Una de las más conocidas cabriolas teológicas del cristianismo es el así llamado «argumento ontológico» de San Anselmo, mediante el cual el filósofo del mismo nombre pretendía deducir la existencia de Dios a partir de la idea de Perfección. Pues bien, ahora tenemos también el argumento ontológico de Miguel León, quien en las páginas de […]
Una de las más conocidas cabriolas teológicas del cristianismo es el así llamado «argumento ontológico» de San Anselmo, mediante el cual el filósofo del mismo nombre pretendía deducir la existencia de Dios a partir de la idea de Perfección. Pues bien, ahora tenemos también el argumento ontológico de Miguel León, quien en las páginas de Rebelión trata, en sentido inverso, de negar la existencia de los bombardeos aéreos del régimen sirio a partir de la «irracionalidad» y «estupidez» de semejante gesto. Mientras tanto, Lubna, Imed y Mufeed pierden la vida ahí abajo, en las calles de Alepo, Damasco e Idlib, sin saber que sus verdugos en realidad no existen. Es inútil invocar a Dios: no comparece. Es inútil negar las bombas: siguen cayendo.
Nota Bene: agradezco y asumo los hipervínculos añadidos por Diagonal a mi artículo, aunque no son obra mía. En cuanto a las bombas de racimo, no las menciono en mi texto. Parece que la aviación siria prefiere los barriles con explosivos.
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