El plan de acción integral a mediano plazo prioriza la articulación de estrategias locales de desarrollo resilientes y para reducir gases de efecto invernadero.
El actual ciclo de implementación del plan de acción integral del Estado cubano para el enfrentamiento al cambio climático a mediano plazo se enfoca en el aporte de las ciencias sociales y de los municipios en la articulación de estrategias de desarrollo resilientes y la reducción de gases de efecto invernadero.
Según el documento Proyecciones Tarea Vida 2021-2025, publicado por la Red Cubana de la Ciencia, las medidas hasta 2030 buscan promover un modelo de desarrollo en condiciones de un clima cambiante (adaptación), que sea resiliente y bajo en emisiones de gases de efecto invernadero (mitigación).
El texto revela dificultades y limitaciones, así como líneas de acción prioritarias de la Tarea Vida, en ejecución desde el año 2017 y que se estructura en cinco acciones estratégicas y 11 tareas dirigidas a fortalecer las capacidades de comunidades y de la sociedad en general, a partir de la resiliencia climática.
Como “vacíos y barreras” se identifican la limitada capacidad de instrumentación de medidas de adaptación y mitigación en algunos sectores y territorios, la aún débil coordinación interinstitucional, asi como deficiencias en la articulación de proyectos viables para ser sometidos a mecanismos internacionales de financiación.
El texto señala además que “el sistema de información oficial del país no incluye aspectos fundamentales relacionados con el cambio climático” y muchas medidas previstas en los territorios son aún de carácter reactivo más que preventivo, o están formuladas para el corto plazo.
“En general, los planes territoriales aún presentan diversas limitaciones, dada la falta de un flujo informativo y de indicaciones necesarias desde el nivel nacional”, plantea.
Asimismo, se refieren otras limitaciones como la falta de soluciones técnicas apropiadas y de capacidades tecnológicas para implementarlas, la insuficiente participación de las ciencias sociales “para avanzar en el incremento del conocimiento y percepción por la sociedad sobre los impactos del cambio climático y el adecuado involucramiento de la sociedad en las medidas de respuesta”.
Por otra parte, se considera escaso el abordaje del tema de la influencia del cambio climático sobre determinados sectores.
La Tarea Vida incluye acciones en beneficio del sector agroproductivo, el sistema de salud, el ordenamiento territorial, la protección y conservación de ecosistemas, así como la gestión integrada de los recursos hídricos.
Algunas metas hasta 2030
De acuerdo con el documento citado, el Plan Hidráulico Nacional 2018-2030 contiene acciones para mitigar los efectos de las sequías, las inundaciones, así como para la protección de la calidad de las aguas terrestres.
En tal sentido, se refiere la ejecución de obras para el reúso y el reciclaje de las aguas residuales en Varadero, los cayos Santa María, Coco, Guillermo y Cruz y en Ramón de Antilla, situados al norte de la isla, entre las provincias de Matanzas y Camagüey.
A las 15 plantas desaladoras que funcionan en esos territorios se sumarán 14, ahora en ejecución. Con vistas a reducir los riesgos ante inundaciones, se proyecta la rehabilitación del Vertedor Soplillar, en la Ciénaga de Zapata, que contribuirá a la evacuación más rápida de las aguas pluviales y los drenajes pluviales de Cueva del Indio, en La Habana, y de la ciudad de Cárdenas, en Matanzas.
En concordancia con el Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social (PNDES 2030), que introdujo por primera vez el concepto de un desarrollo menos intenso en emisiones de gases de efecto invernadero en las políticas públicas del país, también se espera beneficiar el sector del transporte.
Lo anterior abarcará la introducción de más de 55 000 vehículos eléctricos y la instalación de unos 2 500 puntos o estaciones de recarga para el año 2030.
A la par, se ejecutan proyectos con financiamiento internacional y estudios para un Sistema de Transporte bajo en carbono en La Habana (Neomovilidad), la planificación del Plan Maestro del Transporte y el Plan de Movilidad Urbana Sostenible, para mejorar los servicios en la capital cubana, con un enfoque participativo e inclusivo, con vistas a logra una ciudad segura y sostenible.
Uso sostenible de la tierra
Durante la 26 Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, realizada en Glasgow, en noviembre de 2021, Cuba se adhirió a dos objetivos internacionales a concretar en el 2030: alcanzar la reducción a nivel global del 30 por ciento de las emisiones de metano con relación al 2020, además de poner fin a la deforestación y generar el tránsito a un uso sostenible de la tierra.
Según expone el texto, Cuba transita hacia una economía baja en emisiones de gases de efecto invernadero y enfocada en el desarrollo resiliente ante las variaciones del clima.