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Rinden homenaje a los 31 periodistas asesinados por la dictadura

Fuentes: Rebelión

El 8 de septiembre, en el tercer piso del edificio gremial de los periodistas, ubicado en Amunátegui 31, se inauguró un memorial en homenaje a los 31 profesionales de la prensa y estudiantes de esa carrera, asesinados y/o desaparecidos en dictadura. Los dos nombres de mujer que figuran en el monumento corresponden a Diana Aron, […]


El 8 de septiembre, en el tercer piso del edificio gremial de los periodistas, ubicado en Amunátegui 31, se inauguró un memorial en homenaje a los 31 profesionales de la prensa y estudiantes de esa carrera, asesinados y/o desaparecidos en dictadura. Los dos nombres de mujer que figuran en el monumento corresponden a Diana Aron, y Arcadia Flores, ambas militantes del MIR. También pertenecieron a esa organización Mario Calderón, Augusto Carmona, José Carrasco Tapia, Máximo Gedda, Ricardo Troncoso, José Yáñez, y los estudiantes Luis Eduardo Alaniz, José Hernán Carrasco Vásquez, Juan Elías Espinoza, José Jara Aravena, Nehad Teodorovic Sertic. Los periodistas socialistas caídos son Daniel Castro, Sergio Contreras, Archibaldo Morales, José Tohá, José Pérez, José Miguel Rivas y Jaime Aldoney. Carlos Berger, Guillermo Gálvez y Ernesto Traubmann militaron en el Partido Comunista. Luis Durán R. fue del MAPU, en tanto que Augusto Olivares, Carlos Bascuñán, Juan Manuel Bertoló y Rodolfo Fuenzalida fueron independientes de izquierda. Leonardo Henrichsen era de nacionalidad argentino-sueca, Charles Horman era norteamericano y Cristián Montecinos vivía en Estados Unidos y no tenía ideas de izquierda.

Familiares y colegas de los caídos asistieron a la ceremonia, organizada en conjunto por dirigentes del Círculo de Periodistas, -gestor de la iniciativa- y el Colegio de Periodistas. También estuvieron allí el diputado Tucapel Jiménez, y varios ministros y autoridades de gobierno. El acto -con Amaro Gómez, periodista de TVN como maestro de ceremonias- se realizó en la Biblioteca del Círculo, donde se inauguró también una muestra de Prensa en Dictadura que estará abierta hasta octubre.

– En nombre de los familiares y amigos de los caídos, la autora de estas líneas, periodista, hizo una semblanza de los caídos y de la situación judicial en cada caso, que reproducimos a continuación.

Palabras para la buena memoria

Comenzaremos recordando a Diana Aron Svigiliski, a Daniel Antonio Castro López, y a Ricardo Troncoso León, porque, al menos en los dos primeros casos ha habido verdad y justicia, y en el último, nada se ha logrado.

Diana venció finalmente a Krasnoff, a Contreras y a toda la cúpula de la DINA, encarcelados en el Penal Cordillera con sentencia del ministro Alejandro Solís, (15 y 10 años) confirmada por la Corte Suprema. Ellos impidieron, sí, que Diana siguiera escribiendo sobre la resistencia, o que ahora nos alegrara la vida con su risa contagiosa. No la dejaron acunar en sus brazos el hijo que esperaba cuando la detuvieron y que desapareció con ella. Pero no pueden arrancarla de nuestra memoria y de aquella de los que vendrán a saber de la joven periodista combatiente. Aquí inscribimos su nombre de intrépida cazadora, junto al agua transparente y la piedra pulida que nos hablan de la vida de una mujer digna y valerosa.
Esta periodista notable se inició reporteando como estudiante en práctica en Canal 13 -allí nos conocimos- y luego estuvo en la revista Onda. Perteneció al equipo de El Rebelde, el periódico del MIR y nunca dejó de escribir, aunque el periodismo estaba proscrito.

Daniel Castro no la conoció, porque este corresponsal del diario Clarín, militante socialista, era de otra generación, y vivía en Liquiñe, cerca de Valdivia, en la zona del complejo maderero Panguipulli, el más grande del país. Allí era un entusiasta y participativo testigo del proceso que vivían los campesinos, ahora sin patrones, produciendo para el área de propiedad social. Don Daniel no sólo reporteaba: enseñó a leer y escribir a muchos campesinos, y después les mostraba lo que él escribía en Clarín sobre sus logros. Su suerte estuvo tan unida a la de ellos, que en octubre de 1973, Don Daniel, que tenía casi la misma edad que el siglo, fue asesinado a golpes de corvo junto a diez o más campesinos. Todos los cuerpos fueron lanzados al río Toltén. El juez Alejandro Solís condenó al teniente coronel Hugo Guerra Jorquera a 18 años de cárcel por 11 secuestros calificados y a un civil, Luis García Guzmán, dueño de las Termas de Liquiñe, a cinco años y un día por su participación en estos hechos. Es la más alta condena hasta ahora en una causa de derechos humanos, y la única dada a un civil, pero hay que esperar el resultado de las apelaciones.

Por la desaparición del periodista Ricardo Troncoso León en cambio, no hay reos en la causa que se sigue en Chillán. El trabajó como locutor en radio La Discusión de Chillán, donde creó y animó el programa El Rincón de los Niños. También era dramaturgo, director y actor de teatro. Fue reportero policial, fotógrafo de Vea y corresponsal del diario Puro Chile. Sin duda no lo olvidan los miembros de la Compañía de Teatro que él fundó y bautizó con un nombre que habla de su inmortal espíritu: «Libre».

Todos los casos pendientes

En ningún otro de los secuestros y ejecuciones de colegas hay sentencias, hasta ahora. Sòlo algunas encargatorias de reo, y criminales en libertad. Por el crimen de Pepe Carrasco, nuestro querido Pepone, en los últimos seis años nos han estado entregando la verdad en cuentagotas. El Ministro Dolmetsch, que logró confesiones de los culpables y los procesó, no completó la tarea. Partió a la Corte Suprema sin dictar sentencia, aplicando la media prescripción en el caso de Jecar Neghme, ignorando los convenios internacionales de derechos humanos y dejándonos atónitos.

De regiones:

– Carlos Berger, director de la radio El Loa de Chuquicamata, ex director de la Revista Ramona, militante comunista, se mantuvo en su puesto en el aire el 11 de septiembre. Cayó en las redes de la Caravana de la Muerte. Tampoco hay sentencia en esta causa, en manos del ministro Víctor Montiglio, de fallos predecibles: amnistía a los criminales. También en el norte, al interior de Copiapó, perdimos a Carlos Bascuñán Mourgues Dewet, director del semanario El Andino, de Potrerillos, cuyos restos congelados habrían aparecido al interior de la cordillera. Se le describe como un precoz activista ecológico. Su pluma sin duda nos hace falta hoy para defender el agua y el valle del Huasco del proyecto Pascua Lama.

Hay dos profesionales de regiones desaparecidos por la prensa oficial, cómplice de la Operación Colombo, montada por la DINA para encubrir el secuestro-entre otros- de Mario Calderón Tapia y Luis Durán Rivas. Ellos figuraron en la Lista de los 119 (llamada por la DINA Operación Colombo). Sus nombres fueron mancillados. Esta lista inscrita en granito, presentada por sus pares, hoy los honra para siempre.

Por esos crímenes, Manuel Contreras, ex jefe de la policía secreta, Miguel Krasnoff y Basclay Zapata y Osvaldo Romo están encargados reos. El Negro Calderón tenía 32 años cuando lo detuvieron, pero ya había trabajado en el diario La Unión de Valparaíso, en la EMPORCHI, era docente en la Escuela de Periodismo, corresponsal de El Rebelde y dirigía periódicos obreros. Escribió en los muros del recinto clandestino de Cuatro Alamos «Por aquí pasó el Negro Calderón». En verdad, aunque no lo hubiera escrito, sus huellas y su recuerdo están impresas en el puerto que él amó. Otro porteño, Jaime Aldoney Vargas es recordado especialmente en Limache y los alrededores. Estudiaba cuarto año de periodismo cuando asumió como interventor de la compañía de Cervecerías Unidas. La dictadura no le perdonó ese cargo ni haber sido regidor socialista en esa comuna. Fue detenido al día siguiente del golpe de Estado. Aunque desde el 2003 el caso está con procesados, no hay sentencia contra los altos oficiales de la Armada enjuiciados y la jueza que investigaba, se inhabilitó.

Los estudiantes

Otros estudiantes desaparecidos son Luis Eduardo Alaniz Alvarez, de la universidad del Norte, dirigente socialista, el más joven de los fusilados por la Caravana de la Muerte; José Hernán Carrasco Vásquez, de la Universidad de Concepción, y Juan Elías Espinoza Parra, presidente del Centro de Alumnos de Periodismo en Concepción, retornado desde la República Democrática Alemana, ambos del MIR; Rodolfo Jacinto Fuenzalida Fernández, alumno del maestro Alejandro Cabrera en la Universidad de Chile, fusilado y desaparecido en Piragua. José Eduardo Jara Aravena, estudiante en práctica en Radio Chilena, muerto en tortura, y Nehad Teodorovic Sertic, autor de teatro y militante del MIR, fusilado junto a su esposa.
Arcadia Flores Pérez fue una de las fundadoras de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, luego de la desaparición de su hermano Julio. Más tarde pasó de ser estudiante de periodismo de la Universidad de Chile, a redactora y editora del periódico El Miliciano. Ejerció la profesión como combatiente, participando a comienzos de los años 80 acciones de propaganda armada y distribuyendo los comunicados respectivos. Cuando milicianos coparon la Radio Portales para emitir una proclama de la resistencia, lo hicieron con un texto que había sido escrito y grabado por Arcadia. La mataron cuando tenía apenas 20 años.

Los periodistas/poetas

Por su parte, Luis Durán pertenece a la entrañable especie de los periodistas escritores- poetas. Le decían «Mechón» en Periodismo de la Chile, donde era dirigente del Centro de Alumnos. Originario de Chillán, trabajó en la Operación Saltamontes y militó en el MAPU. En la revista Chile Nuevo escribía reportajes sobre las industrias intervenidas. Sus amigos recuerdan que era de la generación del Ché pero también de la de los Beatles, y gran lector de Cortázar, Marcuse y Sastre. Trabajó en la prensa clandestina de la resistencia, en una agencia de noticias creada por su grupo de amigos. Siguió escribiendo poesía en prisión, y en versos le dijo a su amada que su último grito sería de triunfo y de amor.
De esa misma especie de seres transparentes era Máximo Gedda, director de Televisión y dirigente sindical en Canal 7 – donde trabajamos juntos- y colaborador en la revista Punto Final. Inseparable de Pepone, fiel aliado de las luchas de los más humildes, fue torturado hasta morir. Ni la verdad ni la justicia se han escrito en esta historia de un joven profesional y dirigente que supo ser justo y verdadero, solidario y sensible como pocos. Inolvidable, para muchos.

También miembro de esa cofradía insigne era Jorge Yáñez Olave, miembro del MIR, periodista y poeta laureado que escribía en los diarios La Provincia y El Heraldo, de Linares, y había estudiado teatro. Para el golpe de Estado, vivía en Constitución y marchó en protesta junto a los trabajadores de Celulosa Constitución -CELCO. También nos hace falta hoy en la lucha contra CELCO ….Luego que la ciudad fuera copada por militares, intentó dirigirse a Linares con un amigo, pero ambos fueron secuestrados. Los responsables, encabezados por el ex coronel Juan Hernán Morales Salgado de la Escuela de Artillería de Linares, están declarados reos y esperan sentencia del ministro Solís.

Honramos también la memoria de Archibaldo Morales Villanueva, fundador y director del diario El Guerrillero de San Fernando, de convicciones comunistas, y de profundo amor por su pueblo y por la figura del héroe de la independencia, Manuel Rodríguez. Murió por torturas luego de 43 días de detención.

Juan Manuel Bertoló Rivas, periodista autodidacta, trabajó para el diario La Estrella de San Antonio y para el diario regional Proa y fue corresponsal de Radio Cooperativa, una emisora tan importante en esos tiempos. Fue detenido por carabineros de San Antonio sin que hasta ahora se aclaren las circunstancias de su muerte.

José Miguel Rivas Rachitoff era otro periodista autodidacta especializado en temas agrarios. Militante socialista, se desempeñó en INDAP y fue director del periódico Poder Campesino. Habría sido asesinado en Tejas Verdes, pero aún no hay reos ni avances sustanciales en la causa.

Su amigo y compañero de trabajo, José Leonardo Pérez Hermosilla, periodista del Programa Nacional de Comunicaciones del Agro de INDAP y dirigente comunal socialista, probablemente fue asesinado en Tejas Verdes. Tenía glaucoma, pero su visión interior era enorme y le permitió elaborar valiosos artículos de opinión. Su familia espera justicia.

Los amigos del Presidente Allende

Por la muerte en tortura del ex director del diario Ultima Hora, José Tohá, socialista, y ministro de Defensa y del Interior durante el gobierno de la Unidad Popular, también hay encargatorias de reo y la verdad se ha impuesto luego de décadas de encubrimiento. Con un rol relevante en las tres campañas del Presidente Allende, desde el periódico Ultima Hora que dirigió, José Tohá inició un nuevo estilo en el periodismo de izquierda.

Entre sus colaboradores estuvo Augusto Olivares, gran periodista, fiel asesor de Salvador Allende, brillante analista del vespertino Ultima Hora y de Punto Final, director de Televisión Nacional. El eligió correr la misma suerte de su amigo, el «Compañero Presidente».

Una decisión similar tomó Sergio Contreras, militante socialista, allendista hasta los tuétanos, hombre de radio, bohemio, generoso, enamorado… de su profesión. El desapareció junto a los miembros del Gap en Peldehue o el regimiento Tacna, sin que haya sentencia para los responsables del crimen.

Los internacionales

Tenemos también internacionalistas del periodismo en nuestro memorial.

De este grupo forma parte Charles Horman, que en tiempos de la Unidad Popular fundó la agencia independiente FIN (Fuente de Información Nortamericana) para informar sobre el proceso chileno desde una óptica diferente a la del gobierno de Nixon. El secuestro y ejecución de Charles Horman inspiraron la obra «Missing». Hasta ahora no hay justicia, pese a que existe un procesado y se hizo la reconstitución de escena de los hechos ocurridos en el Estadio Nacional.
Ernesto Traubmann, militante del Partido Comunista, nacido en Checoeslovaquia, fue combatiente antifacista, radioperador y artillero en la RAF de Inglaterra cuando tenía 20 años. En Chile trabajó para la Agencia Checoeslovaca de Prensa y la Empresa Nacional de Minería. Sus restos, ubicados en el Patio 29, forman parte de ese nuevo dolor que viven los familiares ante las dudas sobre la real identificación.

Leonardo Henrichsen es el camarógrafo argentino-sueco que con su lente anticipó nuestro dramático futuro. Su familia hoy espera justicia.

Cristián Montecinos Slaughter, chileno avecindado en Estados Unidos, ex alumno del Saint George, fue asesinado por error. Con su cámara y un diario personal, fue testigo del quiebre de Chile «que no terminará en una generación», según escribió él mismo.

Guillermo Gálvez, dirigente comunista, fue director de la revista Hechos Mundiales de la editorial Quimantú, trabajó en radio La Voz del Sur, de Punta Arenas. Sus amigos recuerdan su serenidad, su compromiso con la causa popular, su sentido del humor, su amor por el tango y la buena conversación. Fue secuestrado desde La Taberna -en nuestra propia casa, desde este edificio- con engaño y desfachatez. El crimen permanece impune.

Yo estoy aquí, me dicen, representando a los familiares y amigos. Porque además de mis amigos y colegas, aquí está inscrito el nombre de Augusto Carmona Acevedo, mi compañero de esos años, el padre de mi hija Eva María, y de su otra hija, Alejandra. Era periodista de Canal 9 de Televisión y redactor en Punto Final.

Se había especializado en política, reporteaba en el Congreso pero estaba muy atento a las luchas estudiantiles, sindicales y campesinas. Militaba en el MIR y reporteaba los avatares de la guerrilla latinoamericana en la década de los 70. Viajó a Bolivia a cubrir la muerte del Ché y el juicio a Regis Debray. En la clandestinidad se convirtió en un dirigente político, sin dejar de lado su espíritu aventurero, su amor por la vida.

Mi nieto Víctor, de 4 años, que no pudo venir porque justo a esta hora está en su jardín infantil, en un acto de celebración del 18 bailando cueca, me preguntó ayer: «¿Es verdad que mi abuelo Augusto no murió por enfermedad?». Asentí y él siguió preguntando, y yo seguí intentando contestar todo aquello para lo cual en realidad no hay respuesta, ni alcanzan las palabras.

Pero él también supo que aquí hoy hay gente recordándolo a él y a todos los caídos. Y eso es importante. Sé que al agradecer a Alejandro Cabrera, que fue también mi maestro en la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile, y al felicitar al Círculo de Periodistas por esta iniciativa, represento a todos los familiares y amigos.

Gracias por el memorial, gracias por el agua que fluye como la vida, gracias por la piedra que permanece.

Santiago, 8 de septiembre de 2006

– Los incluidos en el memorial

Diana Aron Svigiliski
Carlos «Dewet» Bascuñan Mourgues (no se conoce militancia)
Carlos Berger (PC)
Juan Manuel Bertoló Rivas (sin militancia conocida)
Mario Eduardo Calderón Tapia (MIR)
Augusto Carmona Acevedo (MIR)
José Carrasco Tapia (MIR)
Daniel Antonio Castro López (PS)
Sergio Contreras (PS)
Luis Eduardo Durán Rivas (MAPU)
Guillermo Gálvez Rivadeneira (PC)
Máximo Antonio Gedda Ortiz (MIR)
Leonardo Henrichsen
Charles Horman
Cristián Montecinos Slaughter
Archibaldo Morales Villanueva (PS)
Augusto Olivares Becerra (independiente de izquierda)
José Leonardo Pérez Hermosilla (PS)
José Miguel Rivas Rachitoff (PS)
José Tohá González (PS)
Ernesto Traubmann Riegelhaupt (PC)
Ricardo Troncoso León (MIR)
José Yáñez Olave (MIR)

Estudiantes asesinados y/o desaparecidos

Luis Eduardo Alaniz Alvarez (MIR)
Jaime Aldoney Vargas (PS)
José Hernán Carrasco Vásquez (MIR)
Juan Elías Espinoza Parra (MIR)
Arcadia Flores Pérez (MIR)
Rodolfo Jacinto Fuenzalida Fernández
José Eduardo Jara Aravena (MIR)
Nehad Teodorovic Sertic (MIR)