era un momento de efervescencia todavía y los acompañé a una reunión, a algunas actividades militantes, pero eso fue todo.
No hubo discusión en aquel momento sobre Moreno y el PST. En cuanto al contacto entre Lambert y Moreno en 1979, las discusiones seguramente no abordaron la Argentina sino las relaciones con el SU, con Bruselas. Ya dije antes cuáles eran sus intenciones. Era una venganza contra el SU, que debilitaba a la LCR, dentro de la cual la OCI había construido una fracción secreta.
¿Cuál es tu evaluación del debate de 1972-1973 sobre la burguesía nacional y sobre los sindicatos de los países oprimidos? ¿Por qué pensás que varios años después del primer debate (1972), esos puntos motivarán una confrontación brutal? ¿Por qué pensás que en 1975, la OCI le dio la razón a los grupos latinoamericanos con respecto al problema de la burguesía nacional pero surgió la cuestión de los sindicatos (Segunda Conferencia Latinoamericana)? ¿Cuál era tu percepción en el debate con PO acerca de la «moción roja» del POMR?
Ya dije todo lo que recordaba al respecto.
¿La expulsión de PO tuvo cierto impacto interno, en el marco del Comité Central o de los comités de base? ¿Los militantes argentinos que estaban en Francia en el momento intentaron algún tipo de trabajo fraccional? Hay dos textos de Altamira y de Julio N. Magri acerca de la cuestión de la fusión del PST y de la OCI. ¿Hubo ecos de ese debate entre los camaradas franceses? Cuando vos (y Just) rompieron con Lambert, ¿hubo algún contacto con los camaradas de PO?
No, no hubo ningún impacto, ni en el Comité Central, ni mucho menos en las células. Los pocos militantes argentinos no intentaron, que yo sepa, ningún trabajo fraccional. Según recuerdo, al menos dos de ellos se fueron rápidamente a Italia, allá había un pequeño grupo amigo de PO, y no hubo más contacto desde que su partida.
Según Coggiola, la OCI había expulsado a un grupo palestino porque eran «agentes sionistas»…
François: Era un grupo israelí, no palestino, una fracción pública dentro del Matzpen, cuyo militante más experimentado era Sylvain Cypel.
¿Cuántas organizaciones tuvo el CORCI durante su existencia, y con qué grado de influencia? ¿Podrías ayudarme a entrar en contacto con sus antiguos representantes? En particular, quisiera saber quiénes fueron miembros del Buró Internacional.
François: Las organizaciones sobre las cuales la OCI-PCI tuvo influencia fueron el grupo español y sobre todo los brasileños, miembros de Articulación. El trabajo en el interior del PT en realidad fue fuertemente influenciado por Lambert y su emisario Favre.
Entonces españoles, italianos, franceses, eso es todo. E israelíes. ¿Podrías ayudarme a contactarlos?
Italianos no. En cuanto a los israelíes, eventualmente podría hablar con Denis Sieffert, el director de la revista «Politis».
¿Y en España y Brasil no?
François: Sobre el Comité paritario y el PT brasileño y Favre, habría que tratar de hablar con el camarada al que habían enviado a encontrarse con Moreno en Bogotá, que después vivió durante varios años en Brasil, Jean Puyade. Tendrá su propia versión de lo que pasó a partir de 1979. Podés contactarlo de mi parte.
¿Y en cuanto a los miembros del Buró Internacional?
François: Nunca hubo un Buró Internacional, que yo recuerde, no hubo nada que se pareciera a lo que había en Bruselas.
¿Quién se encargaba de los exiliados argentinos de PO en Francia? ¿Cómo se formó y cómo se disolvió la fracción lambertista de PO? ¿Podrías comunicarte con algunos camaradas o los perdiste de vista a todos?
François: Nunca escuché hablar de la formación de la fracción lambertista.[15] En cuanto a los camaradas argentinos, conozco muy bien a Marcelo [Grammar].[16] Con su compañera Ester, vivían en Chile, en la gran ciudad del sur de Chile, creo que es Concepción. Vino a Francia directamente desde Chile. Nosotros los ayudamos sabiendo que eran miembros de PO y que hacían trabajos políticos para esa organización.
El primer punto se relaciona con el pasaje del Comité Internacional al CORCI, y tu papel en dicho pasaje. Según Balázs Nagy, la destrucción del Comité Internacional fue obra de Lambert. Sin embargo, el libro de Osvaldo Coggiola titulado «Historia del trotskismo en Argentina» sostiene que la crisis estalló por las diferencias en el Comité Internacional entre Healy y Lora con respecto a la Asamblea Popular.
Además, en el texto «Destrocemos la provocación de Just-Lambert», de Rafael Santos, escrito cuando lo expulsaron de PO, los camaradas de PO afirman que pidieron, antes de unirse a una organización, un balance de la crisis del Comité Internacional (Segunda Conferencia del CI, 1972; PO era observador pero POR era miembro).
No obstante, el libro de Ricardo Napurí señala que ya en 1970, Altamira y Lora querían convencerlo de adherir rápidamente a la internacional. Esto incluso se puede comparar con lo que usted había dicho a los camaradas Villarán y Napurí, igualmente en 1970: algo así como «no deberían precipitarse, el trotskismo debe ser asimilado por la praxis concreta, etcétera». Es importante para mí si podés aclarar esta cuestión relacionada con la fundación del CORCI.
El contacto con Villarán y Napurí se hizo en febrero de 1971. Por lo demás, ya expliqué antes la posición de Balázs Nagy acerca del Comité Internacional. Finalmente, Healy tuvo al menos la misma responsabilidad que Lambert y Just en su estallido.
Notas:
[1] Los dirigentes de una minoría del SWP estadounidense. No están acuerdo con la fusión con el SI (Mandel, Frank, etcétera) y buscan mantenerse dentro del Comité Internacional. Robertson dejó el partido en 1962 y formó la Spartacist League, Wohlforth fue expulsado del SWP en 1964 tras pedir que se discutiera acerca de la entrada del LSSP (Sri Lanka) en el gobierno de Bandaranaike. Sobre las discusiones internas del SWP entre 1960 y 1965, véase: https://www.marxists.org/history/etol/document/swp-us/idb/swp-1960-65/index.htm. Ambos participan en la conferencia de 1966 representando a dos grupos distintos. Wohlforth será admitido (formará la Workers League), pero Robertson, invitado en calidad de observador, será excluido. Acerca de su exclusión, consúltese «Statement of the IC on Robertson and the Spartacist delegation to the Conference», en la compilación «Trotskyism versus revisionism. A documentary history», vol. 5 (https://www.marxists.org/history//etol/document/fi/tvsr/Trotskyism-Versus-Revisionism-Volume-5.pdf).
[2] Era un científico escocés. En 1960 entra a la OCDE y dirige la sección educación y ciencia.
[3] Véase «Balázs Nagy est mort», obituario de su camarada Radoslav Pavlovic: http://workersinternational.info/wp-content/uploads/27-LdC-25.08.15-Balazs-Nagy.pdf.
[4] Antiguo sindicato de empresa de MaterFer, filial de FIAT. Fue la cuna de la radicalización obrera que condujo al Cordobazo, rebelión antidictatorial de 1969.
[5] En 1975, la fusión de tres grupos (incluido Outubro) dará lugar a la OMB (Organização Marxista Brasileira). En 1976, la OMB se une con la OC 1º de Maio y formará la OSI (Organização Socialista Internacionalista), expresión brasileña del CORCI.
[6] Véase su libro autobiográfico «Pensar América Latina» (disponible únicamente en castellano). Una presentación: http://www.herramienta.com.ar/pensar-america-latina-cronicas-autobiograficas-de-un-militante-revolucionario/pensar-america-latina-. Chesnais es responsable de uno de los tres prefacios del libro.
[7] Sobrenombre de Julio N. Magri, uno de los siete fundadores de PO.
[8] Constituían el grupo «Vanguardia».
[9] En 1978.
[10] Corriente hegemónica en el PT de Brasil casi desde su creación en 1983, dirigida por Lula.
[11] La revista argentina marxista fundada tras la caída del muro de Berlín por disidentes del morenismo que colaboran con los camaradas de Carré Rouge. http://www.herramienta.com.ar/
[12] El principal libro de referencia acerca de este intelectual argentino es «El marxismo olvidado en la Argentina: Silvio Frondizi y Milcíades Peña», de Horacio Tarcus. En el prefacio de esta obra, Michael Löwy reconoce la herencia de Frondizi en varios grupos de izquierda de la región, incluyendo Brasil. Para unas breves observaciones sobre la influencia de Frondizi en el trotskismo argentino, véase «Historia del trotskismo en la Argentina», de Osvaldo Coggiola.
[13] «Révolution dans la révolution? Lutte armée et lutte politique en Amérique Latine», 1967.
[14] «La politique internationale du Castrisme. Mirage et Réalité», 1967. Firmado como Étienne Laurent, en «La Vérité» N°538, agosto-septiembre de 1967. https://www.marxists.org/history/etol/writers/chesnais/02-chesnais.pdf
[15] Probablemente Chesnais no conoce esta fracción porque, en aquella época, Luis Favre (Felipe) estaba a cargo de las relaciones de la OCI en América Latina. El grupo se llama «Fracción Internacionalista» de PO y, más tarde, «Internacionalismo Obrero». Cuando el lambertismo se unió con el morenismo, actuaron dentro del PST argentino. Después de la ruptura de Lambert con Moreno, en 1981, los expulsaron del PST y entraron en el ala izquierda del peronismo, «Intransigencia Peronista», en donde estuvieron implicados varios antiguos dirigentes de Montoneros. Dos miembros de esta fracción fueron Félix Kaufman y Carlos Schmerkin, autores de «La paloma engomada» (acerca de su encarcelamiento durante la dictadura argentina).
[16] Miembro fundador de PO, corresponsal en Francia del periódico de dicho partido («Prensa Obrera») hasta hoy en día. También es militante del NPA.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.