Esta frase de la Agrupación de Alcohólicos Anónimos nos puede servir para orientar nuestras opciones como ecuatorianos. Nos hundimos en la violencia y la pobreza… Eso se detendrá cuando decidamos como Pueblo organizarnos para salir de ellas. Al nivel nacional e internacional los gobiernos de derecha han demostrado ser incapaces de sacarnos de ellas. Más bien nos damos cuenta que fomentan esta violencia y pobreza para mantener sus privilegios y aumentar sus riquezas. Acabamos de escuchar que el dinero de unas 11 familias ecuatorianas escondido en los paraísos fiscales sobrepasa los 60.000 millones de dólares, exactamente el equivalente del presupuesto anual del Estado ecuatoriano. Esto ha sido posible gracias a las facilidades que les otorgaron los tres últimos gobiernos eliminando el control y los impuestos a la exportación de dinero en el extranjero.
La lucha para poner en marcha otra manera de gobernar ha comenzado en toda América Latina. Una ola de gobiernos progresistas empezó a hacerla realidad en la década pasada y alcanzaron bastantes logros. Pero la clase política de los poderosos, uniéndose con el gobierno norteamericano, apoyados por el FMI (Fondo Monetario Internacional) y los medios de comunicación nacionales han logrado revertir esta situación y aparecieron nuevos gobiernos de derecha. Pero ya varios países latinoamericanos están desechando los gobiernos derechistas para vivir en democracia, en paz y en desarrollo. Es el caso de Honduras, Bolivia, Brasil y México que acaba de confirmar el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, eligiendo la candidata de su partido con casi el 60% de votación nacional.
Ecuador, quedamos rezagados porque nos empeñamos en elegir presidentes de derecha que se aprovechan de nuestra inconsciencia y desorganización para mantenernos en la ignorancia, la violencia y el empobrecimiento crecientes. “Quien nos conoce la historia de su país se dedica a repetir los errores del pasado”. Es lo que nos está ocurriendo en este momento a los ecuatorianos. Nosotros como ciudadanos somos los mayores responsables de la situación de nos ciega, nos destruye y nos hace individualistas, indiferentes y pasivos. Mientras no decidimos salir de aquello, continuaremos hundiéndonos en el caos, la pobreza y la violencia que fomentan los presidentes de que elegimos.
A ver si comenzamos a emprender un cambio personal, porque “¡Primero lo primero!”. No habrá cambio social si no hay cambio individual. Si no comenzamos nosotros a cambiar, todo va a seguir empeorando, porque este es el camino del actual gobierno para los que conformamos las clases medias y populares. ¿No nos damos cuenta que el problema somos nosotros porque nosotros elegimos 3 gobiernos que sólo han favorecido la clase dominante? Si nos desinteresamos de lo que está pasando en nuestro país, nos hacemos cómplices y encubridores de lo que nos está sucediendo. Somos los mayores responsables de nuestras desgracias porque permitimos que el gobierno nos engañe tranquilamente, nos robe descaradamente y nos empobrezca progresivamente. Tenemos que saber también que el gobierno tiene a su servicio los grandes medios de comunicación que financia, el narcotráfico con que hace alianza y la violencia que favorece.
Ahora que la situación nacional ha tomado dimensiones catastróficas, nos asustamos porque nos sentimos atrapados sin saber porque donde escapar. Nos hacen creer que están luchando en todos estos frentes, que eso va a pasar, que tengamos paciencia, mientras tanto todo empeora. Nos damos cuenta de las promesas de campaña incumplidas o engañadoras, de las mentiras que se acumulan. Para lograr este cambio personal tenemos que despertar y unirnos, porque sólo es imposible vencer el monstro que nos domina y porque la lucha es larga. Entender la realidad nacional, continental y muy mundial es una tarea ardua. Además, el desánimo está siempre latente. Pero al mismo tiempo descubriremos que estamos experimentando que una nueva vida es posible, individual y colectivamente. Esto ya nos hará felices.
Si somos cristianos, nuestra fe se va a renovar. Esta nos va a confirmar y dar luces y fuerzas para no desmayar y emprender nuevos caminos. Descubriremos que somos los herederos de una caminata varias veces milenarias, porque la creación sigue en marcha y progresa positivamente gracias a nosotros mismos. Nos reconoceremos hijas e hijos de Abraham y Sara que se enfrentaron a la misma tarea: Dejar de ser oprimidos por gobernantes que utilizaban la religión porque justificarse. Nos identificaremos con Moisés y Miriam que retomaron el camino y la fe de Abraham y Sara para constituirse en un Pueblo en libertad, equidad y fe liberadora. Comprenderemos las denuncias y los llamados a la esperanza de las y los Profetas y de las y los Sabios que ayudaban a sus paisanos a no perder el camino. Nos identificaremos con Jesús de Nazaret que asumió esta lucha de sus antepasados y su fe liberadora. Somos un amillo más de esta gran cadena, porque existimos para defender y hacer crecer la vida, el amor y una espiritualidad viva…
“¡Primero lo primero!”: Sí, se puede vivir mejor si así lo decidimos comenzando por nosotros mismos y uniéndonos los unos con los otros. En esta dinámica de vida y de fraternidad descubriremos a un Dios cercano, amigo, liberador, defensor de los pobres, padre y madre, tal como lo descubrieron nuestros antepasados en la fe. Reconoceremos que Jesús está vivo y solidario con nosotros para hacer acontecer nuevas personas y una nueva humanidad, que llamó ‘el Reino de Dios’. La felicidad es el regalo de esta lucha humana, social y cristiana.
Pedro Pierre: sacerdote diocesano francés, acompaña las Comunidades Eclesiales de Base urbanas y campesinas de Ecuador desde 1976.
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