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Saramago, un recuerdo a un hombre Humano

Fuentes: ACSUR-Las Segovias

Saramago ya no está. Vive su pensamiento. Él decía que no se puede vivir sin ideas y que la Utopía no es del más allá, ni para un tiempo futuro que nadie sabe lo que será. Decía que mirar muy lejos no tiene sentido, que la Utopía es obrar hoy, pensar hoy para cambiar el […]

Saramago ya no está. Vive su pensamiento. Él decía que no se puede vivir sin ideas y que la Utopía no es del más allá, ni para un tiempo futuro que nadie sabe lo que será. Decía que mirar muy lejos no tiene sentido, que la Utopía es obrar hoy, pensar hoy para cambiar el día de mañana; el próximo amanecer.

Una multitud de cosas pequeñas y próximas están en el testimonio de su Humanidad de vida. La muerte, dice, es no haber vivido. El ha vivido para nosotros luego sigue estando. Que importan los Berlusconi de Europa y los de América del Sur, solo les espera el basurero de la historia. No han existido.

Frente a lo que hemos visto, pero no aceptado, en renuncias y traiciones de los que decían- y dicen- que obran por los pobres; frente a esas humanidades inexistentes, su espíritu indomable permite que digamos «todos somos comunistas».

La felicidad nos recuerda es una lucha personal, el mundo no es feliz. No puede serlo con lo que se está haciendo. Su último libro inacabado era sobre la guerra y las armas. La cultura de los soldados es de botín. Esa cultura era lo que aborrecía. Veremos amanecer el día de mañana sabiendo que no podemos impedir la deriva de los Continentes, sintiéndonos un poco más huérfanos en el afecto que desborda de impotencia. ¿Cuantos estamos vivos?

Maribel Wolf, licenciada en filosofía y experta en ciencias sociales, y miembro de la Junta directiva de ACSUR-Las Segovias