Robero Saviano ( Nápoles, 1979) es autor de un bestseller internacional, publicado el año 2006, con el título de Gomorra. En el libro describe con toda precisión los negocios de la Camorra napolitana. Fue traducido a más de cincuenta idiomas y provocó una reapertura del debate sobre el crimen organizado en Italia . Las amenazas […]
Robero Saviano ( Nápoles, 1979) es autor de un bestseller internacional, publicado el año 2006, con el título de Gomorra. En el libro describe con toda precisión los negocios de la Camorra napolitana. Fue traducido a más de cincuenta idiomas y provocó una reapertura del debate sobre el crimen organizado en Italia . Las amenazas de de muerte de las familias camorristas a Saviano tuvieron como consecuencia que el Ministerio del Interior italiano le proporcionara una escolta permanente. Más tarde , el año 2008, la prensa desveló que el clan de los Casalesi tenía previsto asesinarlo a él y a su escolta en un atentado espectacular, antes de Navidad. El escritor abandonó Italia y vive prácticamente en la clandestinidad, conviviendo de forma permanente con sus vigilantes. Saviano ha recibido múltiples elogios y apoyos por su compromiso cívico. El libro puede considerarse una muestra de lo que es el periodismo novelado o la novela periodística. Siempre podría cuestionarse desde la relación ambigua entre la sociología y la literatura. ¿ Son los libros de Saviano documentos sociológicos transcritos en lenguaje literario ? ¿ Se basa Saviano en una información contrastada ? ¿ Es Saviano un escritor que trata de temas sociológicos o un sociólogo que escribe literariamente ? ¿ Donde está el límite entre la información documentada y la ficción ? Lo que le mueve, dice Saviano, es la ética de la verdad. Porque todo el prestigio y el dinero que ha ganado, explica, no compensan la vida que debe llevar y un peligro que nunca le abandona ni seguramente le abandonará.
Con CeroCeroCero se repite la historia.. Es un libro que informa y explica lo que , con su subtitulo afirma : cómo la cocaína gobierna el mundo. ¿ Es una afirmación metafórica o literal ? ¿ Contrastada o no contratada ? Antonio Mario Costa, ex-director ejecutivo de la Oficina de las Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito, afirma : «He encontrado CeroCeroCero un libro extraordinario. Una prueba más de la brillantez de Roberto Saviano como escritor, investigador y divulgador.» Parece una garantía. Aunque no acostumbro a transcribir lo que dice el propio autor sobre el contenido de su obra en este caso me parece que el propio Saviano sintetiza tan bien una parte del libro que voy a repetirlo aquí : :
«En este momento, México es el centro del mundo. Es el país que está experimentando con más violencia las contradicciones del capitalismo. México cuenta con las organizaciones criminales más poderosas y sanguinarias del mundo. Allí se hacen negocios con la cocaína por valor de muchos miles de millones. El dinero se lava luego en los mejores bancos de los Estados Unidos, como han demostrado las investigaciones realizadas por las propias autoridades americanas. El banco Wachovia, por ejemplo, que ahora pertenece a Wells Fargo, filtró 400.000 millones de dólares de dinero negro mexicano a través de sus cuentas y de esa forma consiguió lavarlo. Cuando el asunto salió a la luz, los responsables del banco llegaron a un acuerdo con las autoridades estadounidenses: pagarían 110 millones de dólares al Estado. Y eso fue todo. Eran los años de la mayor crisis financiera en los Estados Unidos desde 1929. Washington quería evitar a cualquier precio la quiebra de otro banco. También se ha demostrado que otra de las mayores instituciones financieras de Europa, el banco británico HSBC, actuó como centro de lavado. El pasado diciembre pagó 1900 millones al Estado, que renunció a emprender acciones penales porque, entre otros motivos, considera que se trataba de un banco fundamental para el sistema. Temían que iniciar un proceso semejante pudiera llevar a todo el sistema bancario a la desestabilización. En México se puede ver a la perfección lo frágiles que son las democracias. En tiempos de crisis, el crimen organizado encuentra las mejores posibilidades para introducirse en las estructuras políticas y económicas. Cuenta con el mejor lubricante del mundo para conseguirlo: dinero en efectivo. México es como un Estado más de los Estados Unidos, pero sin sus leyes ni sus reglas. El crimen organizado disfruta allí de todas las ventajas de los Estados Unidos, pero sin los inconvenientes. Joaquín Chapo Guzmán era el jefe del cartel de Sinaloa, una organización que ha revolucionado el mundo de la cocaína. La revista Forbes lo situó en la lista de los hombres más ricos del mundo de 2009. La detención del Chapo puede suponer un giro histórico. No solo para México. Y no solamente porque podamos albergar la esperanza de estar ante una nueva era en la lucha contra los capos de la droga. La última vez que estuvo detenido siguió dirigiendo sus negocios desde la cárcel. Cuando quiso salir, lo hizo metido dentro de una de las cestas de la lavandería. Desde entonces la gente cree que puede hacer lo que quiera, que nadie, ningún Estado ni ningún militar, puede impedírselo. Así es como surgió el mito del Chapo. Si ahora, por fin, se le pudieran atar de verdad las manos, eso sería su fin y el fin de la política seguida hasta ahora por los carteles de la droga… Ha sido la época de los grandes capos, unos traficantes hasta cierto punto aristocráticos. Estos carteles tomaron como modelo a la mafia italiana: le conceden un gran valor al honor y a la lealtad. El Chapo quizá sea el último heredero de la vieja generación de narcotraficantes. Ahora está siendo reemplazada por una nueva. Por la generación narco 2.0. Los jefes duran como mucho un par de meses, luego caen por conflictos internos o por su propio orgullo desmedido.
Nada da tantos beneficios como la cocaína. Cuando el iPhone 5 y el iPad Mini salieron al mercado en 2012, Apple se convirtió en la empresa con el mayor valor bursátil de la historia. Sus acciones subieron en un solo año en un 67 por ciento. Alguien que hubiese invertido mil dólares en acciones de Apple a comienzos de 2012, ahora tendría 1670 euros. No está mal. Pero si hubiese invertido ese mismo dinero en cocaína, ¡ahora tendría 182.000 euros! Las empresas que recogen beneficios de este calibre se hacen muy fuertes. Los países de América Central y de gran parte de Sudamérica están controlados por los carteles de la droga. Evidentemente, estos mercados son competitivos como ninguno. A esa competencia nosotros la llamamos ‘las guerras de la droga’… La guerra también se libra en Europa, a distancia, en los mercados inmobiliarios y financieros.
A lo largo de mis investigaciones he llegado a una conclusión que me resultó muy sorprendente, y es que la mafia necesita democracia. En sociedades sin tradiciones parlamentarias, sin instituciones democráticas, al crimen organizado le resulta muy difícil jugar un papel importante. En la Unión Soviética había criminalidad, pero era más bien marginal. En Libia, por ejemplo, había corrupción a todos los niveles, pero los narcotraficantes lo tenían complicado. El crimen organizado se enfrenta a tantos problemas en los estados totalitarios básicamente porque es el propio Estado el que comete los crímenes y también persigue ejercer el monopolio en este campo, como en todos los demás. Por eso, a veces el propio Estado asume encantado el tráfico de drogas y lo emplea como arma en la lucha contra sus enemigos. Los carteles no pueden prosperar en regímenes totalitarios. Dependen del libre mercado. Tienen que poder crear sus propias empresas. En los países árabes, que no tienen tradición parlamentaria, los carteles tampoco son tan poderosos como en las democracia. La mafia necesita la democracia. Cuanta más democracia haya, mayor es el riesgo de que haya más mafia. Cuanto más libre sea un mercado, tanto mejor para el crimen organizado.
Es difícil de decir, evidentemente. Cuando una empresa que trabaja de forma legal, que se atiene a las leyes, es comprada con dinero ilegal… ¿pasa a pertenecer a la economía ilegal o sigue siendo parte de la legal? El crimen organizado ha comprado muchas empresas en el norte de Italia durante estos últimos años de crisis. A veces las desmontan pieza a pieza y las vuelven a levantar en otro sitio. Incluso en el extranjero. Nadie sabe dónde. Otras siguen funcionando como antes, de forma legal… hasta donde se sabe. Pero, evidentemente, no se sabe durante cuánto tiempo.
El resumen es largo, pero necesario para entender de lo que habla y dar lugar a las reflexiones que me interesan. Saviano habla de narcocapitalismo. Sostiene que los cárteles de cocaína de México y de Colombia y todas sus redes de transporte ( Mafia italiana y rusa ) forman parte de las multinacionales más importantes del mundo. Que lo que Wallerstein llama la Economía-Mundo capitalista tiene en los centros internacionales de tráfico de cocaína empresas punteras y centros de poder mundial indiscutibles.. Que estas organizaciones criminales y los beneficios del tráfico de cocaína están ligados al sistema financiero internacional. Porque entre los míseros productores de cocaína y los camellos callejeros hay un negocio gigantesco y floreciente que básicamente se desarrolla en los medios en los que desenvuelve de manera ilegal pero eficaz el tráfico de cocaína. Cada gramo se multiplica de manera increíble desde el punto de partida hasta el punto de llegada y todas las redes del crimen organizado internacional son las que se quedan con la plusvalía. Crimen organizado que se ha adaptado al neoliberalismo. Que funciona no de la manera jerárquica y autoritaria que era tradicional sino como las empresas modernas, con unos equipos de gestión más eficientes. Pero igual que estas empresas aparentemente no autoritarias se impone un poder empresarial todavía más implacable, también estas modernas organizaciones mafiosas tienen una violencia todavía más implacable. Ahora sí, evidentemente estas organizaciones necesitan unas normas propias : la lealtad y la obediencia incondicional, un pacto de sangre que mantiene cohesionado el grupo por el interés y el miedo. Elementos imaginarios, marcas para provocar identificaciones particulares. Sentirse parte de un grupo eliminando lo que hay de singular y lo que hay de universal. Los otros son los enemigos. En el fondo, como cualquier fundamentalismo religioso o nacionalista pero sin ideología y con la violencia como marca, no como medio.
Saviano sostiene también, y esto es muy fuerte, que los negocios del crimen organizado funcionan mejor en los sistemas democráticos. Deberíamos corregirle : el las oligarquías liberales con elementos democráticos. Pero no justamente por lo que tiene de democrático, no vayamos a confundirnos. En todo caso por lo que no tienen de democrático y tienen de oligárquico en lo político y neoliberal en elo económico. Un sistema flexible sobre el que actuar.
Otra cuestión es la denuncia de la cocaína como una droga mortífera y devastadora. Quizás Saviano exagera cuando dice que cualquiera que tengamos delante podría ser un cocaínomano. Pero cuando leo que el conductor de un tractor de provoca un accidente en la carretera da positivo en el análisis de la cocaína, entonces me estremezco. Un veneno que cada vez se difunde más y a través que organizaciones criminales que corrompen a banqueros, empresarios, político y policías. Espeluznante.
Hay igualmente una serie de análisis muy interesantes. Como la formación de la mafia rusa, por ejemplo. O la influencia de este gobierno de la cocaína en múltiples gobiernos corruptos de África.
En todo caso Saviano nos abre los ojos. Sabemos el carácter devastador del capitalismo, pero saber del narcocapitalismo nos abre aún más los ojos sobre el mundo en que vivimos. De su violencia, de su carácter destructivo, del poder terrible del dinero por encima de todo, del hedonismo basado en un consumo sin medida que conduce al peor de los desastres. Porque evidentemente toda esta inmensa red responde a una demanda cada vez más grande. En este mundo acelerado, basado en los estímulos inmediatos, en la productividad, en el imperativo del goce, ¿ que mejor que la cocaína ?
El libro está muy bien escrito y tiene momentos incluso poéticos. Pero es básicamente el desarrollo de una información detallada y al parecer rigurosa con el hilo conductor del narcotráfico mundial, el narcocapitalismo. Saviano se permite una reflexión final sobre la legalización de las drogas, incluso de la cocaína. Preguntas desgarradores, que conduce siempre a una mala solución, sea cual sea. Pero que hay que pensar si nos movemos en la mejor opción posible.
Es, en todo caso, un libro apasionante. A veces dificil de seguir por la cantidad de hilos conductores y de información que despliega, pero que nos atrapa desde el principio hasta el final.
CeroCeroCero. Cómo la cocaína gobierna el mundo
Roberto Saviano
(Traducción de Mario Costa García)
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