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Discurso pronunciado en el Memorial de los Detenidos Desaparecidos y Ejecutados Políticos, el 11 de septiembre de 2004

Seguiremos luchando por la dignidad humana

Fuentes: odep.cl

Compañeras y Compañeros:No soy hombre de discursos, pero puesto en este trance, agradezco la confianza que la Asamblea Nacional de los Derechos Humanos ha depositado en mi persona, trataré de cumplir este cometido.A 31 años del golpe militar mis primeras palabras son para rendir un homenaje al compañero Presidente Salvador Allende. En su gobierno quedaron […]

Compañeras y Compañeros:

No soy hombre de discursos, pero puesto en este trance, agradezco la confianza que la Asamblea Nacional de los Derechos Humanos ha depositado en mi persona, trataré de cumplir este cometido.

A 31 años del golpe militar mis primeras palabras son para rendir un homenaje al compañero Presidente Salvador Allende. En su gobierno quedaron grabados los sueños y las esperanzas de que otro mundo es posible. El presidente Salvador Allende, que supo defender con su vida los valores de la dignidad humana que estaban depositados en el gran proyecto del gobierno de la Unidad popular.

Los honores al Presidente Salvador Allende. Al Presidente del pueblo. Que en sus últimas palabras casi de manera premonitoria nos anticipó las dramáticas consecuencias que el golpe de estado tendría para el pueblo chileno: la persecución, el terror, el fascismo. Nos anticipo las consecuencias del terrorismo de estado.

Como un visionario anticipó la violación de los derechos humanos. Una violación sistemática, masiva e institucionalizada de los derechos humanos. Conocimos por primera vez el fenómeno de la globalización, la globalización del terror, Un terror surgido desde la Escuela de las Américas, desde los Estados Unidos, un estado con vocación terrorista, agresivo, intervensionista y genocida.

El terrorismo de estado se globalizó en América latina bajo la hegemonía de la DINA y Manuel Contreras. la operación cóndor, la operación colombo son una muestra de ello. Pero también el Presidente Allende nos supo alentar con sus últimas palabras.

Nos dijo que el pueblo no debe dejarse avasallar. No solo nos alentó con sus palabras sino que con la acción, el Presidente Allende supo empuñar las armas frente la agresión golpista de militares traidores con la patria.

Como nadie, supo comprender el sentido y el alcance de la Declaración de Universal de los Derechos Humanos, que justifica y legitima el supremo recurso de la rebelión contra la tiranía y la opresión. Tal como lo hicieron nuestros héroes de la patria en su lucha por la independencia. Y como lo hicieron tantos compatriotas en los 17 años de dictadura. A ellos también nuestro reconocimiento y sentido homenaje, a los cientos y miles de compañeros que ofrendaron su vida como luchadores, a los que sufrieron el alto costo de la represión.


Nuestro homenaje y reconocimiento a los que sufrieron el exilio, la prisión, la tortura, a todos los ejecutados políticos a todos los que sufrieron las consecuencias de una metodología perversa e inhumana, nuestro homenaje a todos los detenidos desaparecidos. A todos los que levantaron la bandera de los derechos humanos, al pueblo organizado y conciente que supo valientemente ponerse de pie.

Compañeros y compañeras:


Hoy nos reunimos no solo para evocar, nos reunimos para levantar nuestra voz por los derechos humanos.


Nuestros derechos humanos no son neutros ni imparciales, no son indiferentes al neoliberalismo ni a la APEC.

Rechazamos el neoliberalismo porque se expresa económicamente en la explotación mas brutal de los seres humanos, la ecuación pocos ricos con mucho y muchos pobres con poco, es la dinámica con que se alimenta este modelo feroz.

Rechazamos la APEC y llamamos al mas enérgico repudio a este encuentro de Jefes de Estado que se celebrará en nuestro país, porque son Jefes de Estado que se ponen al servicio de las transnacionales.

Repudiamos la presencia del terrorista Nº 1 del mundo George Busch.
Nuestros derechos humanos están comprometidos con la dignidad humana, con la justicia, con la verdad, con la libertad, con la solidaridad y con la paz.

Nuestros derechos humanos están intensamente comprometidos con el derecho a la libre autodeterminación de los pueblos, con la democracia, con una democracia participativa, representativa y popular.

No queremos democracias a medias o cuotas de democracia.


No queremos una democracia en parcialidades.

Queremos una democracia al contado.

No queremos una democracia tutelada por un consejo de seguridad nacional.

No queremos senadores vitalicios.

No queremos la institucionalidad diseñada por el dictador

No queremos la Constitución Política del 80.

Por eso debemos convocarnos como pueblo a una asamblea constituyente.

No queremos reformas ni maquillajes a una constitución espuria.

Queremos una nueva constitución.

Una nueva Constitución legitimada por una genuina participación popular. No queremos la llamada democracia de los acuerdos.

Queremos una sistema económico fundado en la solidaridad.

En el reconocimiento de los derechos de los trabajadores.

En el derecho a un trabajo y salario digno.

En el derecho a una vivienda digna.

En el derecho a una educación digna.

En el derecho a una salud digna.

En el derecho a una seguridad social digna.

En el derecho a nuestras riquezas naturales.

Porque nuestros derechos humanos son amplios y generosos, son también económicos sociales y culturales.

Nuestros derechos humanos no son expresión de una licitación bajo las modalidades de propuestas parciales, tibias y claudicantes.

Rechazamos la propuesta del Presidente Lagos por abordar las violaciones de los derechos humanos con impunidad.

Nuestros derechos humanos son plenos e irrenunciables.

Por eso queremos la verdad respecto de todas la violaciones de los derechos humanos.

Queremos toda la verdad, no queremos cuotas de verdad.

También queremos la justicia. La justicia plena.

Queremos a Pinochet desaforado, juzgado y condenado.

Queremos un poder judicial seriamente comprometido con el derecho internacional de los derechos humanos.

No queremos mas farsa de enfermedades mentales mentirosas y cobardes.

Que los jueces y ministros especiales tengan el coraje para juzgar, porque tienen una responsabilidad con el pueblo, con los depositarios de la soberanía.

El nunca mas no es solo una consigna inmaterial, el nunca mas es un compromiso con la historia, que las futuras generaciones sabrán comprender como una verdadera lección cívica.

Basta de leguleyadas y tinterilladas comprometidas con la impunidad.
Basta de amnistía, basta de amnesia y de prescripción

Queremos la memoria y la historia, queremos la verdad y la justicia.

Queremos la libertad, sin represión ni autoritarismos.

Sin doctrina de la seguridad nacional camuflada en falsas políticas de seguridad ciudadana.

Queremos la libertad de todos los presos políticos. Porque han estado mas de 10 años en prisión. Porque han sido injustamente juzgados por la ley antiterrorista y por los tribunales militares. Porque la ley de indulto recientemente aprobada es insuficiente. Queremos la libertad de todos los Presos Políticos. Queremos la libertad de todos los presos políticos mapuches. Al pueblo mapuche toda nuestra solidaridad con su lucha ancestral, por eso expresamos nuestro repudio a la decisión política de aplicarles la ley antiterrorista.

Compañeras y compañeros:

A 31 años del Golpe militar, nuestra sociedad sigue conmovida por la verdad que se ha ido develando.

Por la violación de los derechos humanos, no solo como expresión de los 17 años de dictadura, sino por la incapacidad de los sucesivos gobiernos concertacionistas, que no han sabido responder con valor a la demanda de verdad, justicia y reparación.

Cada vez que los gobiernos de la Concertación se han aproximado al tema, lo han hecho con tibieza, casi con temor y una evidente inclinación a la impunidad.

La violación de los derechos humanos ha tenido un grado de continuidad.

Porque la impunidad todavía está vigente.

Porque la ley de amnistía sigue constituyendo una verdadera amenaza para la justicia.

Porque se mantienen políticas económicas que no han hecho otra cosa que profundizar las diferencias entre ricos y pobres.

Porque el ejercito no ha podido desligarse institucionalmente de su compromiso con Pinochet.

Porque durante los gobiernos de la concertación también se han cometido crímenes bajo la forma de abusos de poder y excesos policiales.

No son pocos los jóvenes que han perdido su vida en operativos policiales que han tenido el respaldo de las autoridades y de una justicia militar al servicio de la impunidad, que hasta el día de hoy conserva la competencia para juzgar a civiles.

Y estos abusos también han quedado en la impunidad.


Hoy día se ha revelado que Pinochet no solo es responsable de violaciones a los derechos humanos, sino también de actos de corrupción económica, acumulando millones de dólares y un cuantioso patrimonio. Estas acciones se han consumado con posterioridad a la dictadura.

Por todos estos crímenes Pinochet debe responder.

Compañeros y Compañeras:

A 31 años del golpe militar todavía hay una deuda pendiente, hay una tarea inconclusa.

No tenemos la democracia que queremos.

No tenemos la verdad que queremos.

No tenemos la justicia que queremos.

No tenemos la paz que queremos.

No tenemos la libertad que queremos.

Pero todavía tenemos la voluntad y la perseverancia irrenunciable de seguir luchando por la dignidad humana, en la marco de una sociedad que tenga como centro de atención la promoción y defensa de los derechos humanos, sin vacilaciones.

Por eso seguimos presente.

Muchas gracias.