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Entrevista con Dan Contreras

«Sin casco, ni uniforme»: un colectivo antimilitarista

Fuentes: Rebelión

«Chile no está preparado para una democracia, aquí son todos brutos, tiene que haber alguien al mando que gobierne al resto«. Poco más o menos estas fueron las palabras de Diego Portales uno de los fundadores del estado chileno, ideólogo de la constitución de 1833. «Hoy en día ese espíritu militar sigue estando muy presente […]

«Chile no está preparado para una democracia, aquí son todos brutos, tiene que haber alguien al mando que gobierne al resto«. Poco más o menos estas fueron las palabras de Diego Portales uno de los fundadores del estado chileno, ideólogo de la constitución de 1833. «Hoy en día ese espíritu militar sigue estando muy presente en nuestra sociedad.» De esto y de otras cuestiones sobre su país, nos habla Dan Contreras compañero de Ni Casco ni Uniforme, colectivo antimilitarista chileno del que forma parte.

Dictadura y neoliberalismo

Aprovechando su condición de historiador, Dan analiza la historia reciente de Chile para ponernos en contexto. Se trata de un país joven con tan sólo 200 años. Fue fundado tras lograr la independencia mediante una élite aristocrática que mantuvo al pueblo alejado de la construcción del nuevo país. Así la identidad nacional está marcada por la cultura militar y la jerarquía de mandos. Pero sin duda la historia que ha marcado a las recientes generaciones chilenas, es la del golpe de estado contra Salvador Allende y la posterior dictadura de Augusto Pinochet.

En 1970, Allende gana las elecciones con un programa de socialismo radical. «Inicia una economía participativa, se forman cooperativas industriales de lógica autonomista y contando con la participación de los trabajadores. Se elaboran nuevas políticas educativas también en la línea de la participación y un plan de reforma agraria.» Sin embargo en 1973 el general Pinochet y sus militares acaban con todo. La dictadura es una época de matanzas, secuestros y desaparecidos, la personalidad chilena de hoy, está marcada por estos hechos. Pero además de la terrible situación creada por el gobierno militar, Chile fue el primer país en la historia donde se aplicaron las políticas neoliberales. «Se privatizaron las empresas nacionales y los servicios básicos, también las universidades y escuelas y por ende la educación. En un contexto social represivo se elabora en 1980 una constitución neoliberal que garantiza la propiedad privada pero no la educación que queda como responsabilidad de las familias no del estado. A día de hoy hay mucha gente que sigue siendo pinochetista y pro-dictadura, gente que está sentada en el parlamento, que manejan la economía y toma decisiones importantes que afectan a todos. En los 90 se creó la imagen de que la democracia cambiaría las cosas pero todo cambió para no cambiar. No hubo transición si no un acuerdo entre los políticos nuevos y los de la dictadura.»

Chile es un país muy poco latinoamericano, de este modo fue creado. «Se considera asimismo como el «blanco» de Sudamérica, el europeo. Hay niveles de discriminación altísimos con los países vecinos.» Este perfil de la identidad chilena se debe a la herencia de los políticos de la dictadura y más aún desde principios del XIX con la discriminación al indígena y las guerras contra Perú y Bolivia por los mismos motivos. Hablamos de un país totalmente centralizado, todo sucede en Santiago y existe la idea de que el centralismo es bueno, algo lógico. El sector primario tanto la agricultura como la minería son importantes en la economía. «Las relaciones laborales en ambos campos están muy marcadas por la jerarquía patrón-obrero, terrateniente-campesino. Se ha generado un perfil de sumisión.» Tras la dictadura militar hubo generaciones que se reprimieron a ellos mismos. «Es la gente que cree firmemente lo que dice la televisión, que no salen a las calles, no interactúan con los vecinos. En tiempos de la dictadura el vecino podía ser un soplón, la manera de mantenerte seguro es no tener contacto con los otros. Esta herencia que llega hasta hoy es muy útil a las políticas neoliberales.»

Pero también es cierto que toda esta represión ha generado unas resistencias, no sólo a nivel ideológico sino también en la práctica. «Lo han hecho los movimientos estudiantiles, los ecologistas contra los proyectos extractivistas, los obreros en las huelgas. Todo esto está aflorando a día de hoy.»

La generación guacha

Guacho es una palabra para referirse de forma despectiva al huérfano. La generación guacha es la de aquellas cuyos padres fueron desaparecidos o asesinados por la dictadura, fueron torturados o tuvieron que exiliarse. Esta generación conserva esa memoria histórica pero sin embargo carece de referencias políticas por el largo tiempo que duró la represión. Son estos guachos y guachas los que han conformado el potente movimiento estudiantil chileno. «Son los primeros que empiezan a salir masivamente a la calle, algo que no había ocurrido en décadas, se enfrentan a la policía sin el miedo a ser asesinados y generan acciones preparadas y muy debatidas. Se han posicionado decididamente en contra de la ley orgánica pro-privatización para la educación, elaborada en tiempos de la dictadura.»

La idea de que para tener una buena educación es necesario pagarla está generalizada. Se ha normalizado que quien quiera pasar los exámenes de reválida y selectividad debe pagarse clases particulares. «De este modo los más pobres quedan excluidos y sin posibilidad alguna de acceso a la universidad. Son los estudiantes antes que sus padres, sus profesores o los políticos quienes han salido a protestar a la calle, los de secundaria antes incluso que los de universitarios. Aunque se consiguió modificar la ley, se mantuvieron muchas de las características más discriminatorias; sólo quien paga llega a la universidad y por ello las manifestaciones siguen presentes.»

En Chile las desigualdades entre ricos y pobres son muy grandes, luego está la masa social de la clase media, bastante controlada y que pone trabas a los procesos de cambio. «Por un lado están de acuerdo con los fines que persigue el movimiento estudiantil, una mayor calidad educativa y un buen acceso a la universidad pero condenan las formas. Padecen la manipulación mediática de los grandes medios que muestran los enfrentamientos con la policía como único argumento y verdadera naturaleza violenta de los estudiantes.» Todo se descontextualiza y se criminaliza a los encapuchados como si fueran terroristas que quieren acabar con todo, logrando generar desconfianza y miedo en la sociedad. Cuando los estudiantes se encierran en los colegios y toman las universidades los medios los tratan de vagos que quieren perder clase y sólo pretenden aprovechar para emborracharse. «Pero es que la gente no tiene tiempo real para enterarse bien de lo que ocurre, la gente vive acá vive para trabajar. Recuerdo que el tecnicismo triunfó en Chile, el neoliberalismo fue exitoso y eso no es sólo una cuestión económica, condiciona la vida de la gente.»

La sociedad militarizada

El compañero Dan también quiere analizar la importancia de la cultura militar en la sociedad chilena más allá de lo que refiere a la idiosincrasia de los ejércitos. «No se trata sólo de los uniformes y los héroes de la patria, lo militar está arraigado en el imaginario colectivo. Hablamos de un país donde el servicio militar es obligatorio y donde cada año aumenta el número de mujeres que se alistan voluntariamente. Los jóvenes de 18 años que no llegan a estudiar van directos a hacer la mili. «Esta gente no tiene recursos y se convertirán en mano de obra barata y bien adiestrada según la disciplina militar.» Toda esta cultura de las órdenes y las jerarquías genera una imagen de cómo deben ser las relaciones sociales, cómo debemos relacionarnos con los otros. «No se trata de un tema meramente estético sino que va mucho más allá, es la manera de ver el mundo, de entenderlo. El militarismo nunca es reformista, siempre es conservador, no está por los cambios. Los movimientos sociales son mal vistos por ese intento de trasformación social que los caracteriza, por defender el aborto, la igualdad entre hombre y mujer o los derechos de los homosexuales. La militarización social es una cuestión cultural, penetra en la sociedad sin necesidad de imponerse físicamente y por la fuerza.» Se hace desde bien pequeños; la uniformidad, el orden, la patria son valores bien inculcados socialmente, propios del ámbito militar y que se trasladan con precisión en las escuelas. «Allí los niños pasan 7 horas diarias con profesores que tratan de dispersar los focos de resistencia en sus clases. Toda una terminología bélica está presente.»

La cuestión anarquista

Por su propia naturaleza el pensamiento anarquista ha sido perseguido a nivel planetario por las instituciones defensoras de la propiedad privada. En Chile la represión se ha dado según momentos, como el propio movimiento. A principios de 2000 florecen enfoques innovadores en el ámbito libertario orientados a la educación, el arte o la colaboración con la comunidad, también otros más políticos. Es en 2009 cuando comenzó una caza de brujas en las que se asaltaron centros okupas y que tuvo su punto álgido con el llamado Caso Bombas. «Se colocaron varios artefactos explosivos en distintos puntos de Santiago que explotaron sin causar víctimas, lo que dio pie a amplios registros y allanamientos a centros de ámbito libertario. Todo sucedió en un contexto de mucho movimiento social, estudiantes, ecologistas, trabajadores pero se buscó en los anarquistas un chivo expiatorio. No se les persigue porque estén liderando estas protestas sino porque la imagen que se está dando del país no favorece las inversiones y la represión a los anarquistas resulta un blanco fácil para poder decir que se está actuando para controlar la situación.» La muerte de Mauricio Morales al explotarle uno de estos artefactos que portaba en su mochila, hace que el estado se vuelque definitivamente en culpabilizar al movimiento anarquista y 14 jóvenes son detenidos en un proceso encabezado por el fiscal Peña. «Éste presenta pruebas tan absurdas como una bicicleta, medio de trasporte por excelencia de los anarquistas. En 2012, tras 8 meses de prisión, los jóvenes son absueltos sin que se hubiera podido probar los cargos que se les imputaban.» A día de hoy, Francisco Solar y Mónica Caballero se encuentran detenidos acusados de hacer explotar una bomba en la basílica del Pilar de Zaragoza.

Toda esta persecución sobre los centros ocupados obligó a los anarquistas a mantenerse en guetos. «Se generó mucho temor pero también muchas muestras de solidaridad y muchas ganas de hacer cosas. A veces es tanta la presión que uno no alcanza a ver pero la represión de alguna manera también ha servido para rehabilitar el movimiento

Las políticas extractivistas

Otro de los temas de los que Dan pasa a explicar es el de las luchas ecologistas contra los proyectos de extracción de recursos naturales que atacan el medio ambiente. «La extracción minera es uno de los negocios más fuertes que se dan en el país. Uno de los proyectos que ha encontrado una mayor resistencia es el de Pascua Lama en el norte, donde actúa la multinacional Barrick Gold, dedicada a la extracción de oro a nivel mundial.» Este proyecto involucra tanto a Chile como a Argentina y se aprobó en 2001. La provincia de Huasco en la parte chilena, donde se cultiva bastante, las perforaciones en la montaña afectarían a glaciales milenarios y contaminarían las aguas de los ríos de los que dependen los campesinos y los indígenas de la zona. «Así, se generó un amplio movimiento de resistencia en el que participaron tanto los ecologistas como la población autóctona. El ejército no ha intervenido para cuidar la imagen y dado su carácter pacífico y diverso estos activistas tienen bastante presencia en los medios.»

Otro caso es el de HidroAysén, en el sur. Se trata de un proyecto de centrales hidroeléctricas en la Patagonia chilena que se justifica por la necesidad de abastecer de electricidad a todo el país pero el movimiento Patagonia sin Represa ha trabajado para contraargumentar este proyecto y su supuesta necesidad. «Ambos proyectos están paralizados y posiblemente el de HidroAysén se cancelará definitivamente

El pueblo Mapuche

Los mapuches (la gente de la tierra) abarcaban originalmente todo Chile y parte del sureste de Argentina. Se trata de un pueblo en constante resistencia, fuertes luchadores que hicieron frente a los españoles con éxito. En el siglo XIX con la creación del estado nación aparece un nuevo enemigo, el criollo. «Con el llamado proceso de pacificación de la Araucanía se pretendía colonizar sus tierras con la llegada de colonos holandeses, suizos y alemanes principamente, desplazando a los mapuches hacia el Alto Bio-bio una zona menos productiva. La intención era quedarse así con las mejores tierras argumentando la necesidad de mejorar la economía del país.» Por las mismas fechas fueron totalmente exterminados en Argentina.

Los mapuches no son un grupo homogéneo, tienen sus juntas comunes pero viven en pequeñas comunidades independientes. Actualmente son el 9% de la población chilena aproximadamente. Muchos de ellos se encuentran en la capital, Santiago. «Sus demandas están en relación con su autonomía jurisdiccional y de organización y que ambas sean respetadas por el gobierno. Otra de sus reivindicaciones es la del reconocimiento de su identidad y de su forma de entender el mundo. Los mapuches exigen el respeto por sus tierras a las que pertenecen, donde están enterrados sus antepasados, donde se levantan su memoria y su cultura.»

Fuera de Chile los mapuches encuentran más apoyos que dentro del país. «El indígena se ve muy alejado de la sociedad, se entiende que lo que persiguen es algo que pertenece al pasado, que su cultura está caduca y no se genera empatía con su causa.» En Chile su lucha no es popular debido a la propia naturaleza de su resistencia, queman camiones y casas de colonos, lo que se interpreta como actos de terrorismo. No está probado que estas acciones sean perpetradas por mapuches aunque algunos grupos más radicales entre ellos sí han reivindicado algunosde estos actos. Un caso que puede servir de ejemplo en este sentido es el de los Luxinger, una familia de colonos suizos que ocuparon y se establecieron en tierras mapuches desplazando a la población local. «Los mapuches respondieron quemando su casa con dos personas dentro. Los medios hablaron de la barbarie del indio contra el hombre blanco y se movilizó todo el aparato jurídico en busca de los culpables. En este caso, aunque no se sabe si realmente fueron mapuches quienes incendiaron la casa, ya hay una persona condenada por ello.» La cosa cambia radicalmente cuando el muerto es un comunero mapuche, entonces difícilmente se encuentra a los responsables, los medios apenas prestan atención al caso y se va perdiendo el hilo hasta que termina por desaparecer de los noticieros.»

A lo largo del siglo XX y el XXI sus luchas están muy relacionadas con la aparición de los proyectos extractivistas y la presencia militar en sus zonas. «La zona mapuche en la cordillera tiene los caminos tomados por militares que paran a todo aquel que pretende acceder a la zona. Cuando una comunidad es intervenida se allanan sus casas, sus escuelas y sus hospitales sin distinción. La ONU interpeló al gobierno chileno por aplicar la ley antiterrorista contra los mapuches.» Sin embargo la política estatal está muy lejos de acercarse a una resolución del conflicto, incluso cuando el intendente de la Araucanía, Francisco Huenchumilla, manifestó un discurso cercano al pueblo mapuche fue llamado al Senado para dar explicaciones sobre su posicionamiento. «Otra de las estrategias del estado es la política de testigos ocultos, que fácilmente da pie a montajes, siendo muchos los detenidos por este método. Actualmente hay más de 500 mapuches presos.»

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.