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Aniversario de Playa Girón

Repatriar el desaliento

Fuentes: Rebelión

Al reclamar hoy un poco de ánimo intentamos neutralizar la ola de desesperanza que tan duramente nos castiga.

Subestimaron a nuestro pueblo, calcularon mal; y ellos, acostumbrados a trabajar con cerebros electrónicos, con datos, con cifras, con computadoras de todo tipo, se equivocaron, porque hay algo que sus cerebros electrónicos no podían medir, hay algo que sus computadoras no podían calcular, y eso era: la dignidad, la moral, y el espíritu revolucionario de nuestro pueblo. Porque fue el espíritu del pueblo lo que aplastó a los invasores

(Fidel Castro)

Un amigo, Carlos, escribe proponiendo que escribamos algo sobre este nuevo aniversario de Playa Girón. Tras la aprobación unánime, a continuación se recomiendan trabajos que ilustran magistralmente tal proeza, convirtiendo así las notas finales en lo primordial de este texto.

Evocamos entonces el testimonio de un protagonista, Gonzalo Rodríguez Mantilla, quien le relata su particular experiencia a Andrés García Suárez, reproducida por el periódico cienfueguino 5 de Septiembre.[1]

El 17 de abril de 1961, mercenarios cubanos invaden el país de Rodríguez Mantilla. Fidel Castro le envía instrucciones a varios kilómetros de Covadonga. El dirigente no manda a otros a jugarse la vida desde un cómodo despacho, desde una segura lejanía: él mismo toma las riendas, y además del seso pone su pellejo, como siempre. Cuando Fidel se presenta en el campo de batalla, el ánimo del enemigo se quiebra. Un pueblo consciente rubrica la victoria en menos de tres días.

La crónica de García Suárez es brillante, precisa; la épica prescinde de toda pompa, la concisión es ejemplar. Una prosa sin panegírico ni panfleto realza la dimensión humana de la gesta. Pero incitamos al lector, en fin, a internarse en el escrito mediante el enlace que se adjunta y a admirar también su excelente material fotográfico.

Al reclamar hoy un poco de ánimo intentamos neutralizar la ola de desesperanza que tan duramente nos castiga. Peor aun, la información que recibimos sin cesar es como sufrir el impacto de un baldazo de negatividad.

Es que estamos en franca desventaja. Al inicio de esta pandemia que padecemos se conjeturó que el reordenamiento de fuerzas podría beneficiar al campo popular. Pero no. El poquitísimo por ciento de quienes hoy mueven la economía en el mundo han multiplicado obscenamente su capital.[2] Vienen por todo con un respaldo tecnológico destinado a rentabilizar hasta el aire que respiramos,[3] a borrar el pensamiento crítico y a seguir desarrollando el peor sentido común imaginable,[4] un individualismo del tipo sálvese-quien-pueda. La pobreza aumenta al ritmo del arsenal nuclear. El racismo más desenfrenado impera con total impunidad.[5] Un odio irracional difundido y multiplicado por las redes sociales ha bestializado a buena parte de la humanidad.[6]

Se multiplican las guerras hasta hacer del planeta un infierno, y hasta la amenaza de desencadenar una quizá inevitable conflagración final. Se deteriora el medioambiente hasta hacer igualmente inevitable un colapso que destruría la vida humana.

Todo esto sucede, por ahora, en el terreno de las conjeturas, aunque varias son irrefutables. No es un epílogo inapelable, pero es una contingencia aterradoramente probable. Se ve el abismo, y esto no es una conjetura.

Pero se deberían difundir con más asiduidad mensajes que revaloricen el ejemplo de quienes no se rindieron ante situaciones francamente desfavorables. Debe neutralizarse, urgente, la angustia causada por una imprevisibilidad nunca vista que esta pandemia que nos maltrata multiplica sin cesar.

La crónica que evocamos es un bálsamo entre tanto desaliento. Una nota reciente de Gustavo Veiga que también recomendamos hoy describe admirablemente la misma epopeya que se conmemora.[7] Igualmente ha circulado otra manifestación artística, un son ―no se lo pierdan― que festeja con alegría la aparición de la Soberana, una de las promisorias vacunas cubanas.[8]

«Si luchamos podemos perder. Si no luchamos estamos perdidos», proclama una pared en una esquina de mi ciudad. Es cierto que a esta altura son pocas las posibilidades de salir bien librados de este lío, pero no hay más remedio que intentarlo.

Esta nota carece de propuestas concretas, aunque para salir del paso aseguramos que entre un optimismo bobo y un pesimismo desmovilizador se impone la imprescindible síntesis. Nada novedoso, pero creemos que es un paso para detener la rendición que propone la despolitización reinante.

Quién sabe cómo se podría elevar este ánimo en bancarrota, pero el ejemplo del artífice de esa victoria popular que hoy se rememora debería ser el mejor estímulo. Jamás dejó de luchar. Ganó todas las batallas.

Lo conocimos en 1988, y disculpándonos por la autorreferencia se cita ahora: «Me llamó la atención su buen humor contagioso y la sagacidad que exudaba. Parecía capaz de mirarnos a cada uno, leernos el alma y sacar una conclusión al instante. El brillo de inteligencia que reinaba en su mirada, mezclado con una malicia llena de picardía explicaba mejor que nada porqué un grupo de visionarios se embarcó con él en México rumbo a Cuba, con más ideas que armas, sin póliza de seguro, y se jugaron la vida junto a esa leyenda. “Había que estar locos”, comentó alguna vez el Che, quien algo sabía también sobre eso de hacer la Historia»[9].

Quienes se dejan manejar desde las redes sociales y por tanto conspiracionismo, quienes decidan bajar los brazos y quienes estén desalentados por tanto pesar deberían recordar que 82 expedicionarios desembarcaron en Cuba el 2 de diciembre de 1956 de forma subrepticia. Delatados, fueron prácticamente exterminados por la aviación del dictador Fulgencio Batista. Cuando el puñado de maltrechos sobrevivientes, a duras penas logran reunirse, le comunican a Fidel que sólo han quedado siete armas.

No había entonces internet ni tuit ni wasap ni nada. El jefe de los embarcados tampoco disponía de encuestas, que hubiese despreciado. A ese dirigente no lo desvelaba si medía, porque sólo alguien con convicciones muy sólidas, capaz de jugarse el pellejo, interpretar a un pueblo entero y confiar en él, sólo un ser excepcional, en semejantes condiciones, podía entonces decir «Listo, ganamos». Y ganar.

Notas:

[1] http://www.5septiembre.cu/fidel-la-invasion-y-el-telefonista-del-central-covadonga

[2] «Hace 6 o 7 años era necesario un Boeing 777 para transportar a los más ricos, aquellos que tenían una fortuna equivalente a la mitad de la población mundial; en 2015 bastaba un ómnibus y ahora bastaría una combi» (Carlos Heller), https://vaconfirma.com.ar/?articulos_seccion_719/id_12117/y-los-ricos-van-ganando.

•«Hay lucha de clases, de acuerdo, pero es mi clase, la de los ricos, quien la ha declarado, y vamos ganando» (Warren Buffet, multimillonario), ibid.

[3] …la física y ecofeminista india Vandana Shiva dice que el 26/3/ Microsoft ha registrado una patente (WO 060606) que permite usar como información monetizable todo lo producido voluntaria o involuntariamente por el cuerpo humano (lo que incluye, entre otros, desde la radiación expelida por el mismo, hasta ondas cerebrales y movimientos oculares o musculares) http://infoposta.com.ar/notas/11359/tu-celular-te-esp%C3%ADa-y-manipula/

[4] Que nunca se convenzan que las cosas son como son y hay aceptarlas: cuando una ideología triunfa se convierte en sentido común https://www.youtube.com/watch?v=KQPQJS2_otk)

•…nuestras facultades críticas estén en declive, incapaces de distinguir entre lo que nos gusta y lo que es verdad, nos deslizaremos, casi sin darnos cuenta, de regreso hacia la superstición y la oscuridad… una especie de celebración de la ignorancia  https://www.xataka.com/otros/texto-carl-sagan-que-20-anos-atras-anticipaba-debate-redes-sociales-fake-news

[5] Nuestra raza es raza de amos. Somos dioses divinos en este planeta. Somos tan diferentes de las razas inferiores como ellos lo son de los insectos. De hecho, comparando nuestra raza, las otras razas son bestias y animales, a lo más ganado. Las otras razas son consideradas como excremento humano. Nuestro destino es gobernar sobre las razas inferiores. Nuestro reino terrenal será gobernado por nuestro líder con una vara de hierro. Las masas lamerán nuestros pies y nos servirán como esclavos (Menachem Begin, Primer Ministro de Israel y Premio Nobel de la Paz https://www.taringa.net/+offtopic/menajem-beguin-el-terror-de-los-gentiles_zh7km

[6] •vamo a meterle una bomba atómica en cuba pa q se hacabe el comunismo aunque fallesca mi familia pero eso se llama daños colaterale pero así hacaba mía con el comunismos

• Y le sonrío a la vida, como si supiera algún secreto mágico que pudiera desmentir todo lo malo y lo triste, y lo convirtiera en mucha luz y felicidad. Y busco la razón para tener tanta alegría. No encuentro nada y tengo que reírme otra vez de mí misma. Yo creo que el secreto no es otra cosa más que la vida misma, la profunda penumbra de la noche que es tan bella y suave como el terciopelo, si una sabe mirarla.

Contraste significativo: la primera cita es de un cubano de Miami, la otra es de Rosa Luxemburgo. El primero odia al amparo de la sombra digital, de modo que no le partirán el cráneo a culatazos como a la luchadora, y seguirá tan solo y anónimo como despreciado. Ella tendrá siempre una flor cada 15 de enero.

[7] https://www.pagina12.com.ar/336171-playa-giron-cuna-de-la-epica-antiimperialista-cubana

[8] https://capac-web.org/la-vacuna-soberana-la-cubana-ya-tiene-su-cancion-video/

[9]  https://rebelion.org/fidel-es-el-reflejo-de-su-pueblo/