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La credibilidad política perdida no se recupera con mayores amenazas

Por un año 2012 con una niñez Mapuche realmente respetada

Fuentes: Rebelión

En Santiago, Plaza de Armas, frente a la Catedral, el 23 de diciembre pasado, tuvimos un acto-respuesta a hechos conocidos por todos pero escondidos y despreciados por el Estado y sus poderes: Una demanda de la sociedad civil : «Unidos defendamos la niñez mapuche de la violencia institucionalizada». Juntó a profesores de párvulos, músicos, niños […]

En Santiago, Plaza de Armas, frente a la Catedral, el 23 de diciembre pasado, tuvimos un acto-respuesta a hechos conocidos por todos pero escondidos y despreciados por el Estado y sus poderes: Una demanda de la sociedad civil : «Unidos defendamos la niñez mapuche de la violencia institucionalizada».

Juntó a profesores de párvulos, músicos, niños que cantaron «Arauco tiene una pena» de Violeta Parra, familias, activistas por los DDHH’s, y carteles por el respeto a los derechos de la infancia mapuche. Estas son convenciones firmadas por Chile que gobiernos y Estado no han sabido ni querido respetar. El 30 de noviembre en la Universidad de la Frontera de Temuco y el 1º de diciembre en la Universidad Diego Portales, en un Seminario organizado por ANIDE. Se presentaron hechos innegables, con evidencia y testimonios de menores mapuche que denunciaron la violencia que fuerzas de Carabineros y policía civil vienen usando contra ellos ya por mucho tiempo. La tortura y las bombas lacrimógenas, disparos con fusiles anti-motines «al aire» (que dejan heridos) para amedrentar y, cuando lo desean, disparos a quemarropa (como es el caso del ahora severamente lisiado, joven LQ, quien recibiera en octubre 2009 la carga casi completa de 176 balines aún en su pierna. (Detenido siete meses con Ley anti-terrorista y finalmente sobreseído, este joven vive constantemente amenazado y no se le ha dado atención médica ni reparación alguna) Fue abuso puro y simple, regalo de este paisito modelo… Una estudiante menor -hija de un Lonko de la zona- es detenida por la PDI en el colegio y violentada. Menores que han sufrido violencia en sus hogares, que han visto como sus padres y ellos mismos, recibe severas golpizas. Sus hogares asaltados y robados de sus modestas pertenencias, incluso medicamentos para prevenir el rechazo por el cuerpo de un trasplante renal. Menores sacados «a pasear en helicópteros y amenazados de ser lanzados al vacío si no dicen lo que sus padres hacen en sus actividades terroristas». Un menor de 13 años FM, hace unos días, es raptado por Carabineros de fuerzas especiales, violentamente golpeado y torturado por similares razones. Lo acusan de que estar destruyendo el sistema eléctrico ¡pero lo sacaron de una partida improvisada de fútbol! Menores que por ir a preguntar por la condición de su padre detenido sin orden de arresto en un asalto a su casa -Lonko en este caso- es pateado en la cara por tres Carabineros disfrazados de Ninja. Este ataque fue visto en vídeos que recorren el mundo. Menores de las comunidades son asaltados en el camino por Carabineros y/o PDI, con o sin participación de latifundistas [1] .

Reciben golpizas, disparos de balas y se los amenaza con el infierno. Matonaje incompatible con las funciones del Estado y de sus cuerpos policiales. El conjunto, hecho con acciones guerreristas -uso de verdaderos operativos de guerra sucia- donde el Jefe baja de los cielos, como si fuera un «jinete aerotransportado a la Vietnam», y golpea personalmente a los detenidos. También con testigos. Y, para ponerle el sello, siempre niegan lo acontecidos, que sean niños golpeados o comuneros o menores asesinados. La mentira está tan metida en sus actos, es parte de su prepotencia y de un sentirse superior que sigue desde la dictadura y de sus formas de entrenamiento. Por eso, cuando la Corte de Apelaciones de Temuco prohíbe atacar en forma criminal y abusiva niños y comunidades mapuche el aparato estatal sólo apela y exige «su derecho»: tener las manos libres para golpear y reprimir… ¡Vaya forma de pretenderse democráticos! Un padre con sus dos hijos menores (una niña de 7 año y su hermano de 6) caminan por el pueblo de Ercilla. Cuatro personas más, mapuches también, son asaltadas por unos 50 miembros de las fuerzas especiales. Los menores ven la golpiza propinada a su padre y, luego, ellos mismos son golpeados y lanzados a la calle. Los otros mapuche son amenazados y golpeados. No hay órdenes de arresto, causas ni razones que justifiquen nada. De todo esto hay evidencias en manos de las autoridades a nivel nacional y en los organismos de Naciones Unidas y de Derechos Humanos y, por supuesto, de ello nada hay en los informes de fin de año de los ministros, del Ministerio del Interior en especial.

Estos siguen amenazando con sus rayos iracundos dictatoriales, único modelo posible. Hinzpeter gasta en represión para mantener su cargo… y el Presidente apoya todo, con presupuestos inmorales que no consideran las necesidades de justicia y equidad. ¿Cuánto más vamos a seguir en esto? ¿Va el gobierno a declarar una moratoria por los ataques contra los menores mapuche, contra sus casas, familias, escuelas y vida cotidiana? El gobierno demuestra su acuerdo a esta represión al esconderla y no tomar ninguna medida que termine con este crimen contra la humanidad. El descrédito y falta de apoyo tiene sus razones en esta sordera social y en su insistencia obtusa de criminalizar al país entero en las demandas sociales y derechos que no pueden seguir esperando. Una menor Mapuche, en un seminario sobre la violencia que los afecta dijo: «Estamos creciendo con tanto rabia y odio por estas injusticias que arruinan nuestra vida». Otro menor, frustrado, relata su condición «¿Por qué me tocó a mí esta mierda de vida? «Me han jodido mi cuerpo, mi familia y mi vida… ¿por qué? ¿Por cuánto tiempo más? No hay ni el menor atisbo de respuesta justa o bien intencionada del poder establecido. No viene de ningún poder del Estado… y menos de las fuerzas especiales dirigidas por mentalidades que no saben sino reprimir y obligar a todos a sólo obedecer. Tenemos mucho por hacer para responder. Justicia y respeto para la niñez mapuche es un grito nacional. ¿Por cuántas décadas más vamos a seguir? Chile y todos sus pueblos y sectores ya perdieron el miedo cultivado por el dictador y por cada gobierno dedicado a amenazar «de que la ley está para ser respetada y es igual para todos». Mentira feroz en un país intolerante y clasista como es Chile hoy. Pero este miedo ya no funciona y los derechos fundamentales serán conquistados. Por un año 2012 con una niñez Mapuche realmente respetada… ¡todos unidos!

José Venturelli, Pediatra. Vocero, Secretariado Exterior, Comisión Ética contra la Tortura

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.