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Rodrigo murió peleando

Fuentes: Rebelión

Se subió al cargador frontal y apretó el acelerador cargando contra un bus policial. Quería responder con la misma violencia con la que los «pacos» estaban reprimiendo a los trabajadores. Curanilahue, el lugar de la tragedia, es una zona minera donde las luchas del carbón le enseñaron a generaciones de mineros que tratar de quitarle […]

Se subió al cargador frontal y apretó el acelerador cargando contra un bus policial. Quería responder con la misma violencia con la que los «pacos» estaban reprimiendo a los trabajadores. Curanilahue, el lugar de la tragedia, es una zona minera donde las luchas del carbón le enseñaron a generaciones de mineros que tratar de quitarle unos pesos más al patrón, se gana con sangre. Y tres balazos en el cuerpo de Rodrigo Cisternas, de 26 años, demostraron que las cosas, por más maquillaje, falda y democracia que se le ponga, siguen igual que hace casi 100 años, en los tiempos de la escuela de Santa Maria de Iquique. Rodrigo se suma a otros que, peleando, murieron por las ahora democráticas balas de la policía. Ahí está Daniel Menco, estudiante de 23 años, que acribillado durante las protestas estudiantiles del 1999, y también Alex Lemún, joven comunero mapuche de 17 años, asesinado en 2002, en medio de las protestas por la recuperación de tierras en el sur de Chile. Sin embargo, ninguna de estas dos muertes generaron la reacción que está provocando la muerte del joven trabajador.

En sus funerales fueron decenas de miles los que marcharon pidiendo justicia. Gritos que se mezclaba con aquellos que juraban venganza. Por primera vez, atemorizado por los efectos de su política de «mano dura» con los conflictos sociales, el ministro del Interior, Belisario Velasco, mezcló declaraciones públicas de apoyo al actuar de carabineros, con otras que prometen que «de haber uso abusivo de la fuerza» los responsables serán castigados. Pero nada puede hacer el aparato comunicacional de gobierno para frenar la empatía e indignación que provocan las lágrimas de la esposa de Rodrigo que pide en televisión que le digan cómo le va a explicar la muerte de Rodrigo a su hijo de 5 años. En Curanilahue, Lota, Coronel, se siente que las cosas pueden estar a punto de explotar. Un estallido que podría tener un sentido de catarsis, de liberación de energías largamente acalladas. Rodrigo no es el primero. Pero su muerte puede convertirse en catalizador de una generación que ya no encuentra caminos. Su imagen se sumará a la de otros jóvenes que murieron bajo las balas de la policía ya no como victimas, sino como luchadores. Chile es un país en donde se nos enseña día a día que la osadía de querer cambiar las cosas se paga con víctimas. La social democracia, hábilmente instaló con mucha fuerza la idea del dolor y de la muerte como el camino al que conducen las utopías. Hermosas, pero irresponsables.

Como ejemplo, nos muestran a las victimas de las torturas, los asesinatos, los fusilamientos, los desaparecidos. Un mensaje que busca, sobretodo, prevenir a quienes quieran ir mas allá de lo logrado por la clase política. No se rescatan, ni se explican los sueños por los que dieron la vida. Las razones que los impulsaron a hacer lo que hicieron. Lo que los llevó a no esconderse, sino que a enfrentar de cara a su enemigo. Se prefiere mostrar al sanguinario torturador, que sigue libre; al delator, que traicionó a sus compañeros; al capitán que enfrenta largos juicios desde su residencia privada. Para Rodrigo estos discursos no sirvieron. Pudo más, la realidad cotidiana de ganar 80 mil pesos mensuales (poco más de 150 dólares) frente a los 2 millones de dólares diarios que se embolsan la empresa Arauco del millonario Angellini , mezclada con el ejemplo de la lucha eterna de los mineros del carbón, que de generación en generación transmiten la lucha como un valor sagrado del pueblo frente a los patrones y a la policía que los defiende. No es el primero y seguro no será el último. Con Rodrigo se entierra, también, el gobierno ciudadano, la mano de mujer, y todos lo que quedaba de esperanza de un sector del pueblo chileno de un cambio guiado por la mano de los de siempre.

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Video de la represión de los trabajadores subcontratistas en el sur de Chile
Consultar:
http://www.youtube.com/watch?v=Y7OaZqVlhOg