Politizar el Software Libre

La construcción de una sociedad socialista requiere fundamentalmente de la proposición de modelos constituidos por conocimiento teórico y empírico, adaptados a la realidad y provenientes de la realidad.En el tejido social, las relaciones sociales de producción definen implícitamente el modelo ideológico establecido, proyectando, de alguna forma, sus políticas y valores. Por ejemplo, si en nuestra sociedad la especulación es una actividad normal, socialmente aceptada, y admitida en todos nuestros intercambios comerciales, entonces las nuevas generaciones heredaran y reproducirán estos valores, sin necesidad de un plan de formación capitalista.

El Capitalismo y su modelo, que muta según sus intereses, prevalece fundamentalmente porque todavía hegemoniza las relaciones sociales de producción en la sociedad. De allí, la necesidad de crear o ensayar nuevos modelos que transformen estas relaciones.

Algunos vemos el Software Libre como un modelo productivo, aplicado a un pequeño ámbito, nutrido de unas características importantes que permiten preservar aspectos claves para el socialismo, como la justa distribución de las riquezas y la democratización de los saberes.

El Software Libre funciona en el capitalismo, pero encaja perfectamente en el socialismo. Por lo tanto no debemos hablar del Software Libre capitalista o Socialista, sino del Software Libre en el Socialismo o en el capitalismo. En este último, es otro medio para acumular riquezas, pero en el Socialismo, es la oportunidad de desarrollar unas nuevas relaciones sociales de producción transformadoras y generadoras de conciencia y justicia social.

Dicho esto, estamos en condiciones de entender que no se trata de politizar al Software Libre, pues el, tan solo es un medio. Pero es importante notar que su modelo de producción es extrapolable a otros procesos que, en su conjunto, podrían presentar una alternativa contundente al sistema actual. Quienes condenan la politizacion, ignoran que sirven a una política de despolitizacion social, inducida eficazmente por el Capitalismo para aislar a la sociedad de la toma de decisiones.