Estudiosa de la realidad latinoamericana y de los movimientos populares, Harnecker analiza el proceso político venezolano. En diálogo con Segundo Enfoque la psicóloga y periodista chilena opina sobre la figura del líder bolivariano y su proyecto. Asimismo se refiere a la coyuntura política y económica, a los medios de comunicación y a una posible integración […]
Estudiosa de la realidad latinoamericana y de los movimientos populares, Harnecker analiza el proceso político venezolano. En diálogo con Segundo Enfoque la psicóloga y periodista chilena opina sobre la figura del líder bolivariano y su proyecto. Asimismo se refiere a la coyuntura política y económica, a los medios de comunicación y a una posible integración regional.
Luego de graduarse de Licenciada en Psicología en la Universidad Católica de Chile, en 1962, se dirigió a Francia. En esa época de efervescencia política y cultural, estudió con Louis Althusser, uno de los principales teóricos del marxismo. Más adelante, en 1969, su libro «Los conceptos elementales del materialismo histórico», se convirtió en un emblema para miles de latinoamericanos.
Hoy, Marta Harnecker dirige el centro de investigaciones Memoria Popular Latinoamericana (MEPLA), con sede en La Habana, Cuba, donde reside desde el golpe militar chileno. Observadora de los procesos de transformación social, ha divulgado trabajos y ensayos sobre distintas experiencias en América Latina. En los últimos tiempos, se ha dedicado al análisis de la llamada «revolución bolivariana». En ese sentido, entre sus más recientes libros se destacan: «Hugo Chávez Frías. Un hombre, un pueblo», en agosto 2002, y «Militares junto al pueblo», en abril de este año.
En el documento «Democracia y participación popular», presentado en el Encuentro Mundial de Solidaridad con la Revolución Bolivariana (10-04-03), Ud. sostiene que Chávez no es un dirigente populista sino revolucionario ya que no transforma «al pueblo en un mendigo que se acostumbra a pedir y a esperar de ese líder la solución de sus problemas sino que busca que el pueblo crezca, se organice, y vaya prescindiendo cada vez más de su liderazgo». ¿En que medidas y acciones concretas puede visualizarse esta postura?
Yo presencié una. Un campesino se le acercó en Puerto Cruz, donde fue a inaugurar una escuela, pidiéndole un camioncito para sacar sus productos agrícolas a la ciudad. ¿Y qué hizo él en aquella ocasión? Además de preguntarle por su familia, por su por su trabajo, le dijo que para conseguir un camioncito debía organizarse, buscar otros campesinos en su misma situación y formar una cooperativa. Y encomendó a una autoridad de la región que una vez hecho esto, se le entregara el camión que pedía.
Por otra parte el está siempre promoviendo la organización del pueblo de la más diversas maneras. Y es capaz de reconocer liderazgos naturales aunque estos líderes tengan posiciones críticas a algunas de sus iniciativas. Un ejemplo concreto de esto es el apoyo público que ha dado a Ramón Machuca, secretario general SUTISS, un poderoso sindicato siderúrgico. Este líder, aunque apoya el proceso de cambio que se está dando en Venezuela, es muy celoso de mantener una absoluta autonomía sindical frente al gobierno y por ello no ha aceptado asistir a reuniones de trabajadores en que Chávez aparece en un papel protagónico.
Tú sabes además que él es un convencido de que «los problemas de la pobreza sólo se pueden resolver dándole poder a los pobres.» Esta idea la ha estado repitiendo constantemente en estos últimos meses y actuando en consecuencia. El desarrollo de las contralorías sociales para combatir la corrupción y de los consejos de planificación urbana van en ese sentido.
El carisma y la personalidad de Chávez han contribuido a construir un mito entorno de su figura. En varias ocasiones, aparece como un «pastor», «protector», etc., que retroalimenta la leyenda. ¿Esto no se contradice con el propósito de promover la participación popular, de dar protagonismo al pueblo?
Lo que él hace precisamente es usar su liderazgo para estimular a la gente a organizarse, trata de que aprenda a resolver los problemas por sí misma. Yo lo veo como un liderazgo que es usado para ayudar a construir el sujeto social y político protagónico del proceso revolucionario.
Puertas adentro
El pasado 19 de agosto la gestión de Hugo Chávez cumplió la mitad de su mandato. El escenario político venezolano ha mutado. Y, mientras un amplio sector de la sociedad defiende el proyecto bolivariano, otro promueve la realización de un referéndum revocatorio para remover al presidente.
Tengo entendido que la base de apoyo más importante de Chávez sigue estando conformada por los sectores populares y las Fuerzas Armadas. ¿Qué pasa con la clase media?
En Venezuela, como en Chile, uno de los objetivos de la estrategia opositora ha sido el de minar la base social de apoyo al proceso y sin duda que son los sectores medios, especialmente profesionales y técnicos, los más susceptibles de ser trabajados en este sentido. Son ellos los que más reciben el bombardeo mediático. Mientras los sectores populares no tienen dinero para comprar los periódicos y han decidido boicotear los canales de TV opositores; forma parte de la cultura de los sectores medios señalados el estar «bien informados», lo que en Venezuela significa estar sistemáticamente desinformado y, en muchos casos engañado por falsas informaciones que estos medios divulgan sin la menor preocupación ética.
Usando la guerra mediática y aprovechándose de las debilidades, errores y desviaciones de personeros del gobierno y del propio Chávez -quien, por lo demás, suele dirigir sus discursos de alto contenido pedagógico a los sectores populares más pobres, sin hacer grandes esfuerzos por lograr llegar a las capas medias-, la estrategia opositora logró convencer a importantes sectores medios de la necesidad de sacar a Chávez del gobierno.
Pero la actitud fascista del equipo de gobierno golpista encabezado por Carmona abrió los ojos a muchos de estos sectores que empezaron a recapacitar y a entender que no había solución para el país sin contar con el liderazgo de Chávez.
Entonces, quiere decir que hubo un punto de inflexión luego del golpe…
Empezaron a surgir entonces diversas iniciativas de sectores medios en apoyo al proceso: uno de ellos es de las llamada «Clase media en positivo», otra la de los profesionales con Chávez, etcétera.
Pienso que otra cosa que a ayuda a abrir los ojos a sectores medios es el sabotaje petrolero y el cierre de escuelas durante el intento de paro del país que comienza el 2 de diciembre del 2002 y se prolonga hasta febrero del 2003, medidas que los afectan a ellos mismos. ¿Cómo era posible aceptar que para lograr el objetivo de sacar a Chávez del gobierno, se destruyera la principal riqueza del país y se afectara la educación de niños inocentes, hijos de muchos de esos sectores?
Por otra parte, como es cada vez más evidente el contraste entre la realidad y la distorsión de ésta que hacen los grandes medios, ya la campaña mediática en contra del gobierno ha comenzado a generar efectos negativos. Aquellos sectores que se movilizaron, por ejemplo, en la marcha de abril del 2003, cuando se suponía que la oposición iba a celebrar el primer aniversario del golpe con una gran demostración de fuerzas, y constataron cuán reducida era esa movilización comparada con lo esperado, y luego vieron por la TV imágenes trucadas de una masividad que nunca tuvo dicha concentración -se coloca imágenes de concentraciones exitosas anteriores como si ocurrieran en el presente- se sienten engañadas y manipuladas. Se empieza entonces a producir un distanciamiento crítico frente a los mensajes de la propaganda opositora.
Conozco el caso de una muchacha, una profesional altamente calificada que trabajaba en una transnacional y que tuvo la oportunidad de ver el documental de Kim Bartley: «La revolución no ha sido televisada» sobre el proceso. Al ver en él otra realidad de país se sintió tan shockeada que su primera reacción fue la de abandonar el trabajo en esa empresa y pasar a trabajar en apoyo al proceso.
Eso no quiere decir que todavía no quede mucho por hacer en relación con este sector.
¿Qué es lo que ocurre con el movimiento estudiantil?
Hay que aceptar que una parte importante del estudiantado universitario no ha estado a favor del proceso revolucionario. Esto puede explicarse en parte por el carácter elitista de las universidades venezolanas. Sin embargo, desde mediados del año pasado se empezó a hacer un trabajo en este terreno con la creación de la Fuerza Bolivariana de Estudiantes, que ha ido creciendo a lo largo y ancho del país. Como fue un movimiento organizado desde arriba y no desde la base estudiantil, este movimiento tiene como una de sus futuras tareas la elección democrática de su liderazgo.
Además hay dos iniciativas recientes que me parecen muy interesantes: por una parte la idea de crear un grupo del Proyecto «Clase media en positivo» que reúna exclusivamente a los jóvenes para participar en diversas tareas de la revolución. Por otra parte, se ha puesto en marcha del proyecto de Universidad Bolivariana de Venezuela, con sede en diversos Estados del país, para permitir el ingreso a la universidad a todos aquellos estudiantes de sectores populares que no habían podido hacerlo durante las últimas décadas por el carácter discriminatorio de los exámenes de admisión. Son decenas de miles de jóvenes y no tan jóvenes los que se están inscribiendo para ingresar a la Universidad.
Se trata de un gran esfuerzo que está realizando el gobierno para combatir el elitismo de las universidades existentes. La idea es usar instalaciones que puedan ser liberadas por instituciones del Estado, gracias a un uso más racional de los espacios. PDVSA en Caracas, por ejemplo, cedió todo un edificio para este fin.
Se piensa en una universidad descentralizada, que llegue a todo el país y que funcione en los barrios. Chávez ha sugerido que se usen los mismos edificios que albergan a las escuelas bolivarianas. La idea sería aprovecharlos de noche para impartir clases de nivel universitario.
Todos estos nuevos estudiantes recibirán una formación integral orientada a hacer de ellos una cantera de cuadros para llevar adelante el proceso de desarrollo endógeno antineoliberal propuesto por Chávez. Te puedes imaginar el agradecimiento de esta gente hacia el gobierno.
Se me ocurrió la idea de que sería muy bonito que académicos de distintos países solidaricen con este proyecto y viniesen a impartir clases durante una semana o quince días. Podría estructurarse algo así como una cátedra latinoamericana con profesores de distintos países.
En «Venezuela: una revolución sui generis» (24-01-03), Ud. describe los obstáculos dentro de MVR como partido que gobierna, y señala el llamado del presidente a refundar MBR 200 -con la intención de convertirse en un ‘movimiento de movimientos’- y el impulso a los círculos bolivarianos. ¿Cómo evoluciona esta propuesta? Y, por otro lado: ¿Qué pasó con el Comando Político de la Revolución?
Creo que habría que recordar que desde que se inicia el proceso, Chávez tiene clara la necesidad de una conducción unitaria del mismo. No bastaba sólo contar con un partido, su partido, el Movimiento V República, era necesario aglutinar a todos los partidos que estuviesen por apoyar el proceso, de ahí la iniciativa inicial del frente político llamado Polo Patriótico, instrumento político que resulta muy útil para el proceso constituyente y las mega elecciones del 2000, pero que luego se fractura al pasar a la oposición algunos sectores que lo componen. El desarrollo del proceso revolucionario, y la necesidad urgente de organizar al pueblo en diferentes redes de apoyo al proceso llevan a Chávez a la idea de relanzar el MBR 200 con la idea de acercar a la dirigencia política, demasiado enclaustrada en las tareas institucionales, a los sectores populares que apoyan al proceso. Había que reactivar la organización popular, los círculos bolivarianos. Chávez tiene claro que sin pueblo organizado no hay proceso revolucionario. Y gracias a ese impulso se produce un gran crecimiento de los círculos bolivarianos. Actualmente hay más gente organizada en ellos que en cualquier partido político del país.
Junto a esta iniciativa el presidente crea el Comando Político de la Revolución para conducir la batalla. Su función es: prever, planificar, diagnosticar, impulsar, organizar y movilizar. Reúne a dirigentes políticos de los partidos que apoyan al proceso y a dirigentes de las fuerzas bolivarianas (mujeres, campesinos, trabajadores, estudiantes). Pero esta iniciativa no funciona. Prueba de ello es que la respuesta al golpe de abril del 2002 no tuvo ninguna conducción política. Creo que su deslucido papel se debe a que Chávez no se involucró personalmente en el Comando. Coincido con García Ponce, a quien el presidente designó como máximo responsable, que sin la presencia permanente del Presidente en la conducción política unitaria no es posible llevar adelante una iniciativa de este tipo en los momentos actuales del proceso. La autoridad personal de Chávez es la única garantía de vencer los múltiples y complejos obstáculos que se oponen a desarrollar la unidad de las fuerzas revolucionarias a niveles superiores. Por otra parte, la función de este Comando era sólo de asesoría o de coordinación. Nunca tuvo un real papel de dirección colectiva.
En estos momentos se está impulsando una nueva iniciativa de coordinación política: el Frente Nacional Patriótico. El gran desafío a mi entender -además de lograr superar el espíritu de cuerpo con el que suele trabajar cada agrupación política- es el de lograr involucrar en esta iniciativa no sólo a los líderes formales de los diversos partidos sino a los líderes reales, muchos de los cuales han ido emergiendo en el proceso mismo de lucha. Y la primera tarea es detectarlos. No hay otro camino que un contacto directo con el movimiento popular organizado.
¿Cómo ve el escenario para el referéndum revocatorio?
Me parece bastante sintomático que la oposición se haya decidido a entregar firmas recogidas en febrero para iniciar en agosto el proceso revocatorio. Eso refleja una gran debilidad por varias razones: ellos saben que esas firmas no son válidas no sólo porque muchas de ellas se falsificaron usando datos informáticos bancarios – conozco gente que aparece firmando y nunca lo hizo-; sino porque desde febrero hasta agosto ha pasado ya medio año y la situación ha cambiado mucho. El sabotaje petrolero, el cierre de escuelas y el eterno anuncio de la caída de Chávez que choca con la realidad de un presidente que sale fortalecido de cada intento opositor por derrumbarlo, han ido haciendo despertar a cada vez mayores sectores de las capas medias. Muchas personas que entonces firmaron por la salida de Chávez -influidas por la situación de caos en que se encontraba el país atribuida a su gestión- aunque mantienen sus críticas a Chávez, se han distanciado de la oposición militante y no están dispuestas a seguir sus orientaciones desestabilizadoras. Sostener que las firmas de febrero son válidas hoy sería como decir que los resultados de una encuesta realizados 6 meses atrás serían válidos hoy.
Cabría preguntarles por qué si ellos dicen haber recogido en el pasado las firmas necesarias en solo un día, no se deciden a ir a una nueva recolección de firmas realizada de acuerdo a las reglas del juego establecidas, para evitar las objeciones legales que puedan surgir.
Yo creo que en este momento el tiempo está jugando a favor del presidente. Un indicador de esto es la actitud que ha adoptado del sector empresarial privado. Este sector, que estaba saboteando la producción con la clara intención de asfixiar económicamente a Chávez, ha empezado a invertir nuevamente. En el último mes ha invertido tres veces más que el promedio de los 6 meses anteriores. Y eso a su vez generará importantes fuentes de empleo.
Además, nada hace pensar que el referéndum pueda hacerse este año. Y si ya se están comenzando a ver los resultados de los programas sociales del gobierno, estos serán mucho más evidentes en unos meses más: crecerá significativamente el empleo y la construcción de viviendas, mejorará la atención sanitaria y la educación. Todo esto juega a favor de Chávez.
Por otra parte, debido a la proximidad de las elecciones de diputados, gobernadores y alcaldes, que deben tener lugar en julio de próximo año, no es una aventura pronosticar que las divisiones en el seno de la oposición se acentuarán.
Uno de los grandes desafíos que tiene Chávez en este terreno es lograr una masiva inscripción electoral de sus adeptos. Tradicionalmente ésta era muy baja en los sectores populares.
Realidad virtual
La disputa entre los medios de comunicación y el jefe de Estado se remonta a los inicios de su gestión. Diariamente, los canales de televisión, las radios y los periódicos -del sector privado- difunden las actividades de la oposición, omiten las acciones gubernamentales, se burlan de la figura presidencial. En las jornadas del 11 de abril tuvieron una participación decisiva, alentando el choque entre chavistas y antichavistas y brindando información distorsionada.
Ud. ha afirmado en reiteradas oportunidades que en el golpe contra Allende, los medios tuvieron un papel activo fundamental. ¿Cómo explica que el gobierno bolivariano no haya todavía puesto un freno a la situación? Por otro lado, ¿cree que está fallando la estrategia comunicacional oficial?
Creo que éste es uno de los puntos más débiles del actual gobierno. Durante mucho tiempo no es que haya fallado la estrategia comunicacional sino que simplemente no ha existido. Sólo últimamente esto ha ido cambiando. Por otra parte, aunque se habla mucho de la prioridad estratégica de la batalla mediática, los recursos materiales y el tiempo que a ella se destinan están muy por debajo de las necesidades, si se toma en cuenta el inmenso poder mediático que tiene la oposición.
En una entrevista con Panorama (11-08-03), Ud. dice: «Si aquí los medios de comunicación informaran correctamente, mucha gente no acompañaría a la oposición». Dejando de lado aquéllas personas manipuladas desde los medios, ¿qué sectores conforman hoy la oposición? ¿Está unificada?
Pienso que no. Existe una oposición claramente fascista que no respeta nada. Se reveló durante el golpe de abril del 2002 en la actitud de Carmona; en los ataques físicos a la sede de la embajada de Cuba y a personeros del gobierno. Existe otro sector que apuesta a sacar a Chávez por la vía institucional, muy dividido internamente por las aspiraciones electorales del próximo año. Y existe otro amplio sector que formó parte de la oposición, pero que hoy se ha separado de ella, lo que no significa que haya pasado a apoyar a Chávez. Me parece que éste es el sector donde se juega el futuro del proceso revolucionario.
Una de las grandes debilidades de la oposición es que no cuenta con un programa para el país ni una figura política que pueda unificarla y competir con el carisma de Chávez.
De economía y alianzas
En reiteradas oportunidades, Chávez ha planteado que para concretar transformaciones socio-económicas profundas necesitaba previamente realizar cambios importantes en el aparato político-institucional. En este marco se inscriben la sanción de la Constitución Bolivariana, el paquete de 49 leyes, y otras reformas jurídicas. Sin embargo, los proyectos del terreno económico y de integración comercial con el Cono Sur no se han materializado.
¿Cómo evalúa la gestión en la esfera económica hasta el momento? ¿ Cuáles considera que son los ejes pendientes que debería tratar el gobierno en el corto plazo?
No soy economista pero me parece que para hacer cualquier evaluación económica del gobierno venezolano habría que examinar muy bien los efectos del boicot y sabotaje económico al que ha estado sometido desde sus inicios, pero que se acentuó enormemente a partir de fines del 2001. Hasta entonces todos los índices económicos indicaban una evidente recuperación de la economía. Luego ésta empieza a deteriorarse, produciéndose una caída espectacular como consecuencia del paro empresarial de diciembre del 2002 y el sabotaje petrolero. Sin embargo, contra todos los pronósticos de la oposición, una vez fracasado el golpe económico y que el gobierno toma nuevamente las riendas de la economía, y, ahora sí, el control real de PDVSA, la economía empieza a mejorar. Importantes inversiones destinadas a programas sociales, estímulo a las cooperativas y pequeñas empresas; acuerdos con importantes empresarios privados; reactivación notable de la inversión privada, me hacen ser optimista.
Pienso que la tarea más urgente es la creación de mayores fuentes de empleo, y que hacia el futuro el gran desafío es encaminarse cada vez con más fuerza al desarrollo endógeno y a la integración latinoamericana, elementos que están en el centro del programa de este gobierno.
En su visita a la Argentina, Hugo Chávez manifestó que ya no se sentía tan sólo en su discurso como hace unos años. Habló de una nueva etapa y de la integración latinoamericana. En ese sentido, ¿cómo ve el panorama en América Latina?
No cabe duda de que hay un despertar en nuestro subcontinente, que crea una situación cada vez más favorable a la idea de Chávez de una integración latinoamericana diferente a la propuesta por el ALCA. Él la llama Alianza Bolivariana para las Américas.
Pero, por lo mismo, hay que estar muy alertas ante los planes del actual gobierno estadounidense. El Plan Colombia tiene en la mira, no sólo a las guerrillas colombianas, sino también en primer lugar a Venezuela y a todos los países del área andina.
La correlación mundial de fuerzas, hoy por hoy, es negativa para aquellos proyectos alternativos. Venezuela lo ha vivido en carne propia el 11 de abril de 2002. Desde esta perspectiva, ¿es posible un cambio de proyecto político y económico en la región?
Como digo en mi libro «La izquierda en el umbral del Siglo XXI. Haciendo posible lo imposible», lo que hará posible en el futuro lo que hoy aparece como imposible será la capacidad que tengan de construir fuerzas sociales y políticas tanto nacional como internacionalmente a favor de los cambios.