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¡Que viva Ecuador!

Fuentes: Rebelión

No es una taxonomía perfecta. Pero une a resistentes, indignadas y desfavorecidos, y la finalidad es noble. Es tiempo de propuestas, no de silencios. ¿Y si las y los afiliados, simpatizantes, y/o militantes -ciudadanía no privilegiada en general- del Sindicato del Campo Andaluz, de Revolta Global, del ecologismo anticapitalista, de la programación libre y activa, […]

No es una taxonomía perfecta. Pero une a resistentes, indignadas y desfavorecidos, y la finalidad es noble. Es tiempo de propuestas, no de silencios.

¿Y si las y los afiliados, simpatizantes, y/o militantes -ciudadanía no privilegiada en general- del Sindicato del Campo Andaluz, de Revolta Global, del ecologismo anticapitalista, de la programación libre y activa, de IU, de la minería asturiana, leonesa y aragonesa, de los colectivos de apoyo a Sánchez-Gordillo, del movimiento antinuclear, del PCE y de sus afines, de los sindicatos de clase que sigan mereciendo ese gran nombre y ese concepto imprescindible, de rebelión, de SinPermiso, de Kaos, de Espai Marx y de mil páginas más de la red, de Papeles ecosociales, de El Viejo Topo, del movimiento feminista, del 15M, de las cooperativas solidarias, de Amaiur, de Bildu, de sectores socialistas que recuerden el significado del concepto, de los movimientos vecinales críticos, de los espacios antimilitaristas, de los colectivos que practican la solidaridad en tiempos de codicia y estafa, de una juventud a la que siguen robando su futuro, y así siguiendo -la lista es casi interminable- nos plantamos mañana -u hoy mismo, no dilatemos la acción- ante la embajada ecuatoriana y pedimos con urgencia la nacionalidad «ecuatoriana»? ¿Y si nos exiliamos todas y todos a un país cuyo gobierno ha dado una muestra clara de dignidad mientras otros gobiernos negocian contratos con Adelson, el mafioso de derecha extrema republicana?

¿Qué despoblaríamos la España del «a por ellos» que sigue despreciando a Machado, García Lorca, Hernández, Aresti, Castelao o Espriu? ¿A quién le importaría realmente? ¿No somos, mirando de frente, un protectorado alemán? ¿No ganaríamos en libertad, solidaridad, justicia, fraternidad y dignidad? ¿Acaso no se trata de esto?

Por lo demás: ¿recordará el imperial Imperio Británico que el ciudadano Julian Assange -Premio Amnistía Internacional de los Medios Británicos en 2009 por la exposición de los asesinatos extrajudiciales en Kenia- está protegido por la inviolabilidad establecida en la Convención de Relaciones Diplomáticas de Viena de 1961 (artículo 22), que prohíbe a las fuerzas -digamos- de seguridad de cualquier país del mundo la violación de cualquier Embajada, así como por el artículo 2.4 de la Carta de las Naciones Unidas que, del mismo modo, prohíbe expresamente a los Estados el uso de la fuerza así como la amenaza del uso de la fuerza, y por los principios consagrados en el derecho internacional (no injerencia, respeto a la soberanía y fiel cumplimiento de los tratados internacionales), y que no vale un pimiento verde la apelación a una norma de carácter interno como es la Ley británica de instalaciones diplomáticas y consulares de 1987? ¿Será capaz el gobierno de su Majestad la Reina de cometer un acto de barbarie de estas dimensiones? ¿No eran los otros los bárbaros? ¿No éramos nosotros los civilizados?

A nadie se le escapa las manos y mentes que mueven hilos en la trastienda. Entonan todas las tardes-noche un «Born in the USA» que, sabido es, nunca han entendido. ¿De qué «hombre amarrillo» hablará Bruce cuando habla del hombre amarillo?

PS: La argumentación y el coraje del canciller ecuatoriano rechazando contundentemente el jueves 16 de agosto de 2012 el documento británico por el que se amenazaba claramente a Ecuador con una posible incursión en la embajada -la política como poder desnudado- reconcilia a cualquier ciudadano del mundo no cegado -o que no quiera permanecer en ese estado- con la política no servil y con la dignidad. Con Luis Cernuda:

Gracias, compañero, gracias

por el ejemplo. Gracias por que me dices

que el hombre es noble.

Nada importa que tan pocos lo sean:

Uno, uno tan sólo basta

como testigo irrefutable

de toda la nobleza humana.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.