No se organizaron para crear un canal de televisión, crearon un medio que deberá fortalecer un proceso de organización con objetivos más amplios, anchos y profundos. Incluida la cultura. Canal 21 – TVLibre organizada por el Movimiento de Trabajadores Desocupados de La Matanza, en Argentina y el Movimiento de Documentalistas, se propuso satisfacer sus necesidades […]
No se organizaron para crear un canal de televisión, crearon un medio que deberá fortalecer un proceso de organización con objetivos más amplios, anchos y profundos. Incluida la cultura.
Canal 21 – TVLibre organizada por el Movimiento de Trabajadores Desocupados de La Matanza, en Argentina y el Movimiento de Documentalistas, se propuso satisfacer sus necesidades comunicacionales y aportar voces en la resolución de problemas inmediatos en materia de salud, educación, alimentación, vivienda, cultura y dignidad. No se trata de una anécdota «pintoresca» de «piqueteros» que hacen cosas simpáticas para granjearse limosnas empresariales o gubernamentales, (nacionales o internacionales). No se trata de crear una fuente de «divertimento» o «entretenimiento», como lo entiende la clase media más adicta a la TV humillación. No se ha creado un reducto alternativo para las formas de penetración ingeniosas con que sueñan las agencias de publicidad más mercenarias. No se trata de una curiosidad sociológica para que vengan algunos estudiantes bienintencionados a nutrir sus tesis o monografías con demagogia estudiantil para mejorar sus calificaciones, becas o canonjías de secta ilustrada. No se trata de inventar una palanca de «cuarto poder» para ver cómo se negocia el verdadero poder de una comunidad que somete a sus necesidades el comportamiento de la comunicación. Se trata de una praxis libre.
Se trata de producir televisión, sonidos e imágenes, con una historia y conciencia critica capaz de crear un mundo distinto. Se trata de una lección política y cultural que inaugura período de pruebas de todo orden, desde las pruebas técnicas, de señal, cables, sonido e imágenes… hasta las pruebas conceptuales y estéticas más urgentes en estos tiempos de miseria y barbarie desenfrenadas. Periodo de prueba que desde su nacimiento cuestiona a la propiedad privada de los medios de producción, los modos de producción y las relaciones de producción de imágenes e imaginarios televisivos. Periodo de pruebas que ya sienta en la silla de los acusados el papel del gobierno que, por un lado, prorroga concesiones a los consorcios de la comunicación mercantil y por otro lado intenta cobijar bajo, un manto de contradicciones pertinaces, al proyecto Tele Sur, que debería caminar con otro rumbo según se supone. Si las burocracias lo dejan.
Era de esperarse que el 25 de mayo la primera actividad productiva de TVLibre se transmitiera en directo durante una hora y luego transmitiera un primer programa, grabado, de media hora. Era de esperarse que los camarógrafos de los Talleres Documentales de Base (de 2003 y 2004) hicieran cámara… y era de esperarse que acudieran no menos de diez grupos de medios zonales, entre periódicos y radios, interesados en cubrir la inauguración de Canal 21 TVLibre y participar de algo muy parecido a una fiesta. Además ya se inscribieron más de veinte personas del barrio para participar en los talleres de televisión comunitaria, tecnología apropiada, televisión y periodismo comunitario…que comenzarán sus trabajos la semana siguiente. Así de organizados.
De inmediato TVLibre recibió no menos de setenta ofrecimientos de colaboración vía correo electrónico, entre personas e instituciones nacionales y extranjeras. Llegaron adhesiones y propuestas de convenios de colaboración mutua entre canales comunitarios de Venezuela, Perú y Chile.
Además se hicieron presentes radios y canales masivos de aire para hacer reportajes sobre el evento. En un balance así, inmediato, TVLibre atinó un éxito que lo es por el interés y la atención puesta por los vecinos que ahora tendrán otra herramienta para comunicarse entre sí y comunicar a los otros lo qué les pasa y lo que quieren. Sin dejar de luchar contra lo que los somete, incluso por televisión.
Mientras tanto el equipamiento de la televisora comunitaria de La Matanza, que no es propiedad de individuos ajenos a la comunidad ni de empresas privadas o instituciones partidarias o estatales, simplemente pertenece a la comunidad y es administrado bajo consenso por una coordinación pertinente. Así de simple y así de importante. Nada por encima o por afuera de la comunidad, formas y metodologías de diseño, producción y transmisión de contenidos son creados y desarrollados desde la comunidad a través de sus equipos de producción que tienen por antecedente sus propios talleres de formación y capacitación de base. El programa de comunicación, su política de comunicación y sus programaciones permanentes, vendrán de las propuestas de los vecinos de La Matanza. Saben que no basta con abrir canales de televisión «comunitarios» sólo por abrirlos, que no basta con exigir leyes, financiamientos, apoyos… que la televisión es una herramienta que puede servir casi para cualquier cosa y que tal herramienta vive hoy secuestrada económica, militar e ideológicamente para ser prostituida entre efluvios de borrachera mercantil donde reinan los atropellos, impunidades, violaciones y humillaciones de todo orden. TVLibre sabe que crear un canal nuevo no significa haber derrotado o superado a los que existen. Así de complejo.
Adhesiones, Aportes, Contribuciones:
tvlibre@wamani,apc.org