Los afanes desestabilizadores y hegemónicos, acompañados de una fuerte dosis de indignidad y una conducta violatoria del derecho internacional y de los derechos humanos del pueblo saharaui y el palestino, son parte de la explicación de la nueva medida, dada a conocer el pasado 10 de diciembre, por la moribunda administración de gobierno estadounidense presidida por Donald Trump.
Una disposición que involucra a la monarquía marroquí y a la entidad sionista, llamados por Donald Trump a “normalizar” sus relaciones, como parte de varios objetivos: incrementar la limpieza de imagen del régimen israelí. Fortalecer la posición de un alicaído Benjamín Netanyahu y afianzar la decisión que bajo el nuevo gobierno de Joe Biden esa postura no cambie. Además, incrementar su presencia en el escenario geopolítico africano frente a la presencia de otras potencias, en especial la República Popular China. Todas ellas metas por las cuales cual el mandatario estadounidense ha jugado sus cartas durante sus cuatro años de mandato.
En esta ocasión el precio a pagar, como en otras, corre a cargo de terceros, sometidos a 45 años de colonización y ocupación de su territorio, precisamente a manos de Marruecos, como es el pueblo saharaui y a la consolidación de 72 años de dominio de la palestina histórica a cargo del sionismo, sumando los 53 años de colonización y ocupación de Cisjordania. Es la acometida de una triada criminal que requiere ser detenida. Saharauis y palestinos pagando el precio del contubernio de criminales, de gobiernos corruptos, de planes orientados a favorecer sus intereses económicos, militares, geopolíticos e invisibilizar a aquellos sometidos a estos procesos de asentamientos, colonización y ocupación junto al expolio de sus territorios.
“¡Otro avance histórico hoy! Nuestros dos grandes amigos, Israel y el reino de Marruecos, han acordado establecer relaciones diplomáticas plenas” fueron las palabras del agónico mandatario estadounidense Donald Trump en Twitter el pasado jueves 10 de diciembre. Unido a otro donde anunció el reconocimiento de la falsa soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental, por entender que su propuesta de autonomía, «seria, creíble y realista», es «la única base» para una solución «justa y duradera» que garantice «la paz y la prosperidad» en la zona” Una reiteración de apoyar el centenar de veces rechazado reclamo de soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental, donde el país magrebí ha llevado a cabo un proceso de colonización y ocupación a costa de los derechos del pueblo saharaui, hoy dividido entre la población al oeste del Muro de la vergüenza erigido por las tropas marroquíes y los territorios liberados y los campamentos de refugiados de Tindouf dirigidos por la República Árabe Saharaui Democrática (RASD).
El regularizar las relaciones en amplios campos (políticos, económicos, militares) entre el sionismo y la monarquía alauí presidida por Mohamed VI tiene como “premio” el que Estados Unidos, a contrapelo del derecho internacional, reconozca la falsa soberanía de Marruecos sobre el territorio del Sáhara Occidental, tal como lo ha hecho con la colonización y ocupación sionista sobre los territorios palestinos de Cisjordania avalando con ello, no sólo esa ocupación ilegal, sino que trasladando la embajada estadounidense desde Tel Aviv a Al Quds (Jerusalén) a contrapelo de las determinación sobre esta ciudad, establecidas incluso en la Resolución Nº 181 del 29 noviembre del año 1947.Estados Unidos no tiene potestad alguna, no ha recibido mandato de ninguna institución internacional, no existe en la carta de las Naciones Unidas, un papel que otorgue la facultad de ceder soberanías y reconocer estas de un país con relación a territorios sobre el cual no tiene derecho. Tal obsequiosa facultad no existe. Ni con relación a reconocer la soberanía de Marruecos sobre los territorios del Sáhara Occidental, como tampoco el andar reconociendo soberanía sobre territorios ocupados como el de Cisjordania o eliminar el estatus especial del cual goza Al Quds.
El caos no tiene geografía
Resulta evidente, que las últimas acciones de la administración Trump van orientadas a la generación de anarquía en amplias regiones del mundo, ahora se incluye la zona del Magreb africano donde el pueblo saharaui ha esperado largos años para concretar su proceso de autodeterminación, tras la salida vergonzosa de España del territorio el año 1975. Una salida que no cumplió sus obligaciones como potencia administradora de esos ex territorios coloniales y permitió la invasión, tanto de Mauritania como de Marruecos para apoderarse del país. Tal hecho, generó una guerra, que al poco tiempo significó la derrota de Mauritania a manos de las fuerzas del Frente Polisario y la continuación de la contienda hasta el año 1991 contra Marruecos, cuando se firma un cese al fuego bajo el auspicio de la ONU.
Ese alto a las hostilidades, que no el fin de la guerra, se concretó en base a la decisión de establecer un referéndum de autodeterminación, que ya había sido fijado el año 1974 cuando España era la potencia colonial. Un instrumento que condujera a la independencia de la creada RASD. Para ello, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) creó el año 1991, la llamada Misión Para el Referéndum para el Sahara Occidental (MINURSO) que debería encargarse dela puesta en práctica, ejecución y puesta en régimen de aquel referéndum de autodeterminación. Han pasado 29 años y nada de ello se ha hecho realidad, generando la lógica frustración saharaui, que cansado de los atropellos por parte de Marruecos en los territorios ocupados y el expolio de sus riquezas, decidió protestar en El Guerguerat (límite sur entre los territorios ocupados y Mauritania) que ocasionó la reanudación del conflicto bélico entre ambos países.
El reinicio de las hostilidades remeció a la monarquía marroquí, sumida en una severa crisis económica y política, con altísimos niveles de corrupción, donde además, las particulares condiciones personales de Mohamed VI han sido causa de fuertes disputas respecto a su calidad moral como jefe de Estado y guía religioso- un comendador de los creyentes muy atípico(1). Tras los sucesos de El Guerguerat, Rabat llamó en su auxilio a Washington y al sionismo, tal como lo hizo en la guerra de los años 70 y 80 del siglo XX contra el pueblo saharaui. El precio a pagar? La mencionada obligación de normalizar relaciones con el sionismo – avalando con ello la colonización y ocupación de Palestina con todos los crímenes, que tal hecho conlleva- y al mismo tiempo incrementar la compra de armas, que sólo entre 2019-2020 fue de 3.500 quinientos millones de dólares. El precio actual de esta venta de armas previo a la salida de Trump: 1.100 millones de dólares.
En esta ocasión, el complejo militar industrial estadounidense logró sacar la firma para la venta de mil millones de dólares por 4 drones MQ-9B Sea Guardian, de la compañía estadounidense General Atomics. Se suman misiles guiados Hellfire, producidos por Lockheed Martin y Boeing, que tienen un alcance de más de 11.000 kilómetros, por lo que pueden cubrir amplias zonas de mar o desierto, lo que explica su interés también en su compra por los Emiratos Árabes Unidos, que para tener acceso a ellos tuvo que cumplir también la exigencia de normalizar relaciones con el sionismo.
En esta variante militar del acuerdo entre Washington-Rabat y Tel Aviv, con respecto a la normalización Israel y la compra de armas, surgió de inmediato la condena de Argelia, aliado histórico del pueblo saharaui y enemigo de los afanes expansionistas de Rabat en base al llamado mito de la construcción del Gran Marruecos. Argelia critica la normalización de lazos entre Israel y Marruecos, denunciando que el régimen de Tel Aviv ahora amenaza sus fronteras.“Hay maniobras extranjeras que quieren desestabilizar Argelia. El régimen sionista se está acercando a nuestras fronteras”, advirtió el primer ministro argelino, Abdelaziz Djerad. Político que además aprovecho de hacer un llamado a la unidad nacional, que permita superar los complejos problemas políticos de una Argelia, que debe enfrentar este reto con un vecino considerado su principal rival.
Argelia, en información oficial entregada por su Ministerio de Relaciones Exteriores, el pasado sábado 12 de diciembre señaló que “el conflicto en el Sáhara Occidental es una cuestión de descolonización que sólo puede resolverse mediante la aplicación del derecho internacional permitiendo al pueblo saharaui ejercer su derecho inalienable a la autodeterminación e independencia. La declaración del 4 de diciembre, anunciada el 10 del mismo mes, no tiene efecto legal, porque contradice todas las resoluciones de Naciones Unidas, especialmente los decretos del Consejo de Seguridad sobre el tema del Sáhara Occidental, la última de las cuales es la Resolución Nº 2548 emitida el 30 de octubre de 2020, redactada y defendida por los Estados Unidos. Argelia, cuya posición se basa en la legitimidad internacional frente a la lógica de la fuerza y los acuerdos sospechosos, renueva su firme apoyo a la justa causa del pueblo saharaui” (2).
Altos funcionarios internacionales, vinculados al tema de la autodeterminación del pueblo saharaui y el referéndum no concretado han denunciado las palabras de Donald Trump en apoyo a una soberanía marroquí sobre el Sahara occidental, no ajustada al derecho internacional. El ex enviado especial de la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental (MINURSO), Francesco Bastagali, exigió que se rechace la decisión de Trump sobre el Sáhara Occidental, e invitó a la nueva administración de Joe Biden a «reconsiderar esta decisión de acuerdo con la legalidad internacional como marco para resolver la cuestión saharaui. El Consejo de Seguridad debe adoptar una posición contra esta medida unilateralporque podría socavar la paz y seguridad internacionales».
Las palabras de Bastagali alcanzan también al nulo avance de llenar el puesto vacante de Enviado Especial al Sáhara Occidental, que lleva casi un año y medio sin tener un nombre que encabece la voz de la comunidad internacional sobre el tema del Sáhara Occidental. Se requiere que el secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres tome “una valiente decisión – como dice el Sr. Bastagali – sobre la causa saharaui y actúe en favor de una solución definitiva de esta cuestión». Resulta evidente que el futuro del pueblo saharaui está indefectiblemente ligado a su autodeterminación, que es la única forma, práctica, legal y moral de poner fin al conflicto.
El Frente Polisario y la RASD, reconocida por 85 estados, solicitaron a la ONU que declare que las declaraciones de Trump y las determinaciones expresadas respecto a hablar de soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental, son violatorias del derecho internacional “A Trump no le corresponde tomar esta decisión y se muestran sorprendidos de que la haya hecho coincidir con el Día Mundial de los Derechos Humanos, en una aparente provocación. Constituye una flagrante violación a uno de los derechos más sagrados: el derecho de los pueblos a la autodeterminación. El gobierno saharaui y el Frente Polisario piden a Naciones Unidas y la Unión Africana que condenen esta imprudente decisión y presionen al Reino de Marruecos para que ponga fin a su ilegal ocupación del Sáhara Occidental. El pueblo saharaui continuará su legítima lucha y asumiendo los sacrificios que esto requiere».
Washington ha señalado que no apoyará una opción para el Sáhara Occidental, que no sea bajo los criterios políticos establecidos por Marruecos “Estados Unidos cree que un Estado saharaui independiente no es una opción realista para resolver el conflicto y que la autonomía genuina bajo soberanía marroquí es la única solución factible, por lo que plantea que las partes se sienten a negociar «cuanto antes» con el plan de Rabat como «único marco» sobre la mesa” Este llamado, a violar los derechos del pueblo Saharaui, revela el fondo de todo esto tiene que ver con objetivos geopolíticos y económicos. Alentar sus relaciones con Marruecos en materia de explotación del Fosfato, los recursos de los caladeros pesqueros del Atlántico, las riquezas energéticas bajo el subsuelo: gas y petróleo y el control de una zona de África, donde la presencia China tiene una enorme influencia. Con este objetivo, Washington abrirá un nuevo Consulado en la localidad de Dajla «para promover las oportunidades económicas y de negocio para la región». Marruecos se convierte así, en una ficha más del contubernio conformado por el imperialismo y el sionismo.
Washington no escatima esfuerzos por desestabilizar el mundo, apoyar a gobiernos e ideologías consideradas las más criminales del mundo y al mismo tiempo favorecer a sus grupos de presión, en este caso el complejo militar industrial, el lobby saudí y el energético. Dar sustento a criminales, violadores del derecho internacional y los derechos de millones de seres humanos. Todo esto con el silencio obsequioso y complaciente de organismos internacionales, que teniendo las herramientas jurídicas en sus manos resultan incapaces y estériles, faltos de voluntad política,para obligar al cumplimiento de las leyes internacionales, que en el caso del pueblo saharaui y palestino implicarían el logro de sus procesos de autodeterminación.
(1) “Mémoires d’un Soldat Marocain” (‘Memorias de un soldado marroquí’), publicado en Francia, por la editorial Edilivre. El volumen supone un ataque frontal a la corruptela de la cúpula militar marroquí por parte de Abdelilá Issou, un ex oficial del Ejército formado en la Real Academia Militar de Mequinez y que terminó exiliado en España en 2000, donde colabora con el CNI.Más allá de los negocios sucios del poderoso general Bernani, el dedo acusador de Issou llega más alto y apunta al monarca Mohamed VI y sus preferencias sexuales. De hecho, afirma ser el autor de un informe sobre las tendencias del monarca alauí. “Por mi parte, yo presenté a J.M. un informe sobre la orientación sexual del príncipe heredero, el actual rey Mohamed VI, y su amistad con Abderrahmane Alaoui, Bihmane para sus íntimos, quien fue mi compañero de promoción en la Academia Real Militar”. Una parte íntima de la vida del monarca marroquí, que suele ser fuente de carpetas de investigación a manos de servicios secretos, incluyendo a los de Estados Unidos e Israel. https://www.elmundo.es/loc/2014/10/25/544a9fe0e2704ee4018b4574.html
(2) https://www.un.org/securitycouncil/es/content/resolutions-adopted-security-council-2020. Una resolución, que entre otros puntos vuelve a prorrogar el mandato de la MINURSO hasta el 31 de octubre de 2021. Recordemos que esta misión fue creada para llevar a cabo el referéndum de autodeterminación del Sáhara Occidental, postergado hace 29 años, ya sea por los frenos puestos por marruecos o por el apoyo a esa labor de Francia, España y estados Unidos, convertidos en avales de la monarquía marroquí.
Cedido por www.segundopaso.es