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Puertas giratorias

Fuentes: El Siglo

Que las hay, las hay y las responsabilidades son conocidas ; más de una vez se ha señalado que urge una revisión de los logros y falencias de la reforma procesal penal, atribuciones de los fiscales, incentivos perversos, criterios de concesión de libertades y otros temas que hacen que la nueva justicia no esté funcionando […]

Que las hay, las hay y las responsabilidades son conocidas ; más de una vez se ha señalado que urge una revisión de los logros y falencias de la reforma procesal penal, atribuciones de los fiscales, incentivos perversos, criterios de concesión de libertades y otros temas que hacen que la nueva justicia no esté funcionando para los ciudadanos más sencillos y modestos. Mucha tele pero al final del día magros resultados como a todos nos consta.

Sin embargo hay otra puerta giratoria de la Justicia, muchísimo más importante y de la que se habla poco. Es la que permite salir libre no al ratero piñufla sino a los contumaces criminales de la dictadura militar. En fallos funcionales a una transición negociada con el enemigo, los tribunales aplican penas irrisorias y conceden todo tipo de beneficios a los violadores de derechos humanos, aceptando atenuantes improcedentes, rechazando aplicar agravantes, usando aquello de la «media prescripción» o simplemente desechando condenas y reparaciones civiles. Como si fuera poco, la Comisión de Libertad Condicional de la Corte de Apelaciones de Santiago propone dejar libres a varios de los peores, entre ellos el general ® Arturo Ramses Alvarez, autor del asesinato de Tucapel Jiménez, Patricio Zamora uno de los degolladores de los compañeros Guerrero, Parada y Nattino, Carlos López, jefe durante años del centro de torturas de Villa Grimaldi y otros. El Seremi de Justicia tiene la última palabra. Como es obvio, saldrán libres.

En otro ángulo del tema, el diario ingles The Guardian se extiende acerca de las peticiones de los ex soldados del ejército que cumplieron tareas sucias, son los llamados «reclutas del 73» que ofrecen entregar secretos, nombres, lugares, rompiendo el silencio cómplice que han guardado todos estos años, a cambio de impunidad y beneficios económicos. A través de la agencia AP han relatado hechos horribles en los que tomaron parte, como ametrallar a una familia completa o haber ahogado a un niño de siete años en un barril con yeso.

En este contexto la presidenta Bachelet – cuya gestión según las encuestas sería paradojalmente respaldada por el 80% de los chilenos – ha designado Comandante en Jefe del ejército al general Juan Miguel Fuentealba. Es cierto que como ha dicho el Ministro del fuero señor Víctor Montiglio «….en estos momentos no está procesado..» pero también es cierto que, a la fecha del crimen de Calama el entonces joven oficial estaba en el lugar de los hechos y ha prestado declaración judicial. Hay además testigos que lo implican en el terrible episodio. Entonces, ¿serán sólo «patrañas» como alguien sostuvo? Más bien creo que el problema es otro y es que, en definitiva, es difícil para el gobierno encontrar a algún oficial de esas generaciones que sea absolutamente ajeno a lo sucedido. Pinochet y su camarilla se encargaron de comprometerlos a todos de un modo u otro y cualesquiera fuera su grado militar.

Unos daban las órdenes, otros las ejecutaban, otros facilitaban la acción, otros miraban y callaban, otros actuaron después, otros ocultaban los efectos del delito, todos sabían. No hay inocentes, y los pocos que se negaron a cumplir órdenes lo pagaron caro.

Vuelvo al presente: hoy miles de trabajadores fiscales están en las calles luchando por sus derechos ; sigue el movimiento de los profesores en todo el país y se mantiene la brutal política represiva contra el pueblo mapuche de la que es responsable el Ministerio del Interior y que ha sido denunciada dentro y fuera de Chile. Más lejos, en Honduras, se consolida la asonada que fraguó el gobierno norteamericano. Acá continúan las encuestas y los foros entre los presidenciables haciendo cada vez más patente la diferencia entre la calidad de las propuestas del candidato de la Izquierda, Jorge Arrate, y la exquisita superficialidad de los otros tres, que son más de lo mismo, incluídas las puertas giratorias.