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Primeros abandonos en la «adictiva» Facebook

Fuentes: Público

Facebook está a punto de alcanzar los 500 millones de usuarios, pero dos canadienses han decidido abandonarlo. Hartos de que la compañía los trate como «un producto», dicen, han convocado el Día del Éxodo de Facebook para el 31 de mayo. Y no son los únicos que, ante el «monstruo» en que se ha convertido […]

Facebook está a punto de alcanzar los 500 millones de usuarios, pero dos canadienses han decidido abandonarlo. Hartos de que la compañía los trate como «un producto», dicen, han convocado el Día del Éxodo de Facebook para el 31 de mayo. Y no son los únicos que, ante el «monstruo» en que se ha convertido Facebook, quieren crear redes sociales más pequeñas pero donde el usuario controle la información que aparece sobre él y lo que se hace con ella.

Los canadienses Joseph Dee y Matthew Milan han puesto en marcha la iniciativa para denunciar la forma en que Facebook usa su información personal. Lo explica Milan: «Entiendo que las organizaciones usen los datos de los usuarios, pero deben hacerlo de manera que, por un lado, les ofrezcan una forma sencilla de decidir qué datos se pueden usar y, por otro, tengan la intención de servir a los intereses de la sociedad, ahora y en el futuro. Y Facebook no cumple ninguna de las dos cosas».

Con el enésimo cambio de su política de privacidad en abril (ver cronología), Facebook ha vuelto a suscitar las críticas de usuarios, asociaciones de consumidores y el Grupo de Trabajo Artículo 29, que reúne a las principales agencias gubernamentales de protección de datos. Este último envió una carta la semana pasada a los responsables de la red social donde insiste en que sólo los contactos seleccionados por el usuario pueden acceder a su información personal por defecto y «cualquier otro acceso debe ser elegido explícitamente por el usuario» .

Los promotores del día del abandono creen que pocos les van a secundar. De hecho, en tres días apenas han conseguido 3.600 personas dispuestas a borrarse de Facebook. En la página reconocen que abandonar la red social no es fácil. «Facebook es divertida, agradable y francamente adictiva», escriben. Pero también dicen que hay alternativas más respetuosas con el internauta.

Alternativa española

Un colectivo de hackers, tecnólogos, programadores y activistas españoles de los ciberderechos ha puesto en marcha Lorea . No se trata de una red social sino de un semillero donde crear una propia. También existe la posibilidad de apuntarse a alguna de las diez que ya existen. «Con Lorea buscamos la creación de sistemas sociales cibernéticos seguros en el que las redes humanas se ven representadas de manera simultánea en un mundo virtual», escriben sus promotores. La seguridad es una de las claves. Lorea usa tecnología de encriptación y cifrado de las comunicaciones.

Además, frente a un modelo centralizado basado en un código cerrado, como es el de Facebook o Twitter, Lorea apuesta por la autonomía. Lo consigue ofreciendo Elgg , el programa de software libre con el que construir una red social. Otro aspecto de su descentralización es su estructura distribuida tipo P2P. Como ocurre con eMule o BitTorrent, los usuarios aportan su ordenador a la red social. Esto tiene el efecto secundario de que sus datos siguen bajo su control .

En EEUU también están surgiendo otras alternativas. Una de las que ha tenido más eco mediático, en especial tras aparecer en The New York Times. Su nombre, Diáspora , está bien pensado. Sus creadores, cuatro estudiantes -como lo era Mark Zuckerberg cuando fundó Facebook- de la Universidad de Nueva York dicen que es hora de plantarle cara. Las razones para irse, convertidas en medidas tecnológicas, son las mismas que sostienen el proyecto de Lorea. La comunicación entre los usuarios será cifrada, su infraestructura estará distribuida entre los ordenadores de los miembros de la red y el control de la información estará siempre en sus manos.

Denuncia en EEUU

La pérdida de este control sobre la información personal a manos de Facebook es una de las principales críticas que se vienen lanzando contra esta red social, hasta el punto de que Jason Calacanis, uno de los blogueros más influyentes de EEUU, ha definido a Facebook como un monstruo . «Cuanto más alimentemos al monstruo que es Facebook, más perderemos», escribió en su blog la semana pasada.

También en EEUU, 15 organizaciones de ciberderechos han presentado una demanda ante la Comisión Federal de Comunicaciones contra la red social. «Facebook sigue manipulando la configuración de la privacidad de los usuarios y su propia política para recoger la información dada por los usuarios para un uso limitado y hacerla disponible para intereses comerciales», alegan.

En respuesta a esta carta, el vicepresidente de Facebook de relaciones insitucionales, Elliot Schrage, dijo a The New York Times que, aunque algunos usuarios han protestado por los cambios, «la respuesta en conjunto ha sido positiva» .

El profesor de la IE Business School e influyente bloguero Enrique Dans pone el contrapunto. «El problema no lo tiene Facebook, lo tiene la propia sociedad: una sociedad que llegó al concepto de privacidad como un accidente, cuando los grupos humanos residentes en núcleos pequeños en los que no existía la privacidad se trasladaron a grandes ciudades en las que las personas no eran capaces de abarcar la totalidad de los datos del creciente número de personas indiferenciadas que les rodeaban en inmensos bloques de apartamentos. «, sostiene. «Ahora, merced a la tecnología, hemos vuelto a las aldeas».

Para él, hay que señalar a otro culpable. «El problema no es de Facebook: quien quiera, puede poner sus opciones de privacidad en Facebook tan cerradas como las de una monja de clausura. Pero no quieren, porque ello les impide ciertas cosas, ser encontrados por sus compañeros de colegio o localizados por la vecina rubia del quinto: prefieren protestar, y decir que la culpa es de Facebook, en lugar de suya por no haber ni siquiera entrado a cambiar las opciones de privacidad que venían por defecto».

Seis preguntas a los creadores de Lorea

¿Qué es Lorea?

Lorea es un sistema de comunicaciones alternativo a las redes sociales actuales, basado en la privacidad y la seguridad de los datos de los usuarios, utilizando para ello diversas técnicas de cifrado de datos con el objetivo de evitar que la información caiga en manos de terceros. A través de la federación de la información, es posible conectar varias redes sociales entre sí para crear una meta-red, en la que invitamos a otras redes, personas o cyborgs a participar. Lorea es un sistema seguro de comunicación social.

¿Quiénes forman Lorea?

Es un proyecto abierto y colaborativo con una comunidad de expertos en tecnología de la información detrás. Lorea está formado por activistas, artistas, hackers, filósofos, matemáticos, y definitiva, por todas aquellas personas que desean un verdadero lugar donde compartir recursos e ideas de forma libre y segura.

¿Cómo se accede a Lorea?

Actualmente la meta-red está compuesta por 10 diferentes redes sociales, cada una con una temática diferente. A través de una única cuenta, es posible «viajar» a través de todas ellas, compartiendo documentos, videos, imágenes, etc. El usuario puede comenzar una nueva experiencia de navegación en el multiespacio. También es posible unir redes ya existentes, o crear redes nuevas, para gente especialmente aventurera.

¿Cuándo surgió Lorea?

Fue presentado como proyecto en el Hackmeeting de Madrid. Lleva en marcha desde entonces y va creciendo sin parar. Cada días más personas se van añadiendo a las redes y aportando su pequeño granito de arena.

¿Porqué se ha creado Lorea?

Surge como una necesidad alternativa a las redes sociales comerciales actuales. Como un espacio virtual donde compartir información de manera libre y segura. Sin empresas ni gobiernos de por medio. Lorea es una herramienta para los usuarios, creada por los mismos usuarios que la forman, y aspira a desarrollar y promover nuevos protocolos abiertos para la interacción social a gran y pequeña escala.

¿Dónde está Lorea?

Se encuentra en Internet y fuera de ella al mismo tiempo.

La pérdida de la inocencia de Facebook en seis movimientos

2005 Datos realmente privados

La Fundación Fronteras Electrónicas ha repasado los seis principales cambios en la política de privacidad de Facebook. Concluyen que, a medida que la red ha ido creciendo, ha limitado el control de la información por parte del usuario. Así, en 2005, los datos personales enviados a Facebook sólo eran accesibles a los grupos especificados por el usuario.

2006 Primeras fisuras

La configuración por defecto ya incluye en perfil público datos como las escuelas donde se estudió, la zona en la que se vive y poco más.

2007 Del ‘opt-in’ al ‘opt-out’

En EEUU el modelo imperante para la recepción de publicidad o márketing es diferente al europeo. Allí, por defecto, está permitido el uso de la información personal para fines comerciales a no ser que se explicite lo contrario. Facebook seguía el modelo europeo, pidiendo el consentimiento expreso. Todo empieza a cambiar en 2007: «Tu nombre, el de tu escuela, la miniatura de de tu imagen del perfil estarán disponibles a no ser que cambies tu configuración de privacidad», se lee en la política de privacidad.2009

Dos cambios en un año

En noviembre, la política de privacidad vuelve a cambiar. Determinados datos aparecen configurados por defecto como ‘Everyone’. Esto supone que todo el mundo, incluidos los que no están registrados en Facebook, pueden verlos mediante un buscador. En diciembre, un nuevo cambio extiende esta condición a datos como la ubicación geográfica, lista de amigos o las páginas de las que se es fan.

2010 100.000 sitios

En abril, Facebook lanzó varias novedades. La más destacada es su nuevo botón para webs que les permite ver información personal del usuario. Y no son pocas, ya se han apuntado 100.000.

http://www.publico.es/ciencias/313499/primeros/abandonos/adictiva/facebook