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Shapurji Saklatvala y la lucha contra el racismo y el imperialismo (1921-1928)

Fuentes: Rebelión

Shapurji Saklatvala fue elegido diputado por el partido laborista en la elección general de 1922, en representación del condado de Batteresa North. Perdió su asiento un año más tarde, pero fue reelecto, esta vez como comunista, en la elección de diciembre de 1923, representando al distrito de South London por cinco años hasta ser derrotado […]

Shapurji Saklatvala fue elegido diputado por el partido laborista en la elección general de 1922, en representación del condado de Batteresa North. Perdió su asiento un año más tarde, pero fue reelecto, esta vez como comunista, en la elección de diciembre de 1923, representando al distrito de South London por cinco años hasta ser derrotado por un candidato laborista en 1929. Saklatvala es uno de los cuatro comunistas que han sido electos en la Cámara de los Comunes. También se lo destaca por haber sido el primer deiputado laborista no blanco en el Parlamento.

El período de su vida política activa comprende de 1916 a 1936, donde a nivel global se conformaron varios movimientos socialistas en la arena política. Inspirado por la revolución rusa, como muchos otros en el movimiento laborista, se desplazó luego claramente hacia la izquierda. Si bien no es un miembro fundador del Partido Comunista británico, se unió al partido desde el partido Laboral Independiente en 1921. Esto fue unos pocos meses antes de la Conferencia Anual donde el ILP (Institution of Lighting Professionals) rechazó afiliarse a la Internacional Comunista. El permaneció leal siendo miembro activo del Partido Comunista Británico hasta su muerte, en 1936.

Su actividad en el partido como militante de base, miembro del Comité Central y diputado, abarca los primeros años formativos del comunismo británico. La vida de Saklatvala proporciona una interesante visión de cómo los comunistas afrontaron el aún fuerte conflicto del racismo, y cómo encararon la lucha contra el imperialismo.

La conversión de Saklatvala al socialismo se produce como resultado directo de su oposición al colonialismo. Se trasladó a Gran Bretaña desde la India en 1905, a los 30 años, cuando ya había experimentado de primera mano las injusticias del sistema colonial, y del racismo, que es su necesaria consecuencia. Dejó la India, en parte, por sus disputas con las autoridades británicas. Pero cuando arribó a Inglaterra, aún estaba lejos de ser un socialista. La rica familia Tata, a la cual estaba relacionado, como muchas otras de las clases superiores indias, eran liberales gladstonianos. A su arribo a Londres permaneció en el Club Liberal Nacional, donde su familia lo enroló como miembro vitalicio. En los años siguientes, fue el contacto de Saklatvala con los socialistas británicos lo que lo condujo a su conversión. En 1909, en Manchester, donde trabajaba como gerente departamental en Tata, se unió al Partido Laboral Independiente. De ahí en adelante Saklatvala pasó la mayor parte de su tiempo ocupado en dos cuestiones principales: el socialismo y el anticolonialismo. Si bien sus ideas socialistas, bajo el impacto de la revolución rusa, atravesaron una radical transformación, su abordaje hacia la libertad de las colonias permaneció consistente. El en todo momento buscó conformar un frente unido entre los trabajadores de Gran Bretaña y las fuerzas de liberación de las colonias.

Este abordaje se puede ver en una de las primeras organizaciones del movimiento laborista que se involucró con el antiimperialismo, la Liga por el Bienestar de los Trabajadores de la India. La Liga fue establecida por Saklatvala en 1917. Su objetivo era obtener la simpatía y ayuda de los trabajadores británicos para la causa del trabajo en la India, independiente de todos los movimientos políticos. La necesidad de un frente unido entre los trabajadores británicos e indios se expresó en una declaración de principios emitida por la Liga en 1919. La declaración fue firmada por Saklatvala y líderes de la Unión Obrera, incluido Arthur Pugh, del gremio metalúrgico. En uno de sus principios decía «que el problema laboral indio tiene que ser reconocido como un problema inglés, ya que afecta seriamente al mantenimiento de estándares de vida entre los trabajadores que compiten en una misma industria dentro del Imperio«.

La perspectiva de un frente unido de la Liga también se manifestó en su organización. Su objetivo era «reunir a representantes de las clases trabajadores de la India y Gran Bretaña de modo que se puedan ayudar mutuamente».

Con este propósito, la Liga separó los Comités indio y británico. De todos modos, ninguna propuesta era considerada como definitiva hasta que fuera aprobada por el Comité General, que estaba compuesto por miembros indios y británicos. La idea era adoptar medidas de reforma que estuvieran libres de prejuicios y que no se basaran en los propios intereses. Saklatvala fue el primer secretario del Comité Indio de la Liga en tanto Arthur Fiel, que vivía en Batteresa, era el Secretario General. Otro hombre de Batteresa, Duncan Carmichael, que luego sería consejero laborista por Batteresa y secretario del Concejo Gremial de Londres, también estaba fuertemente asociado con la Liga. Junto con Saklatvala, envió una cantidad de propuestas al Comité Selecto de la Cámara de los Comunes que emprendió reformas en la India en 1919. En el preámbulo de su reporte, bajo el título «La labor imperial», la Liga asumía ser el único organismo que combinaba un conocimiento verdadero de las condiciones económicas de la India con una experiencia práctica de trabajo en organizaciones laboralistas británicas en este país.

La Liga, desde sus primeros días, estableció su base en el movimiento del Laborismo británico. Una cantidad de gremios nacionales se afiliaron, aunque se mantuvieron varias brechas entre las organizaciones. Durante muchos años, hasta 1928, la Liga fue representante de la All India Trade Union Congress en Gran Bretaña. En representación de la Liga, Saklatvala habló ante varios congresistas del TUC. Un panorama de las bases que contribuyeron a la lucha emprendida por la Liga se puede hallar en un reporte de una conferencia impartida por miembros de la Liga en Gales, en 1928. Entonces, de 148 delegados presentes, 33 eran mineros, 25 eran cooperativistas mujeres y 20 pertenecían a gremios de comercio y otros 20 al Partido Laborista.

En un tiempo en que era fuerte el apoyo al colonialismo, aún en sectores organizados de la calse trabajadora, la Liga por el Biesnestar de los Trabajadores de la India, fuertemente influenciada por el abordaje de frente unido de Saklatvala, marcó el camino en el derribo de barreras entre los movimientos laboristas indio y británico.

Fue la misma estrategia de unidad de los movimientos de la clase trabajadora en los países imperialistas, con los movimientos de liberación nacional en las colonias, lo que inspiró la formación de la Liga contra el Imperialismo. Si bien la Liga no sólo se enfocaba en el colonialismo británico, Saklatvala ocupó un rol prominente. Formada en 1927, la Liga reunió a los movimientos de liberación nacional de los países coloniales y semicoloniales. A su congreso fundante, celebrado en Bruselas en febrero de 1927, asistieron 175 delegados de 37 países. Entre las principales organizaciones que concurrieron se destacan el Ejército Nacional Revolucionario de China, el Congreso de Gremios de China, el Kuomintang, el Congreso Nacional Indio, el Partido Nacionalista Egipcio, el Congreso de Gremios Sudafricano, el movimiento nacionalista de Indonesia y el Comité Africano de defensa de la raza negra. Además, había delegados de movimientos laboristas de países imperialistas. Los británcios estaban representados por una delegación de miembros incondicionales de los partidos laborista y comunista. Entre ellos se puede mencionar a Harry Pollitt, Arthur McManus, Helen Crawfurd, Fenner Brockway, S.O. Davies y George Lansbury. Saklatvala, que se encontraba visitando la India durante el Congreso, fue elegido como miembro del Comité Ejecutivo de la Liga pocos meses después.

Al igual que la Liga por el Bienestar de los Trabajadores, la Liga contra el Imperialismo intentó introducir el tema del colonialismo en el movimiento laborista. Si bien en los comienzos de la nueva línea, en 1929, se veía difícil la unión laboral-comunista dentro de la Liga, particularmente a nivel nacional, esto no evitó que en los primeros días la Liga realizara serios intentos por influenciar el pensamiento de la clase obrera organizada en Gran Bretaña.

En la primera conferencia nacional de la Liga celebrada en Gran Bretaña, en julio de 1928, había 343 delegados, representantes de 50 gremios y 12 cooperativas. En un gesto de solidaridad internacional, pocos meses más tarde, la Liga decidió apoyar el boicot a la Comisión Simon por parte del Congreso Nacional Indio. La Comisión Simon fue un comité creado para investigar las condiciones de vida en la India. La Liga organizó una serie de eventos públicos donde expuso el trabajo de la Comisión, y planteando el caso del Congreso. Un encuentro muy exitoso se llevó a cabo en Limehouse, al este de Londres. Limehouse era el distrito del líder laborista Clement Atlee. Atlee había sido acusado por la comisión y, a pesar de las protestas, se resistía a renunciar. Saklatvala habló en aquel encuentro, al igual que representantes del Congreso Nacional Indio. Fue un ejemplo práctico del tipo de actividad conjunta y mutua asistencia entre Gran Bretaña e India que Saklatvala intentó construir durante gran parte de su vida.

Saklatvala fue un líder indiscutible de la Liga. Su compromiso lo llevó al arresto y un breve internado en Ostende, mientras viajaba a la conferencia de la Liga en Colonia, en 1929. Junto con el diputado laborista James Maxton y el líder del mismo partido, Reginald Bridgeman, fueron aprehendidos con la excusa de que sus papeles no estaban en orden. Luego de protestas más tarde fueron liberados y les permitieron continuar el viaje. El incidente ilustra las insuficiencias de los servicios de inteligencia que operaban en aquella época. No sólo las autoridades belgas, actuando presumiblemente bajo las directivas de sus colegas británicos, pensaban que la Conferencia de la Liga se llevaría a cabo en Bélgica, también creían que Maxton y Bridgeman eran diputados comunistas. Hasta el `Daily Chronicle’ no se resistió a titular «Alguien se equivoca en Bélgica». El periódico señalaba que Bridgeman no era de hecho un diputado comunista, sino candidato laborista por Uxbridge.

En el Sexto Congreso de la Internacional Comunista de julio de 1928 hubo un intento de terminar con la Liga que fracasó. Fue unos meses antes de que Saklatvala reiterara su apoyo personal a la organización. Dirigiéndose al Comité Ejecutivo, expresó «la Liga fue algo concreto en las mentes de la gente de color. Sus esperanzas en ella han crecido y sería un error defraudarlos«. Aún en el momento más álgido de la lucha de clases Saklatvala mantuvo su compromiso por la conformación de una alianza anticolonial. Quería que la Liga fuera «una amplia organización en la cual hubiera espacio para todos los luchadores antiimperialistas sinceros, sin importar su afiliación política, siendo una condición indispensable para la membresía que la lucha contra el imperialismo se realice en forma activa y sin concesiones«.

En el campo de la política nacional e internacional, Saklatvala se propuso forjar vínculos entre el movimiento laborista organizado en Gran Bretaña y las fuerzas de liberación nacional de las colonias. También se preocupó por exponer el colonialismo a audiencias más vastas. Como diputado, se hallaba en una posición ideal para alcanzar ambos objetivos. Realizó una publicitada y larga visita a la India en 1927, donde procuró cumplimentar sus dos objetivos. Su permanencia en la India duró tres meses y fue tan exitosa que en su retorno el Gobierno Británico le negó el regreso a su país natal. Fue una decisión que se mantuvo aún bajo el Gobierno Laborista de 1929-31. Durante su visita fue reconocido por la libertad de varias ciudades indias, y se le garantizó una bienvenida oficial en Madras y Calcuta. Se encontró y dialogó con Gandhi sobre la futura dirección del movimiento nacional en India. Además, en las ciudades que visitó estableció contacto con los nacientes grupos comunistas que se habían establecido recientemente. El Partido Comunista consideró que el viaje fue muy exitoso y fue mencionado en el Noveno Congreso del Partido Comunista Británico, en octubre de 1927.

«Saklatvala viajo por la India en representación del partido durante los primeros meses de 1927, teniendo una magnífica recepción en todas partes, y abogando en particular por que el movimiento nacional adopte un programa de demandas de los trabajadores y ciudadanos. Su controversia con Gandhi sobre la cuestión de una organización de clase independiente para los trabajadores fue ampliamente difundida. Indudablemente, su visita hizo mucho por estimular el movimiento del partido, y establecer un campo de actividad para los comunistas indios. No cabe duda de que éste es el motivo por el cual el gobierno le negó al camarada Saklatvala el derecho a retornar a su tierra natal».

En India Saklatvala se encontró con Phil Spratt y George Allison, miembros del Partido Comunista Británico, que habían sido enviados por el partido para trabajar en forma encubierta, y ayudar a organizar el movimiento de unión gremial en India. Poco después de visitar a Allison, ést efue deportado de regreso a Inglaterra. En 1928 fue reemplazado por Ben Bradley, quien continuó con el trabajo de organización dentro del movimiento laborista indio. Dos días después de su visita, Bradley, Spratt y 31 activistas fueron arrestados. Fueron juzgados en Meerut, ante una corte civil inglesa, y luego de cuatro años de deliberación, los prisioneros recibieron sentencias de alrededor de tres años y su deportación de por vida. El juicio por conspiración de Meerut fue ampliamente publicitado, y a raíz de la indignación que generó, las sentencias fueron reducidas y algunos de los prisioneros liberados. Cuando Ben Bradley, cuya sentencia de diez años fue conmutada, regresó a Inglaterra en 1933, se encontró en la Estación Victoria con Slakatvala, que lo fue a recibir en nombre del partido. El hecho de que haya llevado a cabo el juicio se debe sobre todo a la labor de Saklatvala, y la del partido comunista británico, para el desarrollo del movimiento obrero organizado en India.

La actividad antiimperialista de Saklatvala también destaca la diferencia de abordaje hacia las fuerzas de liberación nacional, entre la Internacional Comunista y el Partido Comunista Británico. Bajo la influencia de M.N.Roy, la Internacional Comunista adoptó un enfoque bastante más alejado de la conciliación con la burguesía nacional en las colonias que el partido británico. Había una profunda animosidad entre Roy y Saklatva­la. Fundamentalmente diferían en la estrategia antiimperialista y en la lucha que Roy encaraba junto con la Internacional Comunista, y Saklatvala, como líder del Partido Comunista Británico. Las diferencias que tenían Roy y su esposa Evelyn con Saklatvala eran profundamente marcadas en cuanto a sus opiniones sobre Gandhi. Roy, en sus ‘Memorias’ dejó en claro su temprana oposición a Gandhi, calificándolo como un reaccionario. Esta postura era compartida por Evelyn Roy, que tenía una poderosa influencia en la Internacional Comunista por sí sola. Al escribir un artículo para `Labour Monthly’ en 1923, declaró que en la lucha por la liberación nacional «el señor Gandhi se alió definitivamente con la burguesía… en el desarrollo del Movimiento Revolucionario Indio. El señor Gandhi debe ser considerado, por lo tanto, entre los contra-revolucionarios«.

Esta visión no era compartida por Saklatvala y el Partido Comunista Británico. En un mensaje pronunciado en el congreso fundante del partido, en 1925, Saklatvala se pronunció sobre su compromiso, y el del partido, en la construcción de una amplia alianza anticolonial, como el modo de ganar autodeterminación: «Debo pedirles que recuerden que si bien la independencia económica de los trabajadores y campesinos de la India es su principal tarea, deben mantenerse unidos con las organizaciones nacionales de los indios, ya que la independencia nacional es el derecho de nacimiento de todos los pueblos«.

Mientras los Roys creían que Gandhi se hallaba firmemente en el campo de la contrarrevolución, Saklatvala lo veía como una importante figura nacional que merecía su reconocimiento. Tal fue su postura, que en su visita a la India, reconoció que un objetivo importante del viaje era hacer contacto con Gandhi. Incluso estaba preparado para reorganizar su travesía para encontrarse y hablar con el líder del Congreso. Su diálogo con Gandhi fue reproducido por completo en la prensa india, y luego publicado por el Partido Comunista Británico como un panfleto bajo el título «¿Es India diferente?».

El antagonismo entre Saklatvala y Roy se manifestó por primera vez en 1923. La Internacional Comunista había decidido establecer una agencia del Laborismo en la India. Luego de una reunión inicial en Berlín con representantes del partido británico, se decidió retirar el apoyo de Saklatvala al proyecto, ya que Roy le generaba desconfianza. Esto se reveló luego, dos años más tarde, en una Conferencia Colonial en Amsterdam, convocada por la Internacional Comunista. Saklatvala, si bien estuvo ausente, hizo saber que se oponía totalmente a trabajar con algunos de los socios de Roy. Por su parte, éste acusó a Saklatvala que tenía la manía de «ver espías por todas partes». La Conferencia reveló que estas diferencias también afectaban a las que había dentro del movimiento sindical indio. Evelyn Roy intentó contactar a Chaman Lal, líder sindical indio, en Paris, pero le dijeron que era amigo de Saklatvala, y que ambos se oponían a ella, o no tenían nada que hacer juntos.

El trabajo de Saklatvala en el movimiento antiimperialista revela el tremendo compromiso que tuvo por la libertad de las colonias. Es preciso recordar que en Gran Bretaña, durante el período que comprende la actividad de Saklatvala, había un consenso abrumador a favor del colonialismo. Los dos Gobiernos laboristas de 1924 y 1929 no hicieron intento alguno por modificar el sistema colonial ni para garantizar la independencia de la India. El juicio por conspiración de Meerut comenzó en 1930, y continuó durante el período del Segundo Gobierno Laborista, sin que éste haya hecho el menor intento por detenerlo. Si bien los partidos de izquierda propugnaban el fin del sistema colonial muchos activistas, aún dentro del movimiento obrero organizado, apoyaban las ideas de la superioridad blanca que apuntalan dicho sistema.

Las actividades de Saklatvala, particularmente en el nivel internacional, también generan dudas sobre la hipótesis aceptada de que el movimiento comunista mundial tuvo una estrategia uniforme hacia el colonialismo, y quién debía ser apoyado en esa lucha. Esto se expresó en forma concreta en el Sexto Congreso de la Internacional Comunista de 1928, pero antes ya se habían registrado diferencias significativas entre Saklatvala y Roy, que era el vocero de la Internacional Comunista en la India.

La lucha contra el racismo fue otro de los ejes de la labor y preocupación política de Saklatvala en su lucha contra el imperialismo. En el Séptimo Congreso del Partido Comunista británico se reconoció que el racismo afectaba a buena parte del movimiento obrero organizado. La Resolución del Congreso convocó a cada miembro a «emprender activamente la lucha contra los prejuicios existentes en la clase trabajadora de Gran Bretaña«. Saklatvala padeció el racismo personalmente durante sus años en la India. En un debate en la Cámara de los Comunes, en 1923, brindó una vívida descripción de una experiencia desagradable que atravesó frente a las autoridades británicas en el cambio de siglo.

«Si se me permite rememorar una situación personal que viví en relación el tema: en 1902 una plaga estaba devastando a toda la India. No sólo se trataba de un problema grave, era una cuestión de salvar vidas humanas. Había un Profesor Haffkin en aquellos días que fue el primero que tuvo algún éxito en elaborar un suero anti-plaga para su inoculación. Sus esperimentos se llevaban a cabo a gran escala. Entonces yo trabajaba como secretario de un importante comité de Bienestar en el Trabajo. El gobernador de Bombay, que por entonces había salido de la ciudad, envió un telegrama al Profesor Haffkin y me envió con ciertos datos y gráficos, previniéndome de entrar al club del hombre blanco. Finalmente, cuando ya no contaba con ningún apoyo, el mensajero del club, luego de telefonear a varios funcionarios del gobierno, me llevó al jardín del fondo del club, me condujo a través de la cocina y un pasaje subterráneo hasta el sótano, donde el Profesor había pedido recibirme porque no era un hombre blanco. Esto ocurrió hace veinticinco años«.

Saklatvala pasó los primeros treinta años de su vida en la India. Sabía lo que significaba el colonialismo y el racismo que engendraba. Por tal motivo se vio tan atraído por la revolución rusa. Los bolcheviques no sólo proclamaron su lealtada al socialismo sino que demandaban los derechos de las naciones a su autodeterminación. Para Saklatvala, la revolución rusa no sólo triunfó en derribar al capitalismo, sino que golpeó al Imperio Ruso. De este modo, cristalizó las dos creencias que él más valoraba.

El triunfo de los bolcheviques fue muy apreciado por varios miembros del movimiento laborista británico, no sólo por la izquierda. En Batteresa, barrio suburbano del sur de Londres, el apoyo a la revolución fue particularmente fuerte. Muchos activistas se afiliaron al Partido Comunista Británico, incluidos varios concejales laboristas. En 1921 era posible ser miembro del Partido Comunista y del Partido Laborista, tal como lo fue Saklatvala. Esto se pudo mantener hasta 1925, cuando se impusieron restricciones y ya no se permitió estar afiliado a los dos partidos.

Si se observan los registros del Movimiento Laborista de Batteresa desde la formación del Consejo de Gremios en 1894, no sorprende que Saklatvala haya sido su candidato. El movimiento obrero organizado de Batteresa era militantemente socialista y antiimperialista. Saklatvala era conocido por muchos activistas del Concejo Gremial de Batteresa. También era amigo de Charlotte Despard, el candidato laborista que lo precedió, quien se había retirado a Irlanda. Como Saklatvala, Despard era un antiimperialista decidido. Su mayor preocupación era Irlanda, que era reconocida por el movimiento laborista como una posesión colonial. Las demandas de liberación colonial mantuvieron cierta afinidad histórica entre India e Irlanda.

Con el transcurso de los años, el movimiento laborista de Batteresa conquistó cierta reputación en lo que respecta a la solidaridad internacional. Durante la Guerra de los Boer, el distrito de Batteresa, que estaba controlado por los consejos obreros en alianza con los liberales, manifestó su oposición al conflicto. Junto con los Consejos oberros, ayudó a establecedr el comité «Detengan la Guerra» que convocó a marchas y encuentros en apoyo de los boers. A uno de los caminos del distrito se le colocó el nombre de un general boer. Se hicieron colectas de dinero y joyas para apoyar su causa y en una ocasión varios de sus voceros se dirigieron a una multitud de 1.400 personas en el centro de Batteresa. De todos modos, aún pervivía un internacionalismo con algunos tintes racistas. En una reunión del consejo de 1903 se propuso un plan para establecer un Hospital Militar General que atendería a 20.000 soldados enfermos. El plan fue rechazado por uno de los consejeros aduciendo que «el militarismo se ha vuelto loco«, y el Consejo no prestó su cooperación. En la discusión, uno de los consejeros pro-boer dijo «el Concejo no ayudará al Gobierno a combatir a los boers o a cualquiera para el beneficio de los judíos de Park Lane«. El antisemitismo, que dio lugar al Acta Aliens [i] de 1905, estaba ampliamente extendido e influenciado por aquellos que eran antiimperialistas.

Una década después de finalizada la guerra de los boers, Batteresa nuevamente mostró su oposición al colonialismo, al elegir a T. Brogan como alcalde. Brogan era un nacionalista irlandés, y el presidente de la filial Batteresa de la Liga por la Unidad de Irlanda de Gran Bretaña. Fue un funcionario en ascenso durante muchos años. Fue descrito como el primer alcalde nacionalista e irlandés católico de Londres.

La elección del alcalde del año siguiente ocasionó aún un mayor impacto. En 1913 John Archer, un concejal laborista, fue elegido como alcalde del distrito. Archer, hijo de una pareja mixta, se describía a sí mismo como «un hombre de color». El nació en Liverpool. Su padre era de Trinidad y su madre irlandesa. Hubo muchas especulaciones en la prensa antes de la elección sobre si iba a sarlir electo, pero logró el apoyo de la gobernante Alianza Progresista, que eran mayoría en el Concejo. El era su postulante, y fue ungido alcalde al estallar la Primera Guerra Mundial. Un consejero progresista, en respuesta a un reportero que sugirió que Archer no debía ser elegido porque era de color le respondió «no reconocemos ningún tipo de prejuicios por el color en Batteresa«. Fue una respuesta que era bien cierta, aún una década después cuando a pesar de una campaña masiva de la prensa el apoyo a Saklatvala se mantenía sólido en el movimiento laborista de Batteresa. No fue hasta la implementación de la célebre resolución del Partido Laborista, en la Conferencia de 1924, por la cual se les prohibió a los comunistas ser miembros del partido, cuando este apoyo mermó. Por su firme apoyo a Saklatvala, el Partido Laborista de Batteresa y los concejos obreros fueron desafiliados. En 1926, pocos meses después, se estableció oficialmente el partido laborista del distrito. Como era de esperar, hubo una rivalidad entre las dos organizaciones en el período. Para las elecciones generales de 1929 el viejo Concejo Obrero sólo existía de nombre. En 1927 Stephen Sanders, un reconocido activista del movimiento de Batteresa, fue propuesto como candidato laborista, lo que marcó en forma efectiva el fin de la primacía de Saklatva­la, que perdió su puesto en 1929, y sus votos declinaron aún más en la elección de 1931. En la elección general de 1935, en línea con la nueva estrategia del Partido Comunista, Saklatvala pidió a sus votantes que le dieran su apoyo al candidato laborista.

Lo que es significativo es que por cinco años, desde su adopción inicial hasta 1926, no hubo desafíos a su candidatura dentro del movimiento laborista local. Cuando se plantearon desafíos, fue en respuesta a las influencias nacionales, y no a la política local, y no tenían relación alguna con el origen racial de Saklatvala.

En la primera contienda electoral, en junio de 1921, de acuerdo con el Secretario del Partido Laborista de Batteresa, fue elegido por una abrumadora mayoría. En las siguientes dos elecciones de 1923 y 1924, antes de que fuera reelecto, no hubo otros candidatos a ocupar su puesto. Es posible plantear que Saklatvala se presentaba a sí mismo dentro del movimiento laborista de Batteresa como otro socialista radical -pero éste no era el caso. Nunca negó sus orígenes raciales, y consistente con su visión de construir la unidad entre los trabajadores indios y británicos, nunca desaprovechó una oportunidad de intentar cristalizar esta unidad. Luego de su elección como candidato del partido laborista, asistió a un encuentro de indios en Caxton Hall donde disertó sobre los intereses comunes de los trabajadores indios y británicos. El público expresó su confianza en Saklatvala, y felicitó al partido laborista de Batteresa por «su política de apertura al postularlo como candidato al parlamento«. En el encuentro se pidió que una delegación de la India visitara la filial local del partido laborista para «mostrar cómo los sentimientos de los indios se pueden expresar en el mismo lenguaje de los electores de Batteresa«. Era el tipo de iniciativa que satifacía a Saklatvala. Cabe preguntarse si, habiendo recibido un apoyo tan unánime en el movimiento laborista de Batteresa, cuál sería la respuesta de sus compañeros ante los ataques que recibía en las campañas. Las evidencias sugieren que la premisa del consejero progresista tardó diez años antes de hacerse realidad: «En Batteresa no reconocemos ningún tipo de prejuicios por el color de la gente».

A lo largo de las tres campañas electorales en las que participó Saklatvala, especialmente cuando fue elegido candidato del Consejo Obrero de Batteresa, la prensa concentró su ataque en sus políticas revolucionarias más que en su origen racial. El `Daily Telegraph’ resume esta postura en su reporte de la elección de 1924. «La contienda en North Batteresa promete ser una de las más duras de la campaña, siendo el panorama bastante sombrío, como en la última elección, entre el Gobierno Constitucional y el Comunismo«. Batteresa era contemplado como «uno de los cuatro distritos rojos de la metrópolis«.Llamarlo el nervio central del Comunismo no sería una exageración«. Cuando el racismo fue utilizado por los oponentes de Saklatvala, lo hacían para reforzar su visión de que los revolucionarios eran ciertamente una rareza en Gran Bretaña. Durante la campaña de 1923, Hogbin, el oponente de Saklatvala, filtró información a la prensa de que «había bandas de extranjeros operando en el distrito«. El único objetivo de estas bandas, supuestamente, era atacar los encuentros de Hogbin. Inicialmente sólo había una banda, que Hogbin había llamado «los irlandeses rebeldes», que incluía a 20 hombres armados. Al día siguiente de su aparición los periódicos informaron que la banda había sido apoyada por otra, y Hogbin expresaba que tenía el conocimiento de que «hay dos bandas operando en la división, una de irlandeses republicanos armados y la otra compuesta por comunistas rusos del continente«. Esta visión de que el socialismo era algo foráneo fue expuesta con frecuencia en la prensa. Al comienzo de la elección de Batteresa de 1924, el Daily Mail dio el tono al sostener que «se están haciendo fuertes intentos por hacer que el libre discurso sea imposible. Al señor Hogbin se le niega el derecho a hablar en público, ya que en sus encuentros irrumpen bandas de revoltosos, en quienes se distingue un claro elemento extranjero«.

Se advierte entonces que el racismo era utilizado para denigrar al socialismo por su origen ruso, o bien que sus defensores antidemocráticos estaban vinculados a republicanos irlandeses armados. La imagen que los medios intentaron imponer era que el socialismo estaba impregnado de influencias foráneas.

Durante las campañas de Batteresa, los oponentes de Saklatvala no hicieron uso del racismo. Cuando alguien se atrevía a atacarlo por motivos raciales, enseguida recibía una dura respuesta de sus partidarios. Ante las acusaciones de los períódicos de que los partidarios de Saklatvala irrumpían en los actos de su oponente Saklatvala hizo una declaración pública donde condenó los disturbios. También dejó en claro que estaba comprometido con la participación democrática. El `Daily Herald’ informó: «El líder laborista de North Batteresa considera un error sostener en estos tiempos reuniones de partidos con representantes de un solo lado. Por consiguiente, él invita a los conservadores y liberales a sus reuniones, y se muestra dispuesto a asistir a sus mitines. De este modo espera que le otorguen tal privilegio en retorno a su postura«. Cumpliendo con su palabra, en uno de los mitines electorales celebrado en Latchmere Baths, invitó a oradores liberales y tories. Hogbin, su oponente liberal, rehusó ir personalmente pero envió como representante a Captain Godfrey. Godfrey aprovechó la oportunidad para efectuar un ataque racista a Saklatvala. Luego de elogiar la «espléndida caballerosidad» de Saklatvala por invitarlo al acto, expresó que «como representante del pueblo que era, tenía preferencia por un inglés«. La respuesta de los partidarios de Saklatvala, de acuerdo con el `Daily Herald’, fue «inmediata y ruidosa«. Se pararon en señal de protesta y el ambiente se tornó tumultuoso. Inmutable, Godfrey continuó en un tono similar y aludió a la «mentalidad oriental» de Saklatvala. Sólo la intervención del propio Saklatvala apelando a la calma permitió que Godfrey sea escuchado. Incidentes como éste muestran cómo los partidarios activos de Saklatvala, aquellos que asistían a sus convocatorias, no estaban preparados para ver cómo su candidato recibía insultos racistas. Saklatvala, por su parte, aprovechaba los mitines para denunciar aún más el nacionalismo y llamar a la unidad de todos los trabajadores. Las apelaciones de Saklatvala por la unidad sólo se extendieron a la India, Irlanda o Egipto. En su discurso de campaña de aquel año, su anticolonialismo se restringía a estos tres países. Les aseguró a sus votantes de Batteresa que él bregaba por «la inmediata transformación de las relaciones imperiales de Inglaterra con Irlanda, Egipto e India«. No mencionaba lo que ocurría en las otras colonias británicas. Conscientemente o no, Saklatvala, como muchas figuras de la izquierda de aquel tiempo, parecía soslayar las aspiraciones de liberación de los movimientos africanos. ¿Acaso suscribía el punto de vista de que estos países no estaban preparados para la independencia? Si ésta era su postura, refuerza la visión del Partido Comunista de que la mayoría de la población tenía prejuicios imperialistas. El hecho de que Saklatvala fuera indio no implicaba que fuera inmune a estas actitudes. Existe fuerte evidencia de que su contemporáneo de Batteresa, el mulato John Archer, estaba fuertemente influenciado por el chauvinismo. Archer había sido sujeto de insultos racistas cuando fue elegido alcalde en 1913. El combatió fuertemente estos ataques y fue apoyado por el movimiento laborista de Batteresa. Cuando estalla la Primera Guerra Mundial, se puso a prueba a todos aquellos que se oponían al nacionalismo, y Archer, como muchos otros cuando suenan los tambores y ondean las banderas, convocó a apoyar la causa patriótica. En un mitín celebrado en Batteresa, poco después de comenzada la guerra, la llamó «una guerra justa«. Acusó a los alemanes de ser «salvajes«, y reclamó su eliminación. Así habló a su auditorio: «miembros de la nación germana han descendido a un nivel inferior al que tenían los salvajes de los tiempos pretéritos… y este país no se detendrá hasta haber barrido a Alemania del mundo civilizado«. Continuó su prédica pidiendo un aplauso para el Imperio y la grandeza de Gran Bretaña. «Todo el Imperio está anhelante de luchar bajo la bandera británica y los alemanes ya se enterarán de lo que somos capaces«. Concluyó su arenga con una apelación a todos los presentes a que se alistaran en la armada, y se sentó para recibir una ovación de una audiencia claramente a favor de la guerra. John Archer, un mulato panafricano, ciertamente fue un referente de la lucha contra el racismo, más allá de sus palabras belicistas.

Si bien inicialmente Archer y Saklatvala trabajaron juntos en el partido laborista de Batteresa, cuando se produjo la división por la admisibilidad de los comunistas estuvieron en lugares diferentes. Archer apoyó la expulsión de los comunistas, y cuando se estableció un Consejo Laborista oficial, en julio de 1926, fue su primer secretario. Desde allí batalló contra el viejo Consejo Obrero que aún incluía a los comunistas, y apoyó a Stephen Sanders, el rival laborista de Saklatvala en la elección general de 1929. Si bien Saklatvala y Archer eran hombres de color entre la abrumadora mayoría blanca del movimiento laborista, sus carreras en la década del ’20 muestran que la política, y no la raza, era el factor determinante en definir las lealtades.

La actividad anticolonial de Saklatvala en el período 1921-1928 se centró en tres cuestiones principales: la exposición de la crueldad del régimen colonial, particularmente en la India, a los trabajadores en Gran Bretaña; el desarrollo de un movimiento comunista en la India; y la creación de vínculos entre el movimiento laborista en Gran Bretaña y el Congreso Nacional Indio. Utilizó su posición como parlamentario para reclamar continuamente en la Cámara de los Comunes por las condiciones de vida en el subcontinente. Tanto fue así que la prensa lo nombró como el diputado de la India. Fue Saklatvala quien propuso invitar al Parlamento a Nehru, el líder del Congreso.

En su trabajo en el Partido Comunista Saklatvala también representó un nexo entre el movimiento comunista de la India y el partido británico. Fue muy estimado dentro del partido y en la Internacional Comunista por su conocimiento sobre la India y el movimiento de Liberación Nacional. Esto no impidió que sostuviera una actitud crítica hacia la estrategia anticolonial de la Internacional, o ser escéptico respecto del liderazgo de M N Roy, su representante en la India. Sus puntos de vista «heréticos» suscitaron su expulsión del partido en 1928. Fue sólo debido a la resistencia del partido a adscribir a las posturas de la Internacional Comunista que mantuvo su membresía.

Saklatvala también debió afrontar otras presiones durante este período. Fueron descriptas por su secretario, Reg Bishop, en el obituario que le dedicó el Daily Worker. «Luego de un año o dos de su elección como diputado por Batteresa North, hubo varios que lo indujeron a romper con el Partido Comunista. El Subsecretariado de Estado en la India fue la menor de las tentaciones que se le presentaron si sólo emprendía un giro más ortodoxo en sus políticas». Pero Saklatvala se rehusaba al conformismo y continuó siendo una espina en el costado del «establishment» hasta varios años después de finalizada su carrera parlamentaria. Sus actividades, tanto como comunista como antiimperialista, han dejado su huella, y las estrategias que propuso continúan planteándose ochenta años después.

Nota

[i] Ley de control y registro inmigratorio cuyo objetivo primordial era controlar a la inmigración judía proveniente del este de Europa.

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