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Se cayó el montaje de Ministerio Público contra lonko mapuche Llanquileo

Fuentes: Rebelión

La primera actividad pública del dirigente mapuche Iván Llanquileo -visiblemente más delgado pero alegre por su reciente liberación- fue participar en un un foro realizado el pasado viernes en Cañete, junto a la vocera de los familiares de presos políticos de la Coordinadora Arauco Malleco, Angélica Ñancupil. El era hasta ese día, uno de los […]

La primera actividad pública del dirigente mapuche Iván Llanquileo -visiblemente más delgado pero alegre por su reciente liberación- fue participar en un un foro realizado el pasado viernes en Cañete, junto a la vocera de los familiares de presos políticos de la Coordinadora Arauco Malleco, Angélica Ñancupil. El era hasta ese día, uno de los huelguistas de hambre. Al día siguiente, se dirigió a visitar a sus hermanos en en la cárcel de Angol. Y sin duda el miércoles 14 estuvo participando en la jornada convocada para luchar por la libertad de los presos políticos mapuche. En la audiencia de revisión de la medida cautelar que se le había aplicado a Llanquileo, se vino abajo – al menos por ahora – el montaje de la Fiscalía de Cañete y el Ministerio Público contra este lonko de la comunidad Juana Millahual, del sector Rukañancu,ubicado a 26 km de la comuna de Contulmo (en Arauco, Octava Región). Los jueces que habían decretado su prisión preventiva lo dejaron libre ya que no pudieron probarle tenencia de armas de guerra ni delito alguno. Por las dudas le aplicaron medidas cautelares menores. La decisión no tuvo tanta prensa como su captura en un allanamiento de fuerzas conjuntas y enorme despliegue operativo, que fue noticia de primera plana. Llanquileo estaba en prisión desde el 31 de agosto. Había sido trasladado a la cárcel El Manzano de Concepción, desde donde se sumó prontamente a la huelga de hambre que iniciaron los cinco presos políticos mapuche en Angol el día 15 de octubre. Llevaba ya 25 días sin ingerir alimentos. El Estado chileno no se da por vencido: anunció que apelará de la resolución del tribunal. Así dio la noticia de la liberación de Llanquileo el diario regional Renacer de Arauco http://www.renacerdearauco.cl/ el pasado sábado 10 de noviembre: El viernes nueve de noviembre fue dejado en libertad el longko de la Comunidad Juana Millahual, Iván Llanquileo, por no existir pruebas contundentes que lo vinculen a los ilícitos que el ministerio público le inculpa. Durante la audiencia de revisión de medida cautelar, la acusación (el montaje en que arduamente trabajan los diversos órganos de la fuerza policial) perdió fuerza al no poder identificarse huellas dactilares del lonko en el fusil M-16 encontrado a kilómetros de su hogar, ni cualquier otra prueba que ameritara su prisión preventiva. «No existen pruebas que vinculen a mi defendido ni con el arma ni con la llamada casa de seguridad, que para nosotros no es más que una sede comunitaria» declaró ante el juez, el defensor público Egon Matus. Luego indicó a la prensa «la fiscalía no ha logrado probar que el fusil pertenezca a mi defendido, no había huellas de él en el arma, así lo evidencian las pruebas realizadas por el laboratorio de carabineros. La llamada casa de seguridad no es un lugar de resguardo de material de guerra o material subversivo como ha querido hacer ver la fiscalía».

Señaló Iván Llanquileo: «Estoy libre como siempre ha debido ser (…) Este no es más que un montaje muy bien urdido para encarcelar a los mapuche que luchamos por nuestros derechos (…) La resolución judicial respalda nuestra tesis (…) El tiempo en la cárcel sirvió para reafirmar nuestra posición y, por lo tanto, el Estado debe entender que defendemos los espacios territoriales».

El fiscal Mario Elgueta, con dedicación exclusiva para reprimir el movimiento mapuche, debió reconocer la falta de pruebas en contra del Lonko Llanquileo, cuya comunidad ha continuado luchando por recuperar su territorio ancestral y enfrentándose a la consiguiente represión luego del intento de toma del sector Playas de Huillinco. Ese proceso ya ha tenido un logro, pues en 1998 la comunidad Juana Millahual recuperó el sector Rukañanco, usurpado por Forestal Mininco, e inició su explotación productiva, lo que hizo posible al mismo tiempo la recuperación de sus prácticas religiosas y culturales, tales como la realización del nguillatun (rogativa) o el mingako (trabajo en colectivo). Los comuneros buscan al mismo tiempo asegurar un uso sustentable de estas tierras y el lago, parajes aislados y de gran belleza que se han mantenido hasta ahora libres de contaminación pero están en la mira de poderosas empresas mineras. Ellos son férreos opositores a los proyectos empresariales de Jaime Troncoso Sáez, Benedicto Melín y Leonardo Farkas Klein, este último dueño de la minera Santa Bárbara.

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