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Prensa de izquierda, cuando la caridad comenzará en casa

Fuentes: Rebelión

Si Luis Emilio Recabarren logró a principios del siglo 20 en la Pampa salitrera, editar diez periódicos a lo menos, en condiciones mil veces más adversas que las de hoy, ¿porque ahora no se puede? ¿o no se quiere? En la última edición del Diario El Siglo de fecha 7 de agosto 2009, se publican […]

Si Luis Emilio Recabarren logró a principios del siglo 20 en la Pampa salitrera, editar diez periódicos a lo menos, en condiciones mil veces más adversas que las de hoy, ¿porque ahora no se puede? ¿o no se quiere?

En la última edición del Diario El Siglo de fecha 7 de agosto 2009, se publican dos artículos que vale la pena leer con detención, el primero del cientista político Salvador Muñoz K. quien es coordinador de la campaña presidencial de Jorge Arrate y en el cual expresa lo siguiente:

«La defensa del orden económico, social y político, que tanto ha beneficiado a los grandes empresarios nacionales y transnacionales, coloca una barrera de contención a todo proyecto transformador en nuestro país. Ello explica que tanto en las cadenas de El Mercurio y de La Tercera, como en los canales de televisión se oculte toda información sobre las propuestas de la izquierda mientras se destacan hasta el cansancio las disputas insustanciales, sin contenido, entre los tres regalones del sistema. Esta es la mejor prueba como ha señalado nuestro candidato Jorge Arrate, que Piñera es mucho peor de lo mismo,Enríquez es peor de lo mismo Y Frei es más de lo mismo».

Si consideramos el efusivo saludo entre Frei y Arrate, al firmarse el pacto parlamentario entre el Juntos Podemos y la Concertación y si tomamos en cuenta que la izquierda irá -si estoy equivocado, que me corrijan- integrada en la lista de la Concertación como subpacto, y además apoyamos a muchos candidatos de la Concertación en una importante cantidad de Distritos y la posibilidad cierta de apoyar a Frei en segunda vuelta. ¿Nos están diciendo que estamos votando por más de lo mismo? ¿No hay aquí una contradicción manifiesta entre lo que se dice y lo que se hace?

En el artículo «La conspiración del silencio» Eduardo Contreras expresa: «Pero nada de esto se ha dicho en los grandes medios de comunicación. Ni se dirá jamás. Esto no existe para El Mercurio ni su cadena editorial, ni para La Tercera ni para las radio emisoras del sistema. Ni que decir de la TV manejada por grandes intereses privados y con un canal del Estado más preocupado de difundir Pelotón y otras pelo del mismo estilo. Es la conspiración del silencio.»

En los dos artículos el común denominador es el reclamo por la nula presencia en esos medios de la candidatura presidencial de Jorge Arrate.

La pregunta que debemos hacernos es: ¿de que nos extrañamos? ¿por qué reclamar a esos medios que consideren a la izquierda? – salvo quizás a TV Nacional-, ¿es ingenuidad de los columnistas? Si ellos saben perfectamente que representan y que intereses defienden estos medios de prensa? Que más pluralismo se les puede pedir- salvo ocasionalmente alguna entrevista en El Mercurio a algún dirigente de la izquierda,como al compañero Teillier, que recuerde en tres o cuatro oportunidades en los últimos cuatro años, a Tomás Hirch en otra ocasión- que más les pedimos, andar rogando tribuna a esos medios, traspasarle a ellos nuestra responsabilidad, a título de qué, ¿de justificar nuestra inoperancia en levantar medios de prensa populares?.

Si Luis Emilio Recabarren logró a principios del siglo 20 en la Pampa salitrera, editar diez periódicos a lo menos, y que quede claro en condiciones mil veces más adversas que las de hoy, ¿porque ahora no se puede? ¿o no se quiere?

Nosotros la izquierda debieramos analizar qué tipo de prensa tenemos, que tipo de prensa necesitamos, preguntarnos ¿para quién es nuestra prensa? ¿Para los convencidos y nuestros militantes? ¿Existe la posibilidad de debatir, de disentir, de entregar una opinión distinta a la «línea oficial» en sus páginas?

Es el momento de un gran debate en la izquierda sobre la prensa que tenemos y la que realmente necesitamos tener, ¿existe la voluntad de debatir a este respecto? Si hubiera esa voluntad, ¿donde hacerlo? ¿está dispuesta la izquierda a abrir sus páginas a este debate?

Mediáticamente la izquierda chilena ante la opinión pública » no existe», de nosotros depende que la situación cambie, no podemos pretender que los medios de prensa del sistema nos hagan el trabajo, que nos corresponde a nosotros, sólo a nosotros hacerlo.