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Retos que nos comprometen

Fuentes: ALAI

Aunque falta mucho por hacer, la Revolución ciudadana nos ha obligado a participar y crecer. Pero no tenemos que dormirnos: el ‘león neoliberal’ no ha muerto y prepara nuevas batallas. Una victoria electoral no sólo se celebra, se defiende… y tenemos que defenderla con una nueva manera de vivir.   Nuevos retos tenemos que enfrentar […]

Aunque falta mucho por hacer, la Revolución ciudadana nos ha obligado a participar y crecer. Pero no tenemos que dormirnos: el ‘león neoliberal’ no ha muerto y prepara nuevas batallas. Una victoria electoral no sólo se celebra, se defiende… y tenemos que defenderla con una nueva manera de vivir.

 

Nuevos retos tenemos que enfrentar en este período de gobierno que comienza. He aquí unos cuatros que nos comprometen a vivir de otra manera si queremos que el gobierno de Lenin Moreno nos dé satisfacción. En lo político, un gran desafío es la participación más protagonista de las organizaciones populares, sociales e indígenas. ¿Dónde nos ubicamos cada uno y cada una de nosotros y nosotras? Recordemos: desorganizados, somos débiles y fácilmente engañados… y criticaremos que el gobierno se ha descuidado de los pobres y las clases desorganizadas.

 

En lo económico, está el desafío del desempleo informal. El año pasado leía que llega al 40% de la población activa. ¿Qué va a pasar con los hijos e hijas de estos padres ‘informales’ cuando lleguen a los 20 años con un diploma, pero sin posibilidad de encontrar un empleo correspondiente? Claro que hay que presionar el gobierno para que el pleno empleo sea un derecho que efectivamente se satisface… pero sin nuestra colaboración bien poco va a lograr. ¿Dónde existen necesidades que tienen que ser satisfechas? No podemos ser todos profesionales de la medicina o del derecho. ¿Y las carreras técnicas? Porque tenemos un montón de artesanos que nunca se formaron profesionalmente y que hacen un pésimo trabajo. Están también las carreras sociales para una mayor prevención y atención a la salud, a la niñez, a la juventud, a la tercera edad… ¿Cómo vamos a hacer escuchar nuestra voz para no quedar en lamentaciones estériles?

 

Es al nivel cultural donde el desafío me parece mayor. Desaparecerán los programas televisivos de chismografías vergonzosos cuando nos interesaremos en desarrollar nuestra capacidad de gustar de belleza, poesía, gratuidad, arte, estética… Ni hablemos de los contenidos deshumanizantes de las redes sociales, las que se han calificado de «gran cloaca internacional» en que se bañan diariamente millones de personas. En estos años hemos crecido globalmente en capacidad intelectual, pero en lo cultural estamo demasiado bajos. La cultura proviene de nuestra identidad, de nuestra sabiduría, de nuestra creatividad, de nuestra herencia milenaria. Se visita a Ecuador por sus montañas, ríos, islas, selvas, sus culturas de ayer… ¿y hoy, por qué las personas contamos tan poco? Buscamos hablar inglés, pero no sabemos quiénes somos. Escuchamos música extranjera, pero no valoramos lo nuestro. Nos vestimos con la última moda sin darnos cuenta que nos dejamos ‘modelar’ al punto de todos vestir, peinarnos y maquilarnos igual que en París, Londres y Nueva York… como ‘don nadie’. Nuestra autoestima tiene que acompañarse de originalidad cultural que se aprende desde lo nuestro, lo latinoamericano y lo indígena. ¿Cuánto tiempo dedicamos a esto?

 

¡Pongamos «vino nuevo en odres nuevos» y a chorro!

Fuente: http://www.alainet.org/es/articulo/185789