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¿Será que así “podemos más”?

Ser o parecer, el dilema de la izquierda

Fuentes: Rebelión

 Mataron al tigre y ahora le tienen miedo al cuero. (Del folklore venezolano.) El envejecimiento del padrón electoral, a causa de la negativa de los jovenes a inscribirse, genera una gran preocupación en la llamada clase política, que hoy se debate en el dilema de legislar en torno a permitir la inscripción automatica y el […]

 Mataron al tigre y ahora le tienen miedo al cuero.

(Del folklore venezolano.)

El envejecimiento del padrón electoral, a causa de la negativa de los jovenes a inscribirse, genera una gran preocupación en la llamada clase política, que hoy se debate en el dilema de legislar en torno a permitir la inscripción automatica y el voto voluntario como una forma de remediar esta preocupante realidad.

Este envejecimiento también está presente en la realidad de la izquierda chilena. Vivimos una situación parecida, donde nuestra izquierda adolece de los típicos achaques de la vejez de ideas, y donde la vanguardia de ella -los dirigentes de hoy- nada nuevo «ofrecen». Si comparamos el discurso de algunos años atrás 2003-2004 con lo que les escuchamos hoy, nada ha cambiado. Mostraron el Juntos Podemos como el más importante hito desde la creación de la Unidad Popular, pero las dramáticas decisiones tomadas por uno y otro sector en torno a apoyar a Michelle Bachelet en segunda vuelta en la elección pasada, demostró que dicha unión no era tal. Tres años sin capacidad accionar conjuntamente, dio cuenta de esta realidad.

Con motivo de las elecciones municipales de este año, se «reactivó» el Juntos Podemos Más, pero en la práctica sólo como pacto electoral, lo que quedó demostrado con la patética celebración en La Moneda del Presidente del Partido Comunista y de la «emblemática» Claudina Nuñez que declaraba eufórica » soy comunista, soy concertacionista». Habría sido más coherente que si había algo que celebrar lo hiciera la dirigencia del Juntos Podemos Más, todos ellos junto a sus adherentes, recordemos que nos autodenominamos «alternativa al sistema».

A estas alturas en términos de «marketing» a la marca Juntos Podemos Más todos le sacan partido, sin que sea en realidad un conglomerado coherente y realmente afincado como alternativa al sistema neoliberal.

Hoy escuchamos a sus dirigentes declarar «luchamos por un Gobierno Democrático y de Justicia Social, que supere el Neoliberalismo», «unidad programática anti neoliberal», todo ello supeditado al «vellocino de Oro» que es romper el sistema binominal, pacto parlamentario de por medio y teniendo como telón de fondo el apoyo al candidato presidencial de la Concertación en segunda vuelta y quizas si existiera la posibilidad que Piñera ganara en primera vuelta, no cabe duda que apoyarán al candidato concertacionista incluso en primera vuelta.

Los actuales dirigentes de la izquierda, deben hacerse cargo del hecho que no han sido capaces en estos 20 años de gobiernos neoliberales de levantar un proyecto alternativo a lo que representa la Concertación y la Alianza. No han tenido la capacidad política, intelectual y teórica para hacerlo .

El punto «tragicómico» es escucharlos hablar y proponer convenciones programáticas y verlos discutir los mecanismos para definir un candidato «único», lista parlamentaria, etc…. Pero digamos las cosas como son, debieran ahorrarse todo esta parafernalia y declarar de una vez que apoyarán a la Concertación en segunda vuelta presidencial y a su candidato Eduardo Frei .El presidente del PC declara «que un buen acuerdo parlamentario con la Concertación, predispone mejor a la militancia de izquierda para apoyar a la Concertación en segunda vuelta». Más claro echarle agua. Tomás Hirch por otro lado al final del día también está mirando «hacia el lado», lo mismo que le reprochaba al PC en la elección pasada.La diferencia es que ahora todos saltaron la cerca del vecino.

Para terminar de enredar el asunto, el senador Navarro deja al Partido Socialista y la Concertación y en su declaración de «despedida», plantea que será leal a la Presidente Bachellet , hasta el último día de su mandato y aspira a ser candidato presidencial de la izquierda…¿Ud. entiende algo?

Por su parte Jorge Arrate «renuncia» al Partido Socialista- la verdad es que suspende su militancia, que no es lo mismo que renunciar- para intentar ser nominado candidato de la izquierda, vendría a ser algo así como estar en comisión de servicio , y su misión alinear a la izquierda para después votar por Frei en segunda vuelta.

Hoy es posible escuchar a militantes de la izquierda sorprenderse porque «Frei ha cambiado mucho, tiene una actitud más progresista, plantea estatizar el Transantiago y además pide una nueva Constitución». Sin duda, ya está en marcha la operación de ablandamiento de los militantes de base para que acepten y beban el próximo trago amargo, que significará el llamado a votar por Frei. Espero sinceramente estar equivocado y que no sea esta la realidad que nos espera.

En la declaración emitida por los cuatro precandidatos de la izquierda -26 de enero- viene una frase de antología:

» Convocamos a construir una expresión amplia, progresista y popular que asuma el desafío de ser alternativa real de Gobierno tanto frente a la Concertación como a la Derecha, abriendo el camino de la esperanza para los trabajadores y las mayorías nacionales excluidas.»

¿Votando por Frei el candidato neoliberal de la Concertación, en segunda vuelta, se proponen ser alternativa real de Gobierno?

Es una falacia pensar que por tener uno a dos diputados se termina la exclusión, porque esos diputados saldrán elegidos con votos de la Concertación al omitirse ésta, y el sistema electoral seguira igual.

Da la impresión que la izquierda está cómoda con el panorama que tiene por delante , con un par de parlamentarios,- conseguidos con los votos de la Concertación-, para ser tomados en cuenta, ser invitados a los actos oficiales , hacer política para el porcentaje de electores que se tiene, y las pequeñas cuotas de poder a nivel comunal ganadas.

Una izquierda que vive salvando a la Concertación, por miedo a que gane la derecha , hoy por hoy encarnada en la candidatura de Piñera, no tiene nada que ofrecer en realidad al pueblo de Chile. Se necesita gente nueva, abrir las ventanas para que se airee el ambiente, hacer política pensando en los tres millones de jovenes que no están inscritos, y en los miles de chilenos que no creen en el actual sistema político.

Lo demás es ayudar a mantener el actual sistema económico y en el fondo validar lo que hoy tenemos. Es lamentable pero la izquierda chilena al parecer nuevamente jugara su papel en la mantención del sistema neoliberal, por mucho que declare estar en contra.

Se cita mucho al compañero Salvador Allende y se le pone como ejemplo, pero no se dice que a él jamás le pasó por la mente, en la elección presidencial de 1958 apoyar al candidato de la DC Eduardo Frei Montalva para impedir que ganara el derechista JorgeAlessandri , a pesar que en la elección anterior de 1954, Allende sólo había logrado el 5.4 % de los votos. Siempre tuvo claro el rumbo por el cual debía marchar la izquierda , en ese entonces nucleada en el FRAP.

Lo que más duele es que tantos chilenos dieran su vida luchando por una sociedad más justa y por una sociedad más igualitaria, y sin embargo, primero los traicionó la Concertación y ahora sus propios compañeros dirigentes.

Me permito citar a Lenin , al que no podemos negar que algo sabía de política:

(Acerca del oportunismo)

 «Hay que elegir» es el argumento con que siempre han tratado y tratan de justificarse los oportunistas. De golpe y porrazo no puede lograrse nunca nada importante. Hay que luchar por lo que, aun siendo poco, sea asequible. ¿Y cómo saber que algo es asequible? Mediante el ascenso de la mayoría de los partidos políticos o de los políticos más «influyentes». Cuanto mayor sea el número de políticos que se muestren de acuerdo con un avance, por pequeño que él sea, más fácil será lograrlo, más asequible será. No hay que ser utopistas, aspirar a las cosas grandes. Hay que ser políticos prácticos, saber plegarse a las exigencia de cosas pequeñas, las cuales facilitarán la lucha por las cosas grandes. En lo pequeño reside la etapa más segura para luchar por lo grande).

Es este el argumento fundamental, el argumento típico de todos los oportunistas, en el mundo entero .

Ahora bien, ¿qué conclusión se desprende inevitablemente de este argumento? [del argumento oportunista]. La conclusión de que no hace falta tener un programa revolucionario, un partido revolucionario ni una táctica revolucionaria. Lo que se necesita son reformas y asunto concluido.»

( Lenin O.C. tomo 11, pág. 62-63)