Durante los últimos tres años la premisa de los empresarios ecuatorianos ha sido mantener congelado el salario básico unificado.
Con o sin pandemia el sector empresarial está en contra no solo de
mejorar las condiciones de vida del sector laboral, golpeado fuertemente
en los últimos tres años -y más con la forma en que el gobierno
descargó el peso de la emergencia sanitaria y la crisis previamente
generada en sus hombros-, sino también de generar una recuperación en la
economía y más empleo en la sociedad ecuatoriana.
Un análisis de las propuestas realizadas por el sector empleador en
el Consejo Nacional de Trabajo y Salarios en el periodo 2004-2021
(gráfico 1) permite observar que durante los últimos tres años su
premisa ha sido mantener congelado el salario básico unificado. En
efecto, con o sin pandemia, para el sector empresarial subir las
remuneraciones mínimas siempre es pernicioso, pero en sus bolsillos.
Gráfico 1. Propuestas empresariales y de gobierno en el salario básico unificado 2004-2021
Fuente: Prensa Nacional
Elaboración: Propia
Dicho proceso parecería indicar por un lado que el bienestar de sus
trabajadores no es de su interés, menos si eso implica que deben
disminuir sus onerosas ganancias y, por otro lado, que el análisis y los
estudios que demuestran que el aumentar el salario mínimo tiene efectos
virtuosos en el nivel de empleo no está en su radar, lo que llevaría a
pensar que su supuesta preocupación por el empleo no es más que una
puesta en escena que disfraza el interés de mantener e incrementar a
toda costa sus ganancias.
En efecto, la evidencia empírica hallada por Card y Krueger (1994)
muestra que un aumento del 18,82% del salario mínimo en New Jersey
generó un aumento del empleo del 13% (algo similar al mayor aumento del
salario básico observado en el 2008, el más alto en todo el periodo
analizado que le siguió de una disminución del desempleo, acompañado de
la implementación del mandato 8 que eliminó la tercerización y la
jornada por horas, proceso precarizador que retornó con la Ley
Humanitaria). Aquí también existe la cuestión de si este tipo de
estudios tampoco existen para el Ministerio de Trabajo, al momento de
justificar los análisis en los que se fundamenta la fórmula planteada.
La reflexión sobre el salario y el empleo es que mientras más recursos tiene la población, más aumenta la demanda y por lo tanto el empleo. Por lo tanto, medidas como despidos, reducción del tamaño del Estado, desinversión del sector público, gobernar exclusivamente para la élite más rica y ahora congelar el salario mínimo, terminan con los procesos redistributivos y eso destruye la economía e impide su reactivación.
Bibliografía
Minimum Wages and Employment: A Case Study of the Fast-Food Industry in New Jersey and Pennsylvania David Card; Alan B. Krueger The American Economic Review, Vol. 84, No. 4. (Sep., 1994), pp. 772-793. Stable URL: http://links.jstor.org/sici?sici=0002-8282%28199409%2984%3A4%3C772%3AMWAEAC%3E2.0.CO%3B2-O