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Sigamos desatando la ira anticapitalista

Fuentes: Rebelión

No temo equivocarme que esta es la auto consigna que todo habitante del mundo, amante de la sobrevivencia de la especie humana y la naturaleza, debemos seguir acometiendo con toda la furia acumulada en siglos de la existencia perniciosa de este sistema que nos está llevando cada día que pasa hacia el cataclismo universal, por […]

No temo equivocarme que esta es la auto consigna que todo habitante del mundo, amante de la sobrevivencia de la especie humana y la naturaleza, debemos seguir acometiendo con toda la furia acumulada en siglos de la existencia perniciosa de este sistema que nos está llevando cada día que pasa hacia el cataclismo universal, por su afán de seguir siendo el gendarme del mundo al querer seguir reciclando un sistema, depredador y genocida que ya no lo tolera ni la humanidad ni la naturaleza.

La historia y la experiencia nos indica que los pueblos desde el comienzo de su existencia siempre estuvieron en lucha permanente por su sobrevivencia y procreación de la especie, en contra de las condiciones naturales adversas y luego en contra de quienes comenzaron a apropiarse del esfuerzo y el trabajo de los demás. Se necesitaron siglos para transitar el esclavismo, luego el feudalismo para llegar al sistema que hoy se está convirtiendo en el sepulturero de la humanidad, el capitalismo con todos sus modelos, basados fundamentalmente en la explotación del hombre por el hombre, o con dictaduras fascistas o con la implantación abusiva y engañosa de sistemas de gobiernos «democráticos», que no son otra cosa que dictaduras de las clases dominantes, con el membrete postizo de la «democracia representativa». Este guión usado por el imperio norteamericano y sus satélites, lo apoyan y lo veneran hasta cuando les son útiles a sus intereses, pero cuando algunos pueblos pretenden zafarse del círculo de la sumisión al imperio, es el inicio del calvario de las naciones que se atreven a transitar por el camino de la independencia, la soberanía y más allá la liberación nacional.

Estos pueblos son catalogados como «un peligro para los EUA», y lo más grave de todo esto es que los segregados y pobres de estos países llamados del «primer mundo», hasta el día de ayer creían en casi todo lo que le desinformaban sus respectivos gobiernos, tan era así la cosa, que siempre cuando invadieron y cometieron genocidio en otras naciones fuera de sus fronteras, se ufanaban de tener el consenso y apoyo de la mayoría de sus pueblos, salvo honrosas organizaciones políticas, tendencias y grupos sociales que en forma aislada, siempre se opusieron a los desmanes del sistema, pero las mayorías por error o por omisión se jactaban de las fechorías de sus gobiernos.

Después de las dictaduras fascistas e intervenciones sangrientas en Suramérica, auspiciadas y fomentadas por el imperio norteamericano y su sistema. El apoyo permanente al sionismo Israelita para masacrar el pueblo Palestino, Vietnam, Irak, Afganistán y Libia con la permanente amenaza sobre otras naciones como Irán, Venezuela, Siria Son realidades vergonzosas que forma parte de la hoja de vida criminal del imperio norteamericano y la complicidad activa o pasiva de otras potencias mundiales que abrazan o se acercan al sistema capitalista, pero hoy la situación del sistema y sus respectivos pueblos, ya no es la misma de ayer.

Los pueblos del norte y de otras latitudes hace rato comenzaron a «indignarse», y como van pasando los días van afinando la puntería de su rebelión, primero sólo pedían «democracia real», hoy inclusive en las entrañas de la bestia los EUA, se oyen voces que quieren «revolución», ya avanza la consciencia de que la única forma de solucionar todos los problemas de la humanidad y el planeta, es derrotar al sistema capitalista, ya no se necesitan más pruebas que las que el mundo esta viviendo para aseverar que el sistema es inmoral, porque no respeta ninguna ley internacional, es incapaz porque basa su despilfarro en el saqueo a los demás, es egoísta por que acumula por medio del engaño y la fuerza, la riqueza en manos de unos cuantos en desmedro de la gran mayoría ,es genocida por que asola y destruye asesinando a pueblos enteros, y hoy por sobrevivir amenaza con una catástrofe nuclear.

Aquí, y en todas partes, nosotros los pueblos tenemos que parar toda esta situación, sigamos desencadenando la ira acumulada por cientos de años contra este sistema que demostró que ahondó los problemas de la humanidad y del planeta, que ya no tienen razón de existir, las relaciones de producción ya no se corresponden. Necesitamos gobiernos de todos y para todos, ya no sirven los remiendos. Vamos por la paz con dignidad, la soberanía y la libertad en un mundo de iguales. Este sistema para pesar de Fukuyama, se «enfangó en la historia» y no merece sobrevivir.

* El autor es ex Dirigente de la Central Obrera Boliviana (COB)

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.