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Cubanos presos políticos en EE UU

¿Quién lucha contra el terrorismo y quién le da protección a los terroristas?

Fuentes: Radio Habana Cuba

Esta es la quinta vez que Fernando González pasa su cumpleaños en una cárcel de Estados Unidos. Fernando es uno de los cinco cubanos que están ahora en prisión por defender a su país del terrorismo. Su trabajo en Miami era monitorear las acciones de uno de los más notorios terroristas vivos en la actualidad, […]

Esta es la quinta vez que Fernando González pasa su cumpleaños en una cárcel de Estados Unidos. Fernando es uno de los cinco cubanos que están ahora en prisión por defender a su país del terrorismo. Su trabajo en Miami era monitorear las acciones de uno de los más notorios terroristas vivos en la actualidad, Orlando Bosch. Fernando está cumpliendo 19 años en el Correccional federal de Oxford en Wisconsin, por cumplir su deber para con su país, y el auto-confeso terrorista Orlando Bosch camina libremente por las calles de Miami.

Vigilando a Orlando Bosch

La vida de un agente de la seguridad es peligrosa. Y cuando se está monitoreando las acciones de uno de los terroristas vivos más notorios, el trabajo toma una dimensión mucho más peligrosa. Este era el trabajo de Fernando González uno de los cinco cubanos que están ahora en prisión por defender a su país del terrorismo.

Fernando González, bajo el seudónimo de Luis Medina, estuvo siguiendo a Orlando Bosch, uno de los más siniestros y traicioneros cubano-americanos residentes en Miami.

Historial criminal de Bosch

El Índice del Historial Criminal de Orlando Bosch, como se publicó en el periódico Granma de Cuba en octubre de 1980, comienza el 18 de enero de 1968 cuando se involucró en el envío de una bomba en una maleta hacia la Habana.

Solo en ese año, Orlando Bosch estuvo involucrado en más de 40 actos de sabotaje contra Cuba, muchos de los cuales tuvieron lugar en estados Unidos. Orlando Bosch estaba tan lleno de odio que estaba decidido a matar o lastimar a cualquiera que mostrara algún tipo de apoyo hacia Fidel Castro y el gobierno revolucionario.

Orlando Bosch Ávila es un nativo, ciudadano y nacional de Cuba. El 28 de julio de 1960 fue admitido en Estados Unidos como visitante no inmigrante con autorización para permanecer hasta el 28 de agosto de 1960. Bosch, sin embargo, permaneció en Estados Unidos sin autorización hasta cerca del 12 de abril de 1974. Nunca le fue otorgado el estatus legal de residente permanente.

Desde alrededor de 1960 hasta 1968, Bosch fue el líder del Movimiento Insurreccional de Recuperación Revolucionaria (MIRR), una organización terrorista anticubana. Alrededor del 16 del septiembre de 1968, Bosch estuvo involucrado en los disparos que con un rifle de 57 mm se le hicieron al barco polaco «Polínica», que estaba anclado en el puerto de Miami. El disparo dio en un costado del «Polínica», causando daños al barco pero no pérdidas de vidas humanas.

El 15 de noviembre de 1968, Bosch fue encontrado culpable en el Tribunal del Distrito Sur de la Florida de varios delitos relacionados con el asalto al barco polaco. Bosch fue sentenciado a 10 años de privación de libertad, fue liberado bajo palabra en 1972 y abandonó Estados Unidos en 1974, violando de esta forma los términos de su libertad bajo palabra.

Posteriormente, mientras estaba fuera de Estados Unidos, Bosch fundó y dirigió la Coordinadora de Organizaciones Revolucionarias Unidas (CORU), una organización terrorista que se ha responsabilizado de numerosos atentados con bombas en Miami, New York, Venezuela, Panamá, México, Argentina, y otros lugares.

Atentado a un avión civil cubano

En Octubre de 1976, Orlando Bosch fue arrestado en Venezuela en relación con el atentado en pleno vuelo a un avión civil cubano el 6 de octubre de 1976, que tuvo como resultado la muerte de 73 hombres, mujeres y niños incluido todo el equipo juvenil de esgrima de la isla. Aunque detenido en Venezuela durante once años por cargos relacionados con el incidente, fue finalmente absuelto.

En su juicio, se presentó evidencias de que los dos hombres acusados de homicidio en relación con el atentado estuvieron en contacto con Bosch antes y después del atentado. Este fue el primer atentado terrorista con bomba a un avión civil en el mundo. Bosch fue reclutado, entrenado y apoyado por la CIA.

Liberado de la prisión venezolana bajo circunstancias sospechosas en 1987, Bosch regresó a Miami en 1988 sin el beneficio de una visa y fue inmediatamente arrestado por su anterior violación de la libertad bajo palabra. El Servicio de Inmigración y Naturalización inició los procedimientos para deportarlo. Como el fiscal general asociado explicó en 1989: «Durante 30 años, Bosch se ha mantenido firme en su defensa de la violencia terrorista.»

Esta no fue una declaración vaga. El Departamento de Justicia tenía información que vinculaba a Bosch a más de 30 actos de sabotaje y violencia en Estados Unidos, Puerto Rico, Panamá y Venezuela. Como señaló el fiscal general asociado: «La seguridad de esta nación está afectada por su habilidad de alentar de forma creíble a otras naciones a que se nieguen a ayudar y dar asilo a los terroristas… Nosotros no podemos darle asilo al Dr. Bosch y mantener esa credibilidad.»

La lógica era incuestionable, pero, desafortunadamente, el caso no se decidió sobre la base de la lógica. La congresista de Miami Ileana Ros-Lehtinen y la claque usual de exiliados cubanos de línea dura se alinearon detrás de Bosch. Hicieron lobby sin descanso por su liberación. Entre aquellos que estaban en la vanguardia del lobby estaba el hermano del actual Presidente, el Gobernador Jeb Bush, que entonces era el responsable de la campaña electoral de Ileana Ros-Lehtinen.

Los de línea dura de Miami logran la liberación de Bosch

En vista de toda esta presión, que venía incluso de su propio hijo, el primer Presidente Bush decidió que era políticamente conveniente liberar al terrorista. Bosch fue liberado. Lo más controversial fue, que ha pedido de Jeb, el Sr. Bush padre no sólo intervino para liberar al convicto terrorista cubano Orlando Bosch de la prisión, sino que le otorgó la residencia en Estados Unidos.

La liberación de Bosch, que frecuentemente en los medios de prensa de Estados Unidos se califica como un perdón, fue el resultado de la prisión ejercida por los cubanos de línea dura de Miami, con Jeb Bush actuando como puntero. Bosch ahora vive en Miami y sigue sin arrepentirse de sus actividades militantes.

En julio del 2002, Jeb Bush nominó a Raoul Cantero, el nieto de Batista, como juez de la Corte Suprema a pesar de su falta de experiencia. El Sr. Cantero que había previamente representado a Bosch y había actuado como su vocero, una vez lo describió en un programa de radio de Miami como un «gran patriota cubano».

Mientras este terrorista convicto, responsable de muertes y daños en su propio país y en el extranjero disfruta de la libertad dada a él por la administración de Bush padre, nunca ha habido un intento serio de hacerlo pagar por sus crímenes.

Fernando González, cuyo único supuesto crimen fue defender a su país del horror y la muerte perpetrada por Orlando Bosch, está cumpliendo sentencia en una prisión a cientos de millas de su casa y su familia.

¿Quién está luchando contra el terrorismo y quién está dándole protección a los terroristas? La respuesta es obvia.